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sábado, 11 de febrero de 2017

DE CANCIONES DE NOVIOS A LOS ROMANCES. CUENTOS Y LEYENDAS V. HUERTA DE CAPUCHINOS.

 
CANCIONES DE NOVIOS

A la calle Rosa,
Me voy a vivir
Por ver a mi novia,
Bajar y subir
Subir y bajar,
A la calle Rosa
Me voy a mudar.

Cuando al hospital llegaste
A visitar a los enfermos,
Y a mi cama no llegaste
Este sentimiento tengo.

La jerigonza( “serigosa”)
Que la quiero ver bailar,
Saltar y brincar
Y andar por el aire,
Que mi niña es la jerigonza del fraile,
Déjala sola
Déjala sola,
Que mi niña parece una rosa,
Busca compaña, que mi niña
Parece una araña.



ENTRE LEYENDAS Y CANCIONES RELIGIOSAS

Sofía Castillo González logró rescatar estas poesías de una octogenaria llamada Leocadia Torres, que la había aprendió a su vez de sus antepasados. También recogió el romance de Los Cigarrones, dedicado a la Virgen de las Mercedes y otro dedicado al torero Petete, que exponemos continuación

Petete hizo la suerte,
Y la reina no la vio
Le dijo que lo repitiera,
Petete dice que no:
“Yo no repita la suerte,
Que el toro me va a matar,
Para repetir la suerte,
A “Cara Ancha” llamad.
En los cuernos lo cogía,
En los cuernos lo cogió,
En los cuernos lo llevaba,
En los cuernos lo llevó.
Y en la puerta del toril,
Difunto se lo dejó.
Hasta las piedras lloraban,
De vera a su señora,
Y la Reina le decía:
-Yo seré tu defensora.
-No quiero plata ni oro,
Ni tampoco defensora,
Lo que quiero es mi marido,
Que me lo han matado ahora.

San Jerónimo

¿Quién san Jerónimo fuera
Para poder aplicar
Lo que padecen las almas,
Que el purgatorio están?
Allí gimen y suspiran,
Metidas en aquel fuego
Y llaman a los mortales
Que las saquen de aquel incendio.
“Herederos, albaceas,
Atended lo que pedimos
Cuántas almas hay metidas
En calabozos oscuros,
diciendo cómo me olvidan
  padres, hijos, parientes y abuelos.
Cuando yo en el mundo estaba,
Si me daba algún dolor,
No me hallabais el remedio.
Mas, si vierais ahora,
Entretanto fuego ardiendo.


II
A la sombra de una piedra,
Hay una niña sentada
Con el rosario en la mano,
Rezando la vida sacra.
Vio tres mujeres venir,
Dos blancas y una morada
Y a la morada le decían:
-“Niña. ¿de quien son las cabras?”
-Tuya, Virgen María,
Que talmente me has conocido
Que tal dulcemente me hablas”.
Se acercaban los serafines,
Al cielo se la llevaban.
Llegó la noche y la niña no venía.
Salió su madre a buscarla
Y oyó una voz que decía:
“-Buena mujer, aquí están sus cabras,
Su niña está en el cielo
De serafines acercada”.

UNA VERSIÓN DE DON BUESO Y LA CAUTIVA


Y, este curioso texto  que recoge el famoso romance popular de Don Bueso, con contenido del mundo de los cautivos cristianos en tierras moras  con un final feliz, en donde se repite el asunto típico del cautiverio, rescate, vuelta y reconcomiendo.  Las diferentes versiones sobre este tema han sido estudiadas por don Ramón Menéndez Pidal y hace años que recogimos dos variantes en nuestro libro compartido don Domingo Murcia Rosales “Alcalá la Real. Cancionero, relatos y leyendas” dentro de la  faceta reduccionista en la que se enmarcan los romances de Andalucía, dando lugar a una simplificación en asuntos como los celos de la reina mora y la honra de la mujer. Los dos testimonios de este romance fueron la de Dolores Montañés cuando contaba más de cien años y  Enriqueta López de la Viñuela, cortijo de la Fuente del Soto a la edad de ochenta años.  La fuente  temática de este romance proviene de las “Supervivencias del poema Kudrún”, que es una balada juglaresca, extendida por el norte de África y Oriente. Sabemos que hay dos tipos que se corresponden con la  estructura formal: uno en hexasílabo romancístico que se remonta a la época más antigua, disperso por el Norte y Centro de España; y otro, de ritmo octosílabo, extendido por Cataluña y Andalucía. Aquí la presencia de la Virgen de las Mercedes le da un carácter pintoresco especial y sustituye a la versión de Enriqueta con la advocación a la Virgen del Carmen.  No es de extrañar que pervivieran estos romances en el alma popular debido a que nuestra tierra estuvo ligada a la frontera hasta siglo XV. No se relata un importante hecho bélico sino dulces historias de amor del mundo de paz fronterizo, que estaban imbuidos de un lirismo que alcanzaba a las gentes que los escuchaban:

.La reina se paseaba
 por una orillita arriba
y la pillaron los moros,
se la llevaron cautiva.
Su padre se ha vuelto loco,
Su madre llora y suspira,
Las campanas de la Iglesia
Todas tocan a rogativa.
Y su hermano la buscaba
Por toda la morería
Y se la encontró lavando
En un arroyo que había.
-Quítate de ahí, mora bella,
Quítate de ahí, mora linda,
Que va a beber mi caballo
De estas aguas cristalinas.
-Yo no soy mora bella,
Ni tampoco mora linda,
Que soy cristiana española,
Del reino de Andalucía.
-¿Quieres venirte conmigo
En esta caballería?
-¿Y los trapos que yo lavo,
dónde los dejaría?
Los finos y los  dolientes
Los que no sirven para nada
Por las corrientes se irían.
Y Llegando por ciertos sitios,
La reina llora y suspira
-¿Por qué lloras, mora bella?
¿Por qué lloras , mora linda?
-Lloro porque en estos sitios
Mi padre a cazar salía
Y mi hermano don Antonio
Y toda su compañía.
-OH Virgen de las Mercedes,
Y también Virgen María,
Que pensé traerme una esposa
y me traje una hermana mía”.

Hemos señalado en letra cursiva las adaptaciones del  romance por Leocadia Torres, alcalaína ya mayor de ochenta los que se los transmitió por los años noventa a Sofía Castilla González. Estos responde a “Me cautivaron los moros/ el día de Pascua Florida”,  “y mi hermano don Alejo” “Ábranse puertas y ventanas/balcones y celosías” .



LOS ROMANCES NOVELESCOS











Allí arribita, arribita,
En lo alto de una era
Un novio mató a una novia
Por la flor de la canela.
Ella como era tan guapa,
Todos le tiran el sombrero,
Antonio le tiró el suyo
Y no quiso recogerlo.
-A la salida del baile,
Me las tienes que pagar,
 Te he de cortar la cabeza
Con la mano principal.
Al otro día de mañana,
Antonio se levantó,
Ye en la puerta de la novia
Esperando la ocasión.
Al subir por la escalera
Ella se estaba peinando:
-Retírate de aquí, Antonio,
Mira que llamo a mi hermano.
_¿Quien ha sido el criminal
Que a la hija de mi sangre
Le han pegao dos puñalás?
La llevaron a enterrar
Por la puerta de los toreros.
-Yo la quiero acompañar
Hasta el mismo cementerio.
Mira si sería bonita
Que hasta el mismo enterraor,
Tiro la pala y el pico,
Sacó el pañuelo y lloró.
-La maté porque yo quise,
Porque me traía a cuenta,
Mujer que yo quiero tanto,

No quiero que para otro sea. 

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