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domingo, 28 de junio de 2020

CAPÍTULO XXVII. POR LAS ENTREPUERTAS.







CAPÍTULO XXVII. POR LAS ENTREPUERTAS. 




DIBUJOS DE AMBROSIO ALBA

           




Tras detenerse en el mirador del Postigo y ante la lápida de Ibn Said al Magribi,   y pasar por el primer cuerpo embovedado con un gran arco apuntalado, que soporta sobre ella otro segundo cuerpo, la puerta introduce al último tramo de Las Entrepuertas, donde se hallaban  unas antiguas y desaparecidas tiendas de los hidalgos por la parte inferior y, por la superior, junto a las Carnicerías por el flanco que daba a la muralla del Trabuquete; y por otro lado entre el antemural y la puerta del Postigo, por cuya calle se bajaba al barrio de Santo Domingo. Como torre de enflanqueamiento entre murallas se abre con dos arcos herradura a la entrada y salida de un recinto interior cubierto de bóveda que da entrada al último tramo de acceso a la fortaleza, al mismo tiempo que se protegía por una pequeña torrecilla desaparecida y provista de un trabuquete, que le dio nombre.  Debió estar construida antes de la conquista de la ciudad, y algunos autores la remonta a una fecha anterior de la puerta de la Justicia de Granada, con la que se relaciona por sus dimensiones y características de tiempos de Yusf I, cuya fecha inscrita fue 1348.
Se adentran por la monumental puerta llamada "Puerta de la Imagen", con doble arcada mixta de herradura y apuntada, que se encierra en un amplio recinto a manera de un soportal abierta que sirve de entrada y cobijo bajo una bóveda apuntada El buen estado de conservación de la misma, sobre todo de piedra bien labrada y con marcas en muchos sillares,  y la grandiosidad de la fábrica le dan una monumentalidad especial. Algunos autores realzan su importancia social e histórica, al convertirse en la transición y control entre la fortaleza y el arrabal para todo movimiento militar y económico.
-Y, ¿este escudo?- preguntó el asesor del jeque.
-Es muy actual,  el de la  ciudad con la llave en el centro, y el resto de cuarteles con los castillos y leones, el de los reinos de Castilla y León.
-Recientemente adosado a ella.  
-También aquí existía un  escudo real de tiempos de Carlos V y la imagen de Nuestra Señora, con lo que consigue que se visualiza el nombre último de esta torre y puerta, a saber " de la Imagen", probablemente una reposición de alguna imagen anterior de tiempos de la conquista de la ciudad cuando quiso fijarse la huella cristiana con la advocación mariana tras los muchos años de estancia musulmana en el Cerro de la Mota. 
-No está colocada la imagen,
-Pero refieren que tienen intención de colocar una imagen que simula a la costeada, a mediados del siglo XVI, por la ciudad y realizada por escultor Martín Pérez y el pintor italiano Pedro Sardo, vecino de la localidad alcalaína. Sí contemplo una lámpara.
-Recuerda probablemente, la lámpara, cuyo aceite pagaban los carniceros de la ciudad, y el garabato donde colgaban las cabezas de los degollados en el campo de batalla, pervivan en el nuevo ambiente recreado tras la restauración. Pues, esta torre está imbuida de un duende especial de la fortaleza, que le aportó varias leyendas como La del caballero de la capa y apuesta.
-Cuente, cuente.
-Un caballero, que osó subir a la Mota quedando por una puesta entre amigos en una noche invernal, ya que se encontraban sus difuntos en  el cementerio y quedó  colgado en los clavos de su portón en medio de una horrorosa tormenta y fuerte lluvia.  
-Además, es la puerta de bienvenida y despedida de muchísimos acontecimientos de la ciudad: el último ha sido el de su extraordinaria y acertada restauración.   
Por este adarve o entrada a la fortaleza, se encaminan bajando a la ciudad del llano, los arrabales nuevos,  entre la roca que soporta la muralla del recinto fortificado y un elevado antemural de sillería. Recibe el nombre de calle de Entrepuertas, porque enlaza el último tramo de la calle Real desde la puerta del Hierro hasta la puerta de la Plaza o el Peso de la Harina, pasando por las de las Lanzas, Imagen, del Argamasón o Aguilera y Pendón.
- Está muy renovada.
-¿Hay alguna una descripción de este lugar antes de la conquista de Alcalá de Aben Zayde?
-Sí, la hizo Sancho de Aranda en su discurso genealógico sobre la captura de un moro por parte del adalid Pascual Sánchez para que le desvelara los pasadizos de la Mota:
