A mediados del siglo XVII, se va a producir un
movimiento de influencia de los distintos conventos de la ciudad en la vida
cultural. Hasta ahora, la cátedra religiosa era ejercida en los momentos solemnes de las fiestas
patronales y de acontecimientos regios por el abad o por los famosos clérigos
contratados de la catedral de Granada, colegio de la Compañía de Jesús de Montilla
y,a partir de estas fechas, los priores de los distintos conventos celebrarán
la mayoría de las celebraciones litúrgicas. Otro dato importante es el
incremento de capellanías, memorias y fundaciones que reciben a lo largo del
siglo XVIII frente al mantenimiento de las que ya existían en las iglesias y
parroquias dependientes de la autoridad abacial. Como una obligación de muchas
personas y del propio abad, era mantener a los jornaleros y las clases
desfavorecidas por medio de las limosnas que otorgaban compartiendo el reparto
con las autoridades civiles, controlando los clérigos los repartimientos de
pan. La preocupación por el elemento religioso era compartida por los dos
estamentos- el eclesiástico y el civil- que frecuentaban las rogativas en los momentos estacionales de sequía o de lluvias
intensas. Aún más, la obligación de
ofrecer servicios religiosos les obligaba a la reformas de ermitas como la de la Magdalena , situada a las
afueras de la ciudad en el camino de Granada:
se construyó
para que los vecinos hallavan sacando los agostos en las heras del Coto y
Magdalena no creciesen en los días de fiesta de ver el sacrificio de la misa,
pues desde las mismas parvas tienen el beneficio de oirlas y de lo carecen de
él por no abandonar sus parbas cf.22-10-1798.
o para evitar las irreverencias a un señor
Crucificado que existe en ella poralgunas personas que acuden de noche y evitar
los pecados mortales de no ira misa en los Agostos y evitar el refugio de los contrabandistas que dirigen insultos a transeúntes cf 31-10-1798.
La iglesia va a
extenderse en todos los núcleos rurales por medio de los capellanes de las
ermitas, donde suelen celebrar misas dominicales y las fiestas de los partonos,
así como el cobro de diezmo y asistencia en los últimos actos de la vida.
Pervivencia de
los siglos anteriores son las tradicionales
fiestas oficiales del Corpus Cristi y la festividad del 15 de Agosto. La
primera era una fiesta en la que la intervención del cabildo tenía una gran
participación organizativa. De sus propios fondos y con permiso real, mantuvo
las principales actividades de la fiesta. La proximidad con Granada nos hace
ver una ciudad , en la que se le imponía las modas culturales de la ciudad de la Alhambra. Los
comisarios- diputados de fiestas contrataban las mejores danzas, los mejores
autores de comedias y los artistas de los distintos monumentos que se
encargaban de la procesión del Corpus y de la Octava. Al principio,
un elemento básico fue las danzas de cascabel y castañuelas, interpretadas por
gitanos, pero después se va cediendo paso a grupos de damas, hombres y
diablillos. Los coloquios de los niños nos recuerdan otras danzas que se interpretaban en la iglesia mediante
representaciones de pequeños relatos o pasajes evangélicos y bíblicos como el
Diálogo de los Niños en el Templo, generalmente eran dirigidos por el maestro
de capilla (cf.10.5.1624). También eran frecuentes, la representación de autos
sacramentales y la interpretación de villancicos, sonetos o cantos poéticos
durante la procesión en honor al Santísimo. Uno de las preocupaciones más
importantes va a consistir en la escenificación de los tablados en los que se colocaba el Corpus Cristi en la Mota , y, posteriormente, en
las plazas del nuevo ayuntamiento de la zona baja que se construyó en el siglo
XVIII. Tampoco, se puede olvidar los adornos de toda la estación así como la
portada del propio cabildo. Generalmente, se contrataba a los autores de
comedias que llevaran a cabo las danzas y a casas especializadas del Corpus
granadino, tendiéndose en el siglo XVIII a contratos de periodos fijos de ocho
años, que solían ser prorrogados, con familias como los Perea, por la
complicación, artificio y fastuosidad barroco
de todos los elementos. Aunque
suele ser muy parecidas, las del año 1634, destacan por el número de danzas que
nos ilustran de la importancia de esta fiesta y que fueran contratadas con
Pedro de Contreras y Quiteria de Toledo, viuda del autor de comedias Juan
Rodriguez. Fueron cuatro danzas: la primera era de calza entera, cuatro hombres
y cuatro en hábito de mujeres; el vestido de hombres, con sus estelas y ropillas
verdes, con sus mangas vestidas y sueltas y bandas de tafetán verde y puntas de
oro con cuellos de solieras y las mujeres en aguas de la misma tela de siete paños
con armadores, con mangas pedidas largas y la guarnición de oro y toda la tela
nueva. Tanto hombres como mujeres llevaban penachos enteros y la guía de la
danza sacó laúd. La segunda danza fue de
emperadores romanos de ocho personas. Los vestidos de cordelan de cuatro
colores, bordados de hojuela de plata y lentejuelas, mantos de tafetan con puntas
de oro y rosas en los hombros, coronas de laurel y penachos y cabelleras con un
violín por guía. La tercera de hábito de bandoleros de ocho hombres, vestidos de
tela verde con guarnición de oro y ropilla que se entiende de gabardina abierta y bandas donde vayan
pendientes y pistolas que ha de dar el dicho comisario, sombreros de color con
penacho caídos, con un vitola por guía : La cuarta se visitó de traje de indios de lana anacarada con cajetillas y calzones
marineros con puntas de oro y llorones de pasamano en lugar de guarnición,
rostros de color de pasa con estrellas de oro en la frente, cabelleras,
cascabeles y un arco de plumas en la cabeza y una guía pedida con tambor. los
comisarios pagaban los hombres en sus ensayos y los seis hombres que se vestían
de diablillos con vestido de lienzo y sus rostros. La fiesta religiosa era
solemne, en la que participaban todas
las hermandades, cofradías y clero secular y regular, acompañados del cabildo
civil y religioso. El primero llevaba las
varas de palio, motivo que provocó gran número de discusiones. El Barroco complicará los pequeños escenarios,
tablados de la Mota
con arcos de frucias, columnas de decoradas, colgaduras altares simbólicos,
entoldando toda la plaza, colocando grandes
galerías a la entrada del cabildo y en todos los ventanales con
cornucopias, arañas e iluminarias al mismo
tiempo [1]
.
El itinerario se mantuvo hasta que los abades pudieron en la Mota realizándose la
procesión en un recinto fortificado lleno de escombros, casas derrumbadas,
patios, corralones. Sin embargo, la nueva plaza municipal va a dar un impulso
barroco a la fiesta entoldándose para el paso de la custodia, adornándose con
templetes, acompañamiento de regimientos militares y nuevos itinerarios hacia la
calle Veracruz y calle Llana, evadiendo la calle Rosario, que un tiempo perduró
mientras salía la procesión de la
Iglesia de san Juan. Hay muestras de carocas en la plaza como
en Granada.
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