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domingo, 31 de julio de 2016

DON GOME MESSÍA DE FIGUEROA, un corregidor en dos partes. HASTA LA GUERRA DE LA ALPUJARRA.


















                                                  
          A finales de agosto de 1567, se recibió  en Loja al nuevo corregidor, nombrando al  licenciado Garci Rodríguez de Cabrera como alcalde mayor, y por alguaciles, mayor y menos, Pedro de Carranza y Juan Álvarez de Fonseca y Juan de Casas ([1])


Era natural de Córdoba y estaba casado con  Lucrecia Mexía, hijos de los cordobeses  Bernardino Gómez de Figureroa y doña María de Guzman; por la parte de los Mejía Alonso Mexía era caballero de Santiago veinticuatro de Granada, natural de Ciudad Real y doña Juana de Alarcón, comendadorar de Santiago,  de Osa de Montes.La  familia de este corregidor tal vez estuviera relacionada  con la  rama de los Figueroa de la provincia de Jaén y con el Duque de Feria, pues don Fernando de Figueroa, obispo de Canaria era natural de Sabiote y fue confesor del rey Felipe II. En algunas ocasiones, ejerció de teniente de corregidor  el licenciado Juan Hernández.  Por la  parte de los Mesía, tanto en Úbeda, y Baeza  como en Jaén, son numerosos los miembros de la familia relacionados con el emperador. No obstante la rama de los Figueroa y Mesía  tuvieron gran influencia en el mundo de la Chancillería de Granada, en el cabildo de Córdoba y en ciudades como en Ocaña, cuyos linajes se asentaban por estos años en dichas ciudades [2]  Por esta última ciudad nos inclinamos, pues don Gómez de Figueroa, caballero principal de Córdoba, veinticuatro de ella, señor de Villaseca y el Encinar y casado con doña Lucrecia de Mesía de Alarcón. Lo cierto era que su familia residía en Madrid con la Corte, tal como se deduce de la carta que envío a  la ciudad durante su estancia en la guerra de las Alpujarra, allá por el mes de marzo del año 1570 ([3]) .
Fueron sus alcaldes mayores Francisco Téllez en Alcalá en los primeros años, y el licenciado Alonso Sánchez de Frías, vecino de Priego, al final de su corregimiento, que nombró por alguacil mayor a García Marqués entablándose un pleito con la corporación al aumentar el número de alguaciles[4], por alguaciles Francisco Gómez  y Juan Martínez de la Fuente;  y en Loja , los  alguaciles mayores Pedro Sánchez de Carranza y Lope Garrido, en último año Juan Alanís Fonseca  y Lorenzo Sancho Cornejo y por alguaciles menores  tuvo Alonso Magaña. De Alhama, no hay ninguna fuente documental por pérdida de sus archivos locales.
Ya en  los primeros meses de su corregimiento debió intervenir en el control del abastecimiento del trigo, que, debido al bajo precio,  dio lugar a que se  escapara de Alcalá  a otros lugares comarcanos. Para ello, adoptó una serie de medidas de control y reparto a través de las panaderías de los seis cuarteles de la ciudad, en los que se repartían los panes provenientes del trigo del pósito y de los propios  y de algunos particulares, entre ellos los de Loja.([5])  Diferente es el caso de  Loja, donde tuvo que emprender una serie de medidas para buscar trigo, pues fue el 1567 un año de gran escasez. Esta misma medida se repitió en el primer mes del año 1570, agravada por la guerra de los moriscos.[6]
            Varios son los asuntos importantes que debió emprender durante su gobierno, relacionados con los acuerdos, que habían surgido de las Cortes en materia financiera religiosa, por las que se trataba de desamortizar algunos bienes, que, en Alcalá incidieron en el gran número de pequeñas cofradías..  Entre ellos se incluye  la reorganización de las instituciones religiosas, que afectaban a  las cofradías, hospitales y otras dependencias relacionadas con la iglesia católica,  y los gastos ocasionados con motivo de  la expulsión de los morisco.           A partir de  marzo de 1568, debió ejecutar y cumplir una cédula real, por la que se pretendían unificar todas las hermandades en dos. Para ello, llevó a cabo personalmente un interrogatorio, con el fin conocer el funcionamiento, organización, bienes e inventario de cada una de ellas. Lo hicieron a la cofradía de Nuestra Señora de la Antigua[7], Veracruz[8], Santa Ana, san Bartolomé, Monserrat, san Antón, Virgen de la Cabeza, y hospitales de la Veracruz y de los Monteses, y Dulce nombre de Jesús.


