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lunes, 4 de julio de 2016

UN HITO EN EL PASEO . HUERTA DE CAPUCHINOS DOS.


CINCO DE DICIEMBRE DE 1746

Muchos cabildos municipales han sido importantes para la historia de Alcalá. Pero, los hay que pasaron y no trascendieron. Otros se celebraron y no llegaron a efecto. Todos ellos nos aportan informaciones.

En este cabildo, el ayuntamiento estaba presidido por el corregidor interino José Vicente Alcaide, abogado de los Reales Consejos, y formado por los regidores José de Estrada (También alcaide) Manuel de Lastres (que  al mismo tiempo disfrutaba del cargo de alférez mayor y era caballero de la Orden de Calatrava), Felipe José de Rincón, Antonio de Utrilla, Pedro José de Góngora, Juan Beltrán de Callava, y Diego de Hinojosa y l jurado Pedro de Covaleda Nicuesa.

Como costumbre intemporal, entró el portero y comunicó que había citado a todos los regidores y jurados y justificó las ausencias. Lorenzo de la Cruz, accidentado, Juan de Alcalá, ocupado en el Pósito, y Félix de Mesa Miguel de Espinosa, vecinos del Castillo.
Tras  la orden del  Marqués de la Ensenada que comunicaba que se eximía  del pago de la mitad de arbitrios del valimiento a todos los pueblos y la de  José López Bolaños, superintendente general de la Real Hacienda de Jaén y su reino,  referida a la cobranza de las contribuciones extraordinarias de paja y utensilios, se  trató un tema que afectaba a un urbanismo racional de Alcalá la Real. Pues eran frecuentes por estos años el remozamiento de la ciudad, la apertura de espacios públicos, y la racionalización urbanística, evitando rinconadas, abriendo calles y apostando por el damero para la trama urbana. En concreto, el PASEO PÚBLICO. Un acuerdo muy importante para el planeamiento urbanístico de la ciudad fue el replanteo de una alameda  en el ejido con fin ornamental. Así  lo acordaban.

En este cabildo se vio un memorial del Muy reverendo padre guardián de Padres Capuchinos de esta ciudad, por el que se suplica a la ciudad le conceda licencia para que pueda poner una alameda en la parte de la calzada que baja al convento, para que lo hermosee:  cercando para que se guarde de los ganados y quede sólo para el uso de los vecinos y aspecto público. Y por la ciudad visto  acordó conceder, concedió licencia a dicho M. Rdo. Padre Guardián para el plantío de dicha alameda y cerca de ella y para que ejecute la ciudad nombra por caballeros comisarios que asistan a dicho plantío, a los señores don Felipe del Rincón y Juan de Tapia”, por quienes se decrete a continuación del testimonio que se ha de dar de este acuerdo, para que siempre conste”.     



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