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martes, 21 de marzo de 2017

PRIMERA HISTORIA DE LA RÁBITA


HISTORIA

A lo largo de la Edad Moderna,  va asistir al nacimiento de los núcleos rurales, de tal modo  que va  a dar lugar a la independencia de pueblos como Frailes y el Castillo de lLcubín en el siglo XIX y a concentraciones urbanas importantes a lo largo de las distintas riberas de ríos, asentamientos de antiguos cortijos o nuevos lugares de roturación de tierra. Hay algunos que su nacimiento surge a partir de una antigua venta, a principios del siglo XVII como es la de cañada Damar en el camino de Montefrío y Granada con gran número de cortijos en sus inmediaciones.
Otros como las de la Rábita y Acequia, además de las ventas en el camino de Alcalá hacia Granada,  se remontan a siglos anteriores, incluso el siglo XIV, a los que  se añaden la nueva roturación de los montes cercanos del Camello y Sierra de San Pedro. Pero remontémonos a épocas anteriores.

                                               ÉPOCA MUSULMANA

Pedro Cano Ávila   remonta el nombre y origen de la Rábita (del árabe rabita, con derivaciones castellanas, aravita, ravita y rábita) ) al periodo islámico, en concreto, hace varias citas en las que incluye la Rábita junto con Castillo de Locubín y Qalat Astalir o Banu Sayd para justificar la presencia de la Rábita  en tiempos de la conquista musulmana de España. Hace derivar su nombre del topónimo “Ribat” , con que se refiere a una pequeña ermita  donde, alejados de la actividad humana, habitaban piadosos musulmanes dedicados a la oración y a la meditación de carácter religioso. Frecuentemente estos ermitaños, considerados santos, eran enterrados en el mismo lugar. La fe y el culto populares hacía que  estas personas hicieron que se construyeran nuevos edificios, alrededor de este santuario y se creara un núcleo de población árabe”.
            En concreto se cita la Rábita, con motivo de un documento –privilegio de concesión firmado por Fernando III, el Santo,  para  fijar el término del Castillo de Locubín-, por el que se concede la población del Castillo de Locubín ( Hisn al-Uqbin), población cercana a la Rábita , Alcaudete y Alcalá la Real al maestre de la orden Militar de Calatrava  Martín Rodríguez. En concreto, se fija el término jurisdiccional del Castillo, mencionando claramente la Rábita, lo mismo que se confirma por el rey Alfonso X en Toledo en 4 de marzo de 1254.
            Fue un lugar de frontera, que se prestó a litigios entre musulmanes y cristianos, y, posteriormente entre los vecinos del  Señor de Alcaudete y municipio de Alcalá la Real. Podrían multiplicarse los momentos y los documentos sobre dichos litigios, la mayoría de las veces por invasión  de los vecinos de Priego y Alcaudete para pastar con los ganados y otras veces por litigios de aguas. En este término, tenemos referencias sobre  una Receptoría para que el corregidor de Jaén interrogue a los testigos llamados en el pleito de términos que trata ante el Consejo Alcalá la Real con Alfonso Fernández de Montemayor y su villa de Alcaudete, y que aplique la ley en el debate sobre cierta agua que está en término de la Rábita y que es común con Priego, la cual quiere usar indebidamente la villa de Alcaudete[1] Y dice textualmente:
Por parte de la ciudad  de Alcalá nos fue fecha relación que en el término de la Rábita está cierta agua que es común asý a la dicha villa e como a la villa de Priego de tiempo muy antigua acá, dixe que la dicha ciudad  poseyó en comunidad  con la dicha villa de Pliego a que la dicha villa de Alcaudete sin tener derecho alguno dice que de fecho  por justicia nuevamente la defiende, pues e no la dexa usar ni bever a los vezinos
            Ante el abuso de la villa de Alcaudete que prendían a los vecinos de la Ra´bita,  manda al  corregidor para que va los amojonamientos movidos, ante la presencia de testigos, y contemplara desde los años veinte a los sewsenta a esta parte en 14 de septiembre de 1497..
           
