CON ESTA PINTURA PINTURA DE GAETANO GANDOLFI, Pintor boloñés entre los siglos xviii y xix, recogemos uno de los reyes que relata Cornelio Nepote. En concreto, relata la leyenda entre e Alejandro Magno y el filosofo cínico Diógenes, que intercambió varios diálogos entre la sencillez y el engreimiento con el emperador. El más conocido fue en el momento en el que le solicitó que le pidiera el filósofo algún deseo. Y le espetó con un quiero que me dejes libre para que le diera el sol.
Recoge el boloñés con su arte el contraste entre el desnudo del filósofo y la figura esbelta del emperador cubierto de clámide pupúrea, tocado con casco y el resto de la vestimenta militar de rango imperial. Entre el aposento palaciego del fondo, contrasta la vivienda chabolista de Diógenes, con entrada circular y una cubierta artesanal, todo hecho de retazos de la sociedad ( de algún tonel de vino y cobertizo). Los colores blanco de pureza freten al rojo del poder , logran el contraste de la supremacía del poder frente a la sencillez, lo que se intensifican con las posiciones de uno en situación de un escorzo tumbado y otro cuadrando el círculo compositivo con un arqueo antinatural del cuerpo erguido, en forma paternalista. lo que contrasta con el asombro de la cara del filósofo El chico de espaldas crea el cierre del ambiente y del escenario junto con el acompañamiento geometrizante de los soldados.
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LOS REYES
Casi todos éstos fueron generales del pueblo griego, que
tal vez parezcan dignos de ser recordados,
sin contar los reyes. Pues no
queremos referirnos a estos, porque las
hazañas de todos los reyes fueron relatadas
en otra obra. Y, sin embargo, estos no son muchos. Pero, el espartano
Agesilao, de nombre fue rey,
pero por poder legítimo como los demás reyes espartanos. Mas, de entre estos, que ocuparon el mando con poder absoluto, hubo excelentismos,
según creemos, Ciro y Darío, Hijo de
Histape entre los persas, cada uno de los cuales, siendo unos hombres
particulares, por su maña y astucia alcanzaron el reino. El primero de estos
murió en una batalla, junto a Masagetas;
Darío alcanzó el final de su vida con la vejez. Tres son además del
mismo linaje: Jerjes y los dos Artajerjes: uno de sobrenombre Macrochir, y el otro Menmón. Es una cosa muy ilustre para
Jerjes el hecho de que hizo la guerra contra Grecia por tierra y mar con los
más grandes ejércitos que se han
conocido por los hombres. Pero Macrochir debe ser muy alabado por la
figura enorme y bellísima de su cuerpo,
que honró con el increíble valor de la
guerra.
Pues ningún persa fue más valiente que
él. Menmón, por su parte, brilló por la
fama de ser justo. Pues, como hubiese perdido a su esposa por el crimen de su madre, se entregó al
dolor tanto que pudo más con él la piedad que la venganza. De estos dos con el
mismo nombre de Artajerjes murieron de enfermedad natural, el tercero,
Jerjes, fue matado por el prefecto Artabano
con la espada.
II
Por otro lado, dos de los macedonios excedieron mucho a los demás por la fama de
sus hazañas: Filipo, hijo de Amintas
y Alejandro Magno. El segundo de estos
murió de enfermedad en Babilonia. Filipo,
al ir a ver los juegos, fue matado por Pausanias en Egos junto al
teatro. Un solo epirota, Pirro fue
el que hizo la guerra contra el pueblo
romano. Este, tratando de asaltar la ciudad de Argos, cayó muerto de una
pedrada. Por otra parte, el único siciliano fue el Dionisio el mayor. Pues fue valiente y perito en la guerra, y , lo que no es
fácil de encontrar en un tirano, muy poco licencioso, ni lujurioso, ni avaro de ninguna cosa ni
deseoso de nada salvo de mandar él sólo y mantenerse siempre en el mando, y por esa razón cruel. Pues
mientras puso los medios para mantenerse en el mando y asegurarse en él, no
perdonó la vida de ninguno que considerase que conjuraba en contra suya. Habiendo conseguido la tiranía
para sí mismo con valor, la retuvo con gran fortuna. Ya mayor, a la edad de 60
años murió en medio de un floreciente
reino. Ni en tantos años vio entierro de
alguno de su linaje, habiendo procreado hijos de tres esposas y de ella le
nacieron muchos nietos.
Hubo además grandes reyes de los amigos de Alejandro
Magno que tomaron los mandos después de
su muerte, entre estos Antígono y su
hijo Demetrio, Lisímaco, Seleuco y Ptolomeo. De entre estos Antígono, luchando
contra Seleuco y Lisímaco, fue matado en
un combate. También Seleuco mató a
Lisímaco en una batalla, pues rota la
alianza entre ellos, se hicieron la
guerra. Pero Demetrio habiendo casado a su hija con Seleuco y no
habiendo podido mantener una fiel amistad entre ellos, teniéndole preso su yerno Seleuco, Demetrio murió de enfermedad. No mucho después Seleuco fue matado a traición por Ptolomeo al que Seleuco, tras ser expulsado
por su padre de Alejandría, lo había acogido porque se hallaba necesitado de tropas extranjeras
Pero, se dice que el propio Ptolomeo, habiendo entregado
en vida el reino a su hijo, fue privado de la vida por Ptolomeo Cerauno.
Puesto que consideramos que bastante se ha dicho sobre estos, me parece bien no pasar por alto a Hamílcar y Aníbal, que
consta que sobresalieron a todos en
África por su grandeza de ánimo y su astucia.
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