-En mis notas y documentos, la tengo-dijo el asesor-. Lee El qual, como una vez con otros cavalleros hiziese una entrada llegando de noche a los muros de Alcalá, en un adarve, que está devajo de la fortaleza, puso una escala por la cual subió sin otra compañía. Y, subido, saltó dentro de un corral que dizen de la Moriana y ahora es dentro de las puertas, dos de siete, que la ciudad para entrar la Mota de ella tiene. Porque la parte de adentro, el andén del adarve, era poco más alto y, por parte, casí igual a el suelo del dicho corral, A do halló un moro que estava con una manada de cabras que dormían allí de noche, y estaba amamantando unos cabritos. Y apechugando con él y tapándole la boca, porque no diese voces, lo ató y lo bajó por la dicha escala y llevó por su cautivo, como ávido de buena guerra, y por el buen esfuerzo que dio Dios”.
        En este recorrido de Entrepuertas, flanqueado entre la muralla del Trabuquete y el antemural, el guía señala las ranuras de las vigas y las baldas de las tiendas y el suelo de las viviendas.
-        ¿El zoco de la ciudad?
-        -Claro que sí. En este lugar, se levantaron tiendas, viviendas, y  sus altos se introducían en las cuevas de origen anterior, reutilizadas como bodegas, despensa  y almacén. Eran de pequeñas dimensiones y se abrían con una puerta al público y adosaban las vigas y las baldas a la misma roca; por una escalera se subían a sus altos y cuevas que trataban de conquistar más suelo útil.
-        ¿Muchas?
-        -Los propietarios de estas viviendas y tiendas no alcanzaban la cifra de 27 (16 en Entrepuertas y 11 en el Albaicín) fueron miembros de las familias nobles de la ciudad, descendientes de los caballeros, muchas ligadas a las capellanías y a los censos. Entre estos, cinco pertenecían a la familia de las Frías junto a la Puerta de la Imagen, ocho los Castillo de la Hinojosa, otras a Pedro Hernández, los Aranda, o los Avalo.
-        Déjeme, amigo, yo le asesoro.  El aspecto de estas tiendas viene ilustrado por un familiar de esta última familia que en 1597 vivía en unas casas, con sus dos tiendas y dos moradas que daban con sus miradores al Albaicín. Solían ser arrendadas a artesanos y comerciantes de la ciudad, especialmente en torno a la Puerta de la Imagen, se dedicaban a establecimientos de sastres, especieros, zapateros y barberos.  Por el tramo de mayor anchura   desde la puerta de Lanzas hasta la Imagen se ampliaba con el barrio del Albaicín. Frente a las tiendas s, se levantaba un antemural, al que se permitió levantar casas tras la conquista y, en algunos lugares, se trazó un camino de anillo exterior a este círculo de murallas.
-Parece que fue una calle posterior a la conquista o unos años anteriores.
-Probablemente, la entrada se hacía por el Albaicín. Pero, con la conquista esta calle fue muy visitada y de acceso principal de la ciudad, de modo que fue empedrada a partir del cuarto decenio del siglo XVI y, en ciertos tramos, enladrillada a lo largo de este mismo siglo.
-No se vivía tan cómodo. Pues, sobre ella se cernía la amenaza de la caída de las aguas, rocas, escombros y derrumbes de los lienzos de los adarves de las murallas del Trabuquete.
-Claro que sí. Es muy ilustrativa esta acta de 22 de diciembre de 1646,”Desde la Puerta Alta del Pósito hasta llegar a las murallas estaban unos solares caídos, donde impedían la subida a la Mota y causaba muchos pecados mortales y decretándola a esta ciudad por ser la subida a la Iglesia Mayor y Plaza Pública y parecerle a esta ciudad sería a vien adornallo y quitarles los dichos daños tratando de remediallo y , que se hiciese  una muralla en el dicho y , hallándose imposibilitado podello hacer, trató con el dicho, que le daría todos los solares que estaban allí y  la mitad del gasto que se hiciese en la dicha cerca , o qual hiço y puso en ejecución ,gastó 1.500 reales”. 
-Por lo tanto, hubo casas importantes.
-Evidentemente. Vayamos por partes. Me gustaría que subiéramos esta rampa, final de este esqueleto de las tiendas.
-Vayamos.
-Si nos  adentráramos por  estas escalinatas principales, al lado derecho del actual camino de entrada, de  las Entre puertas, se sube al pozo del altozano. Podríamos comprobar el esqueleto de un barrio
-¿Muy antiguo?
-Se remonta a tiempos árabes y  desapareció en el siglo XVII. Aquí se encontraban el colegio de la doctrina  y de los niños, el hospital del Dulce Nombre de Jesús, la casa de Pan y Agua o Alhorí,  y una gran número de tiendas que daban a la calle, entre ellas las de los herreros, Hoy día, en su subsuelo, todo ello minado y entrelazado por el mundo subterráneo: abundan pasadizos, adarves, ocultos escondrijos de guerras, cuevas reutilizadas para bodegas, minas  y contraminas de agua y de guerra. Pero debieron ser  callejuelas y callejones
 Y casas unidas por medio de adarves y  escaleras que  tuvieron que ir cerrando los regidores de finales del siglo XVI con motivo de las caídas de las murallas, como aconteció con la casa del clérigo Jiménez en 1581.
-No me extraña que recibiera el nombre este barrio del  Albaicín.
