Archivo del blog

domingo, 19 de febrero de 2017

en periódico jaén. RUTA DEL AMOR POR LA PROVINCIA DE JAÉN




               Ha pasado el catorce de abril y se celebró el día de los Enamorados, con motivo de la festividad de San Valentín. Estamos acostumbrados a celebrar rutas turísticas o leer diarios de viajes, cuyo tema se centran en acontecimientos bélicos, monumentales o históricos. A lo largo de la provincia de Jaén  se desarrollan  diversas rutas: del Olivo, del Califato, Nazarí, Almohade,  Carolina o Imperad de Carlos V, Íbera,  Caminos de Pasión,. Ciudades Medias, Turismo Interior, O  la más reciente  de los Castillos y  las Batallas. Ofrecen  a muchos turistas y viajeros unos itinerarios para recorrer y conocer la historia y las costumbres de los pueblos de la provincia de Jaén.. Invitamos, para el próximo año, a nueva  propuesta de ruta jienense, la  de la Ruta del Amor por la provincia de Jaén. Idilios amorosos haberlos haylos, enamoramientos apasionados como los de Romeo y Julieta abundan en todas las partes  y en muchos pueblos de este reino, desenlaces trágicos y románticos  se prodigan por rincones y  palacios  de las ciudades jiennenses y,  no solo se centran en el  amor de parejas, sino en su más amplio sentido de la relación amorosa desde la paternal hasta la filial, pasando por la matrimonial, incluso sin olvidar su antídoto del odio y del rencor. Pues ya lo decía Octavio Paz: en efecto el amor es una pasión misteriosa, hecha de opuestos, deseo y temor, ternura y celos, ferocidad y caricias, egoísmo y desinterés. Es difícil  establecer una ruta por varias etapas, más bien hemos comarcalizado esta ruta  y fijamos varios días e itinerarios correspondiente. Iniciamos una etapa con el amor serrano. Y nos quedamos recreándonos con la poesía amorosa del segureño  Jorge Manrique, esa poesía de reminiscencia provenzal, en búsqueda de la amada:      Quien tanto veros desea,/  señora, sin conoceros,/     qué hará después que os vea/   cuando no pudiere veros?/ Y siguiendo con el amor ausente y metamorfoseado en una forma alargada y escamada, la Tragantía nos recibirá en el castillo de Cazorla emitiendo hálitos fantasmales. Algo más lírica, el Castillo de la Iruela invita a otro episodio mistérico entre Rosaura, el joven plebeyo, los padres severos y la sirvienta    Y desentrañaremos el enigma de ¡Al mezclarse la cera /con los granos de sal/perderás la materia/y encantada serás!
Otra segunda etapa  tiene su parada en el centro de la provincia  para  tratar el  amor en tiempos de los pueblos prerromanos,  en este caso íbero y púnico, y, acercándonos a Cástulo,  rememoramos  el amor diplomático entre la  pareja formada por la oretana Himilce y el púnico Áníbal, una historia de amor, guerra y  de desposorios políticos, cerca quedan las ciudades patrimoniales para recordar a Machado con su recuerdo de Leonor, y Úbeda con tres variantes legendarios de relaciones amorosas, el Cristo de los Cuatros Clavos, La mujer emparedada de la Casa de las Torres y La Casa del Ahorcado. Y de allí , haremos una escapa de la leyenda musulmana de la fuente de la Minga por tierras de Iznatoraf y  Villacarrillo .
            Por tierras del Guadalquivir, Andujar nos recibe con los amores entre el hijo de Muza y la hija de don Rodrigo, por las ruinas de la muralla. En esta etapa, Egilona y Agilazis hacen vivir un intenso amor entre apostasías religiosas y odio de sus vecinos por sus renuncias ante la pasión amorosa. Cercana Arjona saca el amor de los cangilones de un pozo, donde resuenan los ecos de una cristiana que sufrió las garras de la esposa de su esposo musulmán. Y, para broche de oro, en la torre del castillo de Arjonilla,  Macías el Enamorado nos envuelve con estos versos   Con tal alto poderío, /Amor nunca fue juntado/ni con tal orgullo e brío/cual yo huí por mi pecado/contra mí, que fui sandío/ denodado en ir a ver/su gran poder/e muy alto señorío./   
            Bajar a la Sierra Sur es adentrarse en el amor de los últimos momentos de frontera. Sobresalen las leyendas de la antigua ciudad calatrava de Alcaudete, entre ellas las de los amores entre Zayde y Aixa, donde en la fuente del amante se escuchan sus últimos gemidos ante las manos del señor de Alcaudete. Y, ya cercana a la frontera con el reino de Granada, el Arcipreste de Hita recita versos "Fija, vos, os saluda, uno que es de Alcalá", e introduce en leyendas amorosas. Estas se remontan a los amores trágicos entre el poeta Abu Yafar y la poetisa Hafsa, que acabaron con la muerte del descendiente de la familia de los Banu Said de manos del gobernador granadino. O las más tradicionales que se desenvuelven en el castillo de la Mota como la de la mora Cava y el capitán don Diego de Haro.


            Jaén será la última etapa, porque rincones de leyendas de amor abundan por muchos lares. Desde el castillo de Santa Catalina hasta las cercanías de la catedral.  Los amores entre Jazmina y el  condestable Lucas de Iranzo recogen los tiempos de la difícil convivencia del amor entre civilizaciones diferentes paseando por los alcázares. Y, junto a la sede catedralicia, los conflictos del amor entre  la hidalguía y las no privilegiados se hace presente en las mansión y casa de los Vélez y recuerdan tiempos las de la princesa del palacio moro y la fuente del Caño Quebrado entre  otras muchas. Con estas leyendas, la ruta del amor por tierras jaeneses no se celebrará solamente el día de San Valentín sino se alargará en una semana, y, en tiempos de desasiego amoroso  cubrirá varias etapa para renovarlo e, incluso servirá de terapia amorosa. Pues, como decía Manrique:        Allá está mi libertad,/     allá toda mi cordura;/     tiénelo en cargo bondad,/  catiuólos hermosura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario