La iglesia de san Juan
Bautista se remonta a la última década
del siglo XIV, cuando, con motivo de la expansión urbanística de la
ciudad de Alcalá la Real ,
abandonó su recinto militar y la población
se expandió a lo largo de las laderas del cerro de la Mota y de las Cruces.
Este rincón, situado junto una de las vías de acceso a la ciudad,
su plazoleta y el conjunto formado por la ermita y las casas adyacentes
constituían y constituyeron un conjunto urbanístico singular dentro de la nueva
ciudad renacentista, porque, a través de la calles de Pozuelo de San Juan, Llana de la Trinidad y Mazuelos, se
distribuyó un barrio señorial, cuyo eje fundamental fue la denominada calle del Rosario .Lázaro Gila lo
describía : “De exterior, todo él rodeado
por una serie de sencillas edificaciones , hasta el punto que el mismo acceso
de la iglesia ha de hacerse a través de un pequeño patio, sólo destacaremos el
que, junto al ángulo suroeste de la
cabecera, se construyó una pequeña torre, de escalera de husillo, a comienzos
del siglo XVII, cuando tuvo lugar la casi total reedificación del templo”[1].
En
1584, se le adosó una capilla renacentista en el muro norte, dedicada a la Limpia Concepción , obra de
Ginés Martínez de Aranda y de Miguel de Bolívar, motivo que da lugar a que al
primero se le atribuyan por Lázaro Gila Medina las trazas de la nueva fábrica
del templo. Por las condiciones del contrato, la sillería predominaba en el interior y exterior de los
muros.
Con la aprobación de los estatutos de la hermandad de San Juan, se
fijó en 1612 como uno de los objetivos terminar la fábrica del templo, ya que
estaban solamente edificados los
muros del recinto del templo con una
planta de cajón sin techumbre, y tan sólo cubiertos de cañizo... En 1640, de
nuevo estaban definitivamente edificados el cuerpo de la iglesia ( nave
rectangular cubierta con bóveda de medio cañón y presbiterio cubierto con cúpula de media naranja), la
portada actual y el campanario de la iglesia Por las condiciones del contrato
de obras, el estado original de los muros era de piedra de cantería en su
exterior y, en su interior se usaba cal y arena para relleno del muro.
En
1667, bajo el mecenazgo del cura
Bartolomé de Melgar, cambió de
nuevo el aspecto original del templo, porque este se amplió por la parte de la
fachada occidental, se cubrió con una bóveda toda la iglesia y, en la parte
alta, se colocó un coro. Con estas mejoras,
la iglesia de San Juan se
convirtió en coadjutriz de la
Santa Iglesia Mayor,
cuyo coro servía a la capilla de
música de la Iglesia Mayor. También se abrió
una nueva capilla con el nombre del Señor de la Paciencia en el lado de
la epístola, provista de todos los
ornamentos, altar, bóveda y otros objetos religiosos por parte del cura Melgar. A partir de este
momento, la iglesia vivió unos momentos
esplendorosos hasta mediados del siglo XIX.
En 1787, se realizaron obras de mejora en la fachada de este
conjunto. Según señala, Diego Garrido Espinosa de los Monteros en la Historia de la Abadía de Alcalá la Real , a cargo del cura García
Berlango en la parte del muro de la fachada que
se extiende al final de la calle del Rosario: “ Se hizo en la iglesia de San Juan el camarín de Nuestra señora de la Soledad el año de 1787, a devoción de don
Manuel García Berlango, cura de la Santa
Iglesia Mayor ya a devoción
de limosnas de fieles, pues la fábrica sólo dio 400 reales., Y lo hizo
Félix Méndez y Cobalea, maestro de albañilería de Alcalá. Y referida imagen la
hizo dicho señor cura. Y en este año se hizo por la fábrica la obra de la
sacristía, y se puso el balcón que hay. Su mayordomo don Agustín Lobato y Soto,
sobrino del abad[2].
La iglesia y sus dependencias anejas
sirvieron de albergue de muchas instituciones relacionadas con la Iglesia Mayor Abacial. En 1663,
se trasladó la famosa Escuela de Cristo, en la que un grupo de devotos llevaban
a cabo una serie de ejercicios virtuosos.
También, se instituyeron dos instituciones de la dicha iglesia, la Cátedra de Teología Moral, fundada por el regidor y
abogado Pedro Muñoz de los Diez en 1676, y las Varas de Palio, con lo que sus
dependencias albergaron la docencia de los futuros diáconos y tonsurados. Por ello,
el templo utilizó otras dependencias
para poder impartir la docencia eclesiástica.
En el siglo XIX, despareció su función de viceparroquia de Santa Maria la Mayor al trasladarse en
1860 su
sede a la iglesia del Rosario, y,
por ende, la iglesia sufrió una gran
deterioro que ya manifestaba el cronista Guardia Castellano recogido en 1917”
tras haber desparecido la hermandad de
San Juan, encargada del mantenimiento de la fabrica, la vetusta iglesia de San
Juan, decrépita y ruinosa, yace abandonada en lo alto de la población”[3].
Pero, en 1927 con motivo del traslado de las imágenes de la ermita
de San Blas, y, sobre todo, el inicio de la actividad de la hermandad del
Cristo de la Salud
en el templo de San Juan, desde los años treinta del siglo XX, se vivió un
renacimiento de la iglesia en su labor
restauradora, que se ha mantenido hasta el presente siglo, destacando la labor
de renovación del suelo y la limpieza de
cualquier elemento decorativo del templo en 1962 de acuerdo con las nuevas
directrices del Concilio o Vaticano II, y a instancias del párroco de dicho
año, la rehabilitación de la casa del sacristán
entre 1969 y 1973, la
restauración de la sillería original de
los muros interiores del templo en 1974,
y, con la subvención de la Dirección General de Bellas Artes y bajo la
dirección del arquitecto Francisco del Castillo, la restauración de las
cubiertas de la iglesia. .
Precisamente,
por los años treinta del siglo pasado, se fundó e instaló un orfanato de
niños expósitos en las casas y dependencias de la iglesia a cargo de la seglar
Carmen Luque, que albergó hasta una
comunidad de nueve cuidadoras y treinta niños y se mantuvo hasta los años sesenta del siglo
XX[4].
Recientemente, se adaptaron y
rehabilitaron durante los años ochenta y noventa, las
dependencias anexas, donde se
instaló una muestra museística de religiosidad popular, restableciendo el sabor
de las paredes de mampostería antigua y labrada sillería de las fachadas de la
capilla de la Limpia Concepción ,
obra realizada con un gran gusto.
. FRANCISCO MARTIN ROSALES
Catedrático.
I.E.S. ALFONSO XI
ALCALA
LA REAL
[1] GILA MEDINA, Lázaro. Arte y artistas del Renacimiento en torno a la
Real Abadía de Alcalá la Real. Pág. 138.
[2] GARRIDO ESPINOSA DE LOS MONTEROS, Diego, Historia de la Abadía de Alcalá la
Real. Pág. 276.
[3] GUARDIA CASTELLANO. Antonio. Notas para la historia de Alcalá la Real. 2243 y 225
[4] AMAR. Libro de cuentas y
libranzas de los años 1927=1936.
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