Tuvo que ejercer su mandato en el difícil momento del levantamiento de los moriscos del reino de Granada.  Ejerció del alcalde mayor en Alcalá la Real, el licenciado Francisco Téllez y el corregidor se trasladó a Loja en la base de las operaciones. Éste le sustituyó como teniente de corregidor en todo el periodo comprendido entre  la Navidad del 1568 hasta el año 1570, pues el corregidor ejerció en la mayoría de las ocasiones el mando de las tropas desde la ciudad de Loja, donde estableció su alojamiento por estar más cerca del  escenario militar y desde se comunicaba con el resto de las ciudades.  La labor de la Justicia fue esencial en estos momentos, pues fue la que canalizó todo el correo, moderó las posturas contrapuestas entre el interés nacional y los miembros del cabildo, preocupados de subsistencia de la ciudad, y  ejerció su autoridad cuando las situaciones llegaron al límite por la sangría que provocaba tantas medidas militares.. El carácter de alto riesgo daba lugar a que las reuniones con el cabildo se hicieran en horas  inoportunas y en la propia casa y aposento de la Justicia
            En estos momentos  bélicos,  la ciudad  sufrió una sangría de personas y recursos importante por encontrarse en una zona fronteriza de Granada, que le obligaba acudir inmediatamente  con su milicia urbana, a proveer a la capital del reino granadino con los recursos esenciales para el mantenimiento- trigo, cebada,  carne,....- y a ejercer  servicios de  recepción alojamiento  y manutención de las tropas y de los  moriscos trasladados a otros lugares. Por otro lado, en la ciudad alcalaína , según refieren las actas del cabildo, llegaron a residir más de veinte mil personas que iban y venían al campo y ejército de su Majestad. 
En cuanto al aspecto militar, desde el  primer aviso que se le comunicaron el levantamiento de los moriscos en Órgiva y la petición de que  acudiera la caballería alcalaína, lojeña y de Alhama  en su auxilio,  por don Iñigo López de Mendoza, marqués de Mondejar,  conde de Tendilla y duque de Sesa , capitán general del reino de Granada, por medio de  una carta  ([9]) enviada desde la Alhambra de Granada   y que llegó a Alcalá , Loja y Alhama  el día  26 de diciembre de 1568 ( al día siguiente de suceder los hechos), el corregidor se aprestó a que la ciudad  enviara una compañía de cien soldados tiradores, al mando del  capitán y regidor Juan de Aranda Figueroa, que, al principio, acudieran a sofocar cualquier revuelta en el Albaicín y, posteriormente,  se  mantuvo en la primera línea de batalla desde 31  de diciembre del año 1568 hasta el 26 del mes de febrero del año 1569  en el frente de Órgiva [10], cuando cayó enfermo el capitán y fue sustituido por hasta el 16 de marzo por  el alférez, su pariente Francisco de Leiya. Fue una años de nieves y frío en la ciudad alcaláina.  Su postura , en  asuntos de la Corona , era tajante, a pesar de que, al principio tratara de mediar en las dilaciones del cabildo municipal, pues solía retardar y alegar  su  presteza en  el envío de tropas por medio de excusas a anteriores servicios, como aconteció en  la carta que remitieron al Marqués aludiendo que habían estado recientemente en la Costa. Como es lógico, el marqués no atendió las evasivas, sino que envió otra segunda, en términos muchos más agresivos:
Recibí la carta de vuestra merced a veintisiete de este y oy a Rodrigo de Góngora, regidor de esta ciudad, tengo a muy bien entendido y entendida la voluntad con que esa ciudad a servir y sirve  gente / a Su Majestad, le obligara en postergar a rebelarla, pero por la necesidad  presente no se puede tener respeto a nada, e así recibiere vuestra merced, que toda presteza posible  se me envíe toda la gente útil para pelear que ay , oviere de prestar a Su Majestad, se lo encargo e mando , que no espero ya otra cosa, para sí  al campo , sino  que me llegue alguna gente. Alambra 28 de diciembre de 1568.