- Es curioso. Hay una descripción del 1595, realizada por  Ginés Martínez de Aranda, en  la que junto a la muralla se alzaban,  por lo menos, varias casas que llegaban hasta la casa de Hurtado de Mendoza, o del Preceptor de Gramática dentro del recinto fortificado de la barbacana, y o engarzada con la muralla del Trabuquete. Solían adecuarse al terreno y aprovecharse de las cuevas que cavaban en la roca, provocando el derrumbe de la muralla, en la primera planta, tenían un portal, una cuadra, una bodeguilla y una cueva.   
- Hay restos de cocinas,
-Sí,
-¿Nos podría comentar cómo era la gastronomía de aquellos vecino?
-Tenemos datos  muy variados.  Pues no responden las comidas de los jornaleros a la misma calidad y lujuria que  la de los hidalgos o de un personaje como el corregidor. Y, menos aún, a la comida de casa, de invitación,  o de campo.
- Dice comida campera, ¿Me podría explicar qué ingredientes solían tener las comidas de aquellos personajes cuando iban a visitar las tierras de la comarca?
- Claro que sí, pues era frecuente esta misión, para visitar los términos del municipio, la revisión de veredas, calcular las  mieses de los cortijos del ayuntamiento.  Para perseguir bandidos o monfíes, para  tantos actos de orden público, que se veían obligados a comer en los cortijos, o los chozones de aquellos campos. Solían abrir con la comida del almuerzo, un principio de almendras y pasas; para el corregidor, perdices y pichones; de segundo una gallina asada y, para los otros comensales carne que consistía en gallinas asadas y pavas u olla, pescado o huevos: Al mediodía, se iniciaba con un plato de potaje,  y le seguía un plato de huevos emborrizados ; otras veces se componía de un plato que llamaban de principio  y estaba compuesto de  orejones, pasas y almendras; el segundo variaba según los comensales: para el corregidor, plato de pichones o perdices y  para el resto, la rica hoya, entre las que destacaban trozos de carne o de jamón con legumbres variadas y hortalizas variadas, o pescado en las especialidad de bonito guisado y cocido  o empanadas y,  para acabar,  un plato que llamaban dulce, natillas casi siempre. En la cena, que era más ligera, se abría con un ensalada, repetía el corregidor con pichones, y, a los demás, un plato de  conejos, y acababan con el plato dulce.
-         Con razón,  el rey Carlos V sufrió la enfermedad del ácido úrico con tantos alimentos de  animales caza. Interrumpió el asesor cultural del jeque.
-              Imagínese que un corregidor se comía tres pares de perdices en la comida del mediodía y, a veces, de segundo plato una pava o una gallina asada
 Iban contemplando las cuevas, los cimientos de casas y restos de la muralla de la barbacana. El Albaicín ofrecía una serie de rampas, escalonamientos y terraplenes que se emplazaban por pequeños senderos y callejuelas que debieron estar rodeadas de pequeñas viviendas, Y daban en la parte final de la barbacana y de las casas de los señores caballeros de la ciudad y de los oficios nobles como el médico O cariz a mediados del siglo XVI. Su entorno fue habitado por personas de oficios contaminantes como los herreros. Entre ellos hay que destacar el herrero Miguel Muñoz, yerno de El Florentino, que construyó la Fuente  Nueva de los  Álamos. Ella asesor ratificaba todas las explicaciones del guía.
-Mirad este acuerdo del cabildo de 7 de junio de 1577 muestra la situación de viviendas: " En este cabildo se cometió al señor Antón García de los Ríos, regidor,  haga hazer una paredeja  de cara de las casas de Miguel Muñoz,  el herrero,  que en la parte que se señaló por el corregidor desde la esquina que es de la cerca  del capitán Rodrigo de Clavijo  a la cerca del corral del licenciado Ocariz  per donde quedose señalado”. Ratifica todo lo que viene comentando el guía. El cierre de la barbacana se encontraba la barbacana en dirección al pozo denominado de la Conquista y era lindero con la zona del Castillo. Su caída en 1582, dio lugar a que afectara a los solares del Albaicín. Por dejar algunas rinconadas macizadas ofrecía un claro peligro para este barrio.
- Este pozo, que llamaban del Altozano, lo relacionan con  la leyenda de la conquista, en la que el capitán cristiano tenía apostado dos soldados para apresar a los moros que bajaban por agua  para abastecer a los vecinos de la fortaleza y, en una de esa ocasiones, dieron con la mora Cava
-Pero existían varios edificios que debían apartarse del recorrido principal, entre ellos el Hospital del Dulce Nombre de Jesús y la Casa de la Mancebía.
-¿Mancebía?
-Sí casa de la mancebía.- contestó el guía. . Tenía  tres cuerpos y debía ser tan frágil que en el año 1587, con motivo de un fuerte torrencial, se destruyó por completo y un gran número de clientas tuvieron que dormir en el cuarto de la tinajería y cantarería en medio de cañas, puertas caídas y restos del corral.