                                                           SIGLO XVI

            Varias son las noticias del partido de campo de la Rábita en el siglo XVI, entre ellas era un lugar básico  de la visita de términos.- una actividad que emprendía el corregidor o el alcalde mayor  con dos regidores y un jurado, un alguacil, tres o cuatro guardias de campo y dos arcabuceros, montados a caballo  para revisar los mojones que dividían este partido con respecto a los que limitaban del reino de Jaén y de Córdoba, en concreto por este sitio de Priego, y Alcaudete-.
            A lo largo del siglo se hicieron  anuales visitas, pero nos vamos a centrar en la de diecinueve de  octubre de 1568 para conocer el paisaje de los contornos del término municipal de Alcalá la Real[2].  En ella intervino por orden del corregidor Gome de Mexía, el alcalde mayor  y lugarteniente Licenciado Francisco Téllez, los regidores Baltasar d Aranda y el alcaide Pedro de los Ríos, el jurado Diego Felipe, el alguacil mayor Pedro de Carranza, los guardias del campo Hernando López, Diego Martínez Padillo, Pedro de Ribas y Juan Alonso y los arcabuceros Francisco y Martín García Gallego.  Iniciaron la visita por esta parte, que señalan como primeros mojones, los cuales alcanzan al final de la visita 105 señalizaciones. Recorrían el término en  cinco días; probablemente  descansaron, como era otoño y lluvioso, en la venta de la Rábita. Ya que tan sólo les dio tiempo a llegar hasta lo que hoy se denomina Cerró del Águila o Puente de Suárez.  Para conocer el término, se dibujaba con la renovación  del primer mojón, llamado de la Covezuela, localizado en “ el puntal de la Sierra de San Pedro junto a una peña; continuaba Sierra abajo derecho del arriba del puntal  hasta llegar al mojón de las Madrigueras, junto a la Sacedilla ( mojón segundo);  campo atraviesa llegaron a la Fuente de la Sacedilla, que partía el término   entre Alcalá y Alcaudete ( cuarto mojón); luego se marca el  término con la Fuente Blanquilla que también parte el término con el señorío de Alcaudete, en derecho con el cortijo de Lucas López Montijano, siguiendo el cortijo de la Fuente Blanquilla se sitúa otro mojón, en este caso de piedras, retama y tierra, junto a las tierras de Montijano y Luís Carrillo Valdivia ( quinto mojón); desde éste se señaló el mojón  de los Atochares que estaba situado entre el término de Priego y Alcaudete ( sexto mojón) , un lugar lleno de espartizales o espartos; luego llegaron a la “encinillas del Barranco” ( séptimo lugar); y sirviendo el río Tiemble de lindero, se señaló el haza del Barranco de los Tiembles, como octavo mojón  entre Alcalá y Priego; el nono comenzaba con -la unión con el río Salado, actual Saladillo-, hasta llegar al camino de Priego, con lo que se adentraba al partido de Fuente Álamo y el posterior, el de la Hortichuela. 