-Esta casa se ubicó en la mayoría de las ocasiones en los extramuros de la ciudad fortificada atendiendo a ser un lugar de paso y tránsito muy frecuentado, abundar en pobladores y transeúntes que, al ser institucionalizada como una fuente de propios, ofrecía unos suculentos ingresos al ayuntamiento-añadió el asesor-.  La primera casa de mancebía se llevó a cabo en 1496 y se le dio licencia a Juan de Vegara para abrirla fuera de la ciudad fortificada. El cabildo municipal tenía por fuente de ingresos para su desenvolvimiento varios bienes inmuebles como casas, tiendas y cortijos, y  esta casa de la Mancebía solía arrendarse a un vecino que pujaba por ella.
-Lo normal era cobrar medio real por cada prostituta en el siglo XIV y en toda Andalucía, era frecuente que se situara en las afueras de la ciudad a partir del siglo XVI. Pero, en muchas ciudades principales del reino ocupaba calles cercanas a la Plaza Mayor y al mercado.
-Sin embargo, cuando Alcalá fue la ciudad de frontera, ocupaba uno de los arrabales cercanos a la calle del mercado. En concreto, en este denominado barrio del Albaicín junto a las Entrepuertas hubo esta  casa, donde las mozas ofrecían sus servicios a los hombres. En los años cincuenta se ubicó bajo la bodega de la casa del caballero Alonso Ortiz y se hicieron varias restauraciones. Fue una mansión muy austera para albergar, al menos,, estas seis personas (las mujeres y el encargado o padre de la mancebía), en un callejón apartado de la calle principal de las Entrepuertas
- No debió ser una casa con una estructura muy firme, pues tuvieron que restaurarla a mediados del siglo XVI por el arquitecto Martín de Bolívar para finalmente pasar a una casa de la calle Cava, a las afueras del recinto fortificado en 1569 y por último en las afueras de la ciudad junto al Molinillo. Su final fue transformarla en escuela de niños. Por la situación, debió ser un sitio muy transitable, ya que los mesones se encontraban un poco más abajo de ella, el comercio se desarrollaba a su lado y los viajeros debían frecuentarla con asiduidad. Lo que está claro, que el aislamiento con la ciudad se conseguía porque el antemural y la entrada a la fortaleza ofrecían un sitio abrupto que obligaba un esfuerzo a subir a la Casa de la Mancebía. Debía ser un callejón sin salida al que había que accederse directamente.
-Cuentan que llegaron a tener ordenanzas propias.
-Las había. En concreto, la composición de la casa solía estar formada de varias mujeres dedicadas al oficio de la mancebía y varios rufianes que les buscaban los encuentros con los vecinos de la ciudad. Un padre de mancebía se ocupaba de que se cumplieran todo tipo de regulaciones, administrativas, fiscales y sanitarias, tal como establece las ordenanzas de 1520. Pues, las mujeres de mancebía no podían salir de la casa ni mesón  donde estuviesen, Intentaba además que las mujeres de mancebía evitaran el encuentro con las personas honestas, tampoco debían tener amistad con rufianes ni vestir en público con los atuendos de las personas honestas... Abunda la ley en las penas de las mujeres que tuvieren rufianes, castigando con 100 azotes por cada uno de los que se encontrare y perdida del vestido, similar es la pena para los rufianes e, incluso la ley persigue la negligencia de los alguaciles.
-El estar la casa cercana a la calle de los Mesones permitía su trasiego hasta dichos lugares, lo que beneficiaba a los cargos concejiles como a los alguaciles que solían cobrar por permitirles el desplazamiento. Pero de nuevo, se trasladó a las afueras de la ciudad a la calle Cava y posteriormente hicieron nuevas trazas en 1571, con la licencia del rey Felipe II, porque la ciudad consideraba que era una cosa muy necesaria para la ciudad.
-Cercana estaba un hospital de la ciudad.
-No de la abadía, era el HOSPITAL DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS.

-En los alrededores del  pozo,  se construyó y estuvo en funcionamiento el  hospital del Dulce Nombre Jesús, muy estrecho, al que se accedía por una calle. Fue costeado en sus primeros años en su mayor parte por el  provisor Diego Hernández, un hombre bueno  con visos de santidad... Si quiere saber algo más de su vida, no tiene que ver si no la  lápida que le dedicó el abad mayor con motivo de su muerte, adosada en un muro de la iglesia de Santo Domingo de Silos. Pero, refiriéndonos al hospital, tenía un número reducido de camas, dedicado a los pobres, a los transeúntes y a los condenados a muerte, un mayordomo y unos caseros, que, en cierto tiempo, a finales del siglo XVI, fueron los hermanos de san Juan de Dios Se encargaron del cuidado de todos los anteriormente referidos y de los enfermos.  Hubo momentos, con motivo de  la guerra de las Alpujarra,  por los años posteriores al 1568, que se vio completamente hacinado de pobres, enfermos y transeúntes, sobre todo, soldados que iban a acompañar las tropas o venían heridos de los ejércitos  don  Juan de Austria o el duque de Sesa.
-Quisiera comentarle que, por estos años, el hospital mencionado anteriormente estuvo nada menos de mayordomo el  padre del escultor Juan Martínez Montañés y, por este tiempo, se encontraba junto a la Alhóndiga... Además, algo más amplio en sus instalaciones, con capacidad para los nueve enfermos que acudían diariamente,  era  mejor asistido por un cirujano y barbero que llevaba a cabo las sangrías y curas, un médico  encargado de la visita diaria, un boticario que abastecía de medicinas, Además de gastos de enfermería, pagaba misas para enfermos y la cera de los entierros, ropa de moribundos, reparto de carne por pascua florida a los pobres. Para la misas disponía de una pequeña capilla, en la que en un altar, con frontales de Pasión, Se decía misa, presidido por un bonito retablo, en la que presidía la Virgen de la Caridad o de los Desamparado con su Niño Jesús, una antigua imagen de tiempos de Alfonso XI con dos coronas de plata., que era posesionada por la Natividad de María en las calles del Arrabal Nuevo en una andas En el suelo,  una alfombra de ocho ruedas daba calor al recinto religiosos... Todo era muy austero. Un guadamecí  en un lateral era presidido por un crucifijo y la imagen de san Juan María. Un cáliz de plata con el anagrama de Jesús, ornamentos y vestidos religiosos básicos  a lo morisco. 
-          Me interesa mucho estos datos, pues demuestran el carácter fronterizo de esta fortaleza. Pues, junto con soldados cristianos, me han contado que  vendrían moriscos encubiertos.
-          Claro que sí. En aquellos años, por ser ciudad muy cercana al conflicto, las calles se inundaban de pobres, enfermos y medios muertos de otros lugares. Entre ellos,  los vecinos de la comarca de Guadix y Granada evadían los terrores de la guerra o eran moriscos que los trasladaban a otros lugares y aquí, recibían por su paso en Alcalá alguna limosna. Comida y, en los últimos momentos de su vida, el Santísimo Sacramento 
-          De seguro que  si aquel provisor hubiera nacido  en tiempos del actual papa, se ganaría el título al menos de beato. Con su fundación, hizo una gran labor hasta qué se creó el hospital de la Veracruz en el llano.
         