EL PAISAJE INTERIOR DEL SIGLO XVI A TRAVÉS DE LA VISITA DE VEREDAS
           

                                   LA VISITA DE TÉRMINOS DE 1529


En el día dos de agosto del 1529 se encontraba en Alcalá y llevó a cabo personalmente la visita de las veredas, caminos reales y cañadas junto con los miembros comisionados a tal fin, el regidor Pedro de Pineda y Luis Méndez de Aranda, el jurado Juan Guilén, el síndico Pedro Ramos y el personero Juan López Solano con el escribano Antonio Blazquez. En concreto, el itinerario más frecuente consistía en dirección norte-sur y  se  iniciaba en la Rábita, donde se alojaban, para después  parar en el cortijo de Santa María por el camino de los Playeros, una tercera parada en  el cortijo de Frailes de Cartuja, de  noche en la cortijada de Frailes, al día siguiente en Castillo de Locubín para terminar en el arroyo de Chiclana. Tan sólo, hemos podido constatar, una visita  que se inicie desde el límite con la ciudad de Granada. La situación  y el asentamiento de las balizas  eran comprobados por toda la comisión, salvo en sitios  inhóspitos, que se fiaban del testimonio de los guardas, que  lo observaban personalmente. Los testigos solían coincidir con elementos de la naturaleza ( una la cumbre de una montaña, el cauce de un río, un barranco o un paso natural) o históricos ( torre, venta abandonada,..), Sin embargo en donde no podían  colocarse  se señalaban con cruces de madera, montones de piedras, encinas, fresnos, coscojales, espinos.. Al conjunto de las ciento cinco marcas de delimitación, le aplicaban los nombres de mojones, mojoneras y guías.
Esta no se había realizado desde el corregimiento de Anaya, hacía 30 años, cuando señaló las veredas en un libro que sirvió de base para el que redactó este corregidor. No debió estar la situación muy clara, pues muchos vecinos ni sabían por dónde pasaban las veredas, habían surgido muchos conflictos entre ellos y se habían adentrado en terrenos baldíos y en muchos caminos e impedían la labor de la ganadería y el pasto de los ganados hasta tal punto que ay tanto desorden que no ay por donde pastar ninguna manada de ganado. Centraron su visita por la zona norte del municipio de Alcalá la Real, concretamente hicieron una primera etapa en la parte de la Mata y Charilla, posteriormente en la  Ribera y Frailes para pasar posteriormente a la Rábita, Hortichuela y Majalcorón. Nos muestran unas tierras que están en manos de los miembros del cabildo y de los descendientes de los conquistadores; la familia de los Aranda, Cabrera, Arjona, Pineda, Rodríguez de Padilla, Sánchez de la Hinojosa, Aparicio López de Moya Fernández de Alcaraz, Guillén, Gadea, Juan Vásquez, Cristóbal Gallego, Leonor Ortiz, Montiel, Castillo, Hernández Colomo, Serrano Montijano, Vílchez,  Ramírez de Solana, Martín Carrillo y el jurado Muñoz y algunas capellanías fundadas en los territorios de estos señores. Algunas familias relacionadas con los puestos burocráticos comienzan a aparecer como el licenciado Cerrato, o Francisco Horta, vecinos de Granada. La procedencia de los apellidos suelen ser de Jaén, Córdoba, Burgos, Soria, Jerez, Toledo Fuensalida   El paisaje se caracteriza por tierras de cereales, entremezcladas por arbolado de quejigos, frexnos, álamos y encinas y monte bajo-coscojares, cañaverales ..y algún que otro riego de huerta. Aparecen algunos cortijos en el recorrido( el del jurado Muñoz), alguno que otro caído, abundan los pajares, algunos molinos como el de Cabrera, dehesa( Charilla y Rábita) fuentes, pozos, abrevaderos y aguaderos de ganado. Las fuentes principales eran la Fontanilla, cercana a la ciudad, Fresneda, Sabuco, Blanquilla, Mármoles en la Rábita, Fontanar, Fuente Álamo,  Diferencia la zona de los villares con la de los cortijos. La ciudad poseía un tejar por la zona de Charilla. Distingue las hazas y las nuevas rozas de tierras.

Las comunicaciones principales eran los caminos de Priego, el nuevo y el viejo, el de Baena, el de Cabra, el de la Rábita, el de Frailes, el de Huescar,  el de Colomera, el del Castillo, Ya existía el portillo Cerrado y el cerro del Batán.
            Otro aspecto es la visita de veredas, que nos adentran al paisaje de interior: Si nos adentramos al terreno interior, podemos fijar los siguientes espacios:



[1] AGS. Registro General del Sello Simancas, RGS, LEG,149709,25 - 2 - Imagen núm.: 2 / 3
[2] AMAR. CAJA 18. LEGAJOS 13. 14. Corresponde a las visitas de los años comprendidos entre 1568 hasta 1611.










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