- Evidentemente, pues donó toda su hacienda, nada menos que un cortijo de ciento cincuenta fanegas de la Rábita y otras casas para alimentar a los pobres de la ciudad y levantar el hospital. Dicho hospital, que llamaban el Viejo antes que se trasladara a la calle Caridad, guardaba la imagen de la Coronada, la imagen que portaba el rey Alfonso XI en la conquista de la ciudad, fue administrado por clérigos y personas importantes, entre ellas, el padre de Martínez Montañés.


-Este hospital se mantuvo hasta los años sesenta del siglo XVI que se trasladó a la calle de los Mesones-agregó el asesor-. Porque se ofrecían pésimas condiciones de alojamiento dentro del Albaicín, La  cofradía de los Desamparados  y sus hermanos llevaron algún intento de que en la casa se pudieran curar los enfermos y proveyeron  camas,  para pobres ancianos y enfermos. Dos hospitaleros se encargaban de la casa, generalmente un matrimonio; a finales del siglo XVI, incluso los frailes de San Juan de Dios se hicieron cargo de la atención de este hospital En 1570, ante el paso de muchos pobres y soldados por ser frontera del reino de Granada, se describe una ciudad en la que “No hay cama en Hospital, en las calles se encontraba enfermos y muertos, que venían gentes de comarcas de Granada y Guadix, heridos de camino del Duque de Sesa y don Juan de Austria(..) El Hospital de pobres, estrecho y de poco sitio y había muchos pobres”. Por ese tiempo, se  fundó una  nueva cofradía y se edificó la ermita de la Veracruz con un nuevo hospital para ayudar al anterior en el Llanillo. Pero volviendo a  este pozo que se conserva tuvo nada menos que la intervención del arquitecto Eufrasio López de Rojas en el año 1657, cuando vino a la  ciudad para levantar el chapitel de la Iglesias Mayor.


. –Tampoco faltó un alhorí
-Claro que no, en la casa de los Garrido, junto a la casa de Martín de Bolívar. En el libro de censos de la PSM aparece un alhorí en el Albaicín lindero con las Casas de la Mancebía y bodega de Gonzalo Ortiz, es lo que se deja entrever en algunos de los cimientos excavados y rastros de compartimentos de almacenamiento de este cereal. Pero, a mediados del siglo XVI la ciudad hizo uno nuevo en las afueras de la Puerta del Arrabal.
-¿Y el Colegio de Niños?
-Por aquí se encontraba, era una  casa de mampostería en torno a las rocas y murallas arruinadas, que se vio continuamente fruto de las restauraciones.  Sobre todo, por los alarifes y albañiles de la ciudad ante la petición de los maestros de escuela como la del maestro Gaspar de Torivio a finales del siglo XVI. Solían acudir más de sesenta niños y se les enseñaba a leer y escribir y la Doctrina Cristiana.  Antes de 1580 la Casa y colegios de Niños de esta ciudad estaban situados dentro del recinto fortificado de la Mota. Posteriormente el colegio estuvo situado en estas   Entre las Puertas, lindero con las murallas y bodegas del heredero de la  herrería de la familia Muñoz. Un último traslado se ocasionó en el piso más alto del  Alhorí.  Esta casa sin fines escolares se mantuvo dentro de las Entrepuertas hasta 1634. En este año precisamente, en este  recinto de las Entrepuertas y del Albaicín  ya se había caído y se hicieron corrales, sin ornato, de modo que se cercó el terreno y, convertido como despoblado para conejeras, ya que los dueños no tenían interés en levantar el edificio.
-Llegamos a la Puerta de las  Lanzas.
-Soldados de guerra.
-Ya veremos.
-¿Por qué me lo dice?
-Fíjense,  cercana a esta torre, se encontraban las tiendas de pan y agua, donde se cobraban los diezmos eclesiales y se relacionaba con las lanzas que debía aportar el abad para afrontar una parte de la milicia de la localidad en concepto de soldados lanceros;  de ahí le vino el nombre a esta torre, aunque Carmen Juan cree que se debe al lugar de reunión de las tropas de la ciudad. .Esta torre  y su puerta fueron  construidas en el siglo XV. La presente portada se le añadió al cuerpo anterior medieval y de ella queda la inscripción bajo el rastrillo recogida por el padre Flores.
-Otra vez ilegible. Y ¿en latín?
-No en castellano antiguo- Dice así “EN EL AÑO DEL SEÑOR DE MCCCCXLVII AÑO MANDÓ FACER ESTA FORTALEZA EL MUY ILUSTRE  REY D. ENRIQUE IV EL 9 D DE 1457.
-La torre se reedificó a mediados del siglo XVI en honor de Carlos I, según las trazas renacentistas de Martín de Bolívar- hace esta digresión el asesor- .
-¿Y los escudos?
-En su primer cuerpo se abre una portada con sencillo arco de medio punto renacentista sobre la que se apoya un segundo cuerpo simulando una hornacina y coronado con un dintel y en su interior el escudo con las  Armas Reales (y sus castillos y leones). Otros dos escudos se insertan en las enjutas del arco, todos ellos de piedra blanda de Cantera Blanca muy deteriorados que no dejan traslucir información alguna.  El de en medio estaba dividido en cuatro cuarteles (el primero y el cuarto con un león; segundo y tercero con bandas cabeza de dragones). Se refiere a la simbología del Condestable Miguel Lucas de Iranio. El de la derecha encerraba  una llave, símbolo de la ciudad y en el lado izquierdo un castillo.
-¿Más datos?
- Se cubría con una terraza que tenía un pretil almenado. Daba al camino real y se arregló de nuevo en 1580 bajo la tasación de Gabriel de Aranda y obra de Miguel de Bolívar, que realizó el almenado y revocó sus paredes interiores, cuyo trazo de sus dibujos se conservan en parte hasta la actualidad. Ya en el siglo XVII, se encontraba sin techo y las correspondientes rejas y hubo que repararla en 1623 manteniéndose hasta el siglo XX, Recientemente en los años ochenta del mismo siglo fue desmontada y se reconstruyó desde los cimientos por la Dirección General de Bellas Artes de la Junta de Andalucía bajo la dirección del arquitecto Jaime de Utrilla.



Tras una prolongada escalinata diseñada en los años noventa del siglo pasado por el arquitecto Santiago Quesada, accedieron al Centro de Recepción, una casa reconstruida sobre los cimientos de una mansión de la popular Eva, una mujer mayor a la que se le atribuían relatos brujidles. En un panel de la fachada, se ilustra al visitante con un panel informativo de entrada de la localización e itinerario de la visita. El jeque, inquieto, pregunta por un notario. Llama a su banco, la disponibilidad de dinero y envía varias fotos del monumento por su teléfono. El alcalde alcalaíno se echa las manos a la cabeza. Y le dice:
-Espere, espere, que nos quedan varias sesiones del entorno, falta la carrera, los mesones, el nuevo póstio, los lagares, la zubia, el morabito, el cementerio árabe…
--Bueno, bueno, seguiremos, todo lo nuestro está dispuesto. Para la fortaleza no nos falta dinero…
         
                       


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