.
Era comprensible la actitud de Alcalá, pues no sólo, debió a hacerse frente a lo que suponía de sangría de hombres, sino también el acopio de efectivos por parte de  Alcalá y Castillo en la proporción de un tercio a dos tercios(  24/ 57), pues las armas de los soldados alcalaínos, en su mayoría arcabuces, pero otros muchos sólo tenían ballestas, picas, y espadas y hubo que cambiar y comprar nuevos arcabuces.
Como es lógico el corregidor compartía la responsabilidad  gubernativa con la ciudad y con todos  los pueblos del corregimiento, pues, junto a la carta conjunta avisando del estallido de la guerra, recibió, específicamente,  otra personal que decía:

Magnifico Señor .Por mandato, que envié  para la ciudad de Loja y Alahama/ extenderé a vuestra merced el aviso que tenía y lo que después/ ay que decir, es que anoche intentaron de levantar/ el Albayzín y que gran número de los enemigos va creciendo/ y desvergonzándose de manera que conviene salir yo en/ persona a remediarlo y allanarlo y conviene con toda / brevedad y presteza del mundo la gente de esa ciudad / a dese aquí con gran brevedad porque depende  de ello/ la guardia y seguridad de este reino y de qualquier negligencia / que esto ubiere podrá resultar daños irreparables/importásele a vuestra merced siendo, como es ministro de Su Majestad/ si que en esas ciudades de su corregimiento oviese algún descuydo qué cosa / y qué tanto va, el qual creo yo que no avrá . Nuestro Señor la muy magnifica persona de/ vuestra merced  guarde y acreciente. De Alambra a 26 / de ciciembre de 1568 al servicio de vuestra merced, el muy noble.
En el dorso, se escribía al muy magnífico señor don Gomes de figueroa, corregidor de Loja, Alhama, por ausencia, el acalde mayor.

En el mes de diciembre, la compañía de Juan de Aranda intervino en la sierra e Ronda y Bentomiz.
En Loja,  más cercana al frente de batalla, se dividió la ciudad en varios barrios, con compañía de cien soldados, que rondaban de noche, el día 28 salieron doscientos hombres hacia la Alpujarra. Al mismo tiempo , se realizaron todos los reparos y obras de fortificación de la Aluzaba lojeña. Por el mes de mayo, el peligro era inminente por el camino de Granada , en Canillas Aceituno, entre la ciudad de Vélez y Alhama y, con la llegada de don Juan de Austria no pudor responder se a otros ciento cincuenta hombres que se le pidió. En el mes de febrero a mayo el peligro del ataque de los moriscos rondó por Alhama y  Loja
Con la  llegada de don Juan de Austria en abril de 1569,  otra compañía  al mando del capitán Rodrigo de Góngora, se mantuvo hasta el final de la guerra en la zona de Guejiras., que sufrieron algunas muertes y ausencias En 1569, el propio marqués pidió que se relevaran las tropas alcalaínas y la ciudad reclamó de la a la Corte artillería y municiones Volvieron las tropas y el capitán de la compañía de Juan de Aranda ([11]), enfermo , en el mes de marzo de 1569. Pero el mes de mayo, de nuevo se solicitaron los hombres, pues continuaba la guerra y se impido a los vecinos que salieran del término, al mismo tiempo se le requería que enviara bagajes. Curiosamente, el rey vino a Jaén, Úbeda y Baza en este mes y fue a besarle las manos el regidor Juan de Escavias, disculpándose l rey por no poder venir a Alcalá.. En su intermedio, Alcalá se vio obligada a servir por este mes  con tropas de a pie o a caballo el traslado de convoyes militares que transportaban al terreno del frente militar  recursos económicos desde Sevilla  o de Castilla  a Granada, también se enviaron otras dos compañía en los primeros momentos  a la capital como medida preventiva  y al frente del Presidente de la Audiencia para evitar el levantamiento de los moriscos de la capital. En el mes de octubre, de nuevo se preparó otra compañía solicitada por don Juan de Austria y que se dirigió al Padul al frente del capitán Juan de Aranda  con 50 hombres y, en 1570 , Juan de Villalba fue con 100 soldados para entregarlos al corregidor, en los últimos días de febrero, aunque el rey solicitó nada menos que 200 soldados por el mes de febrero. En los primeros días de enero de 1571, se encontraba la compañía alcaláina de Rodrigo de Góngora en los presidios de Pinillos del Rey y en la cuesta de la Cabida junto con la compañía de Pedro de los Ríos, enviada anteriormente., pero estaba muy diezmada porque no se renovó en el año anterior con los que había prometido la ciudad. En la labor de entrega de soldados marchaba el alcalde mayor Tellez hasta entregarlos al corregidor que los conducía a la Sierra de Bentomiz, como sucedió por mayo de 1571, antes se habían enviado 40 hombres. Aunque se hacen varios intentos para alistar más gente, no se encuentran sino sesenta y cinco soldados entre Alcalá y Castillo, de ahí que hubo que pasar la compañía de Rodrigo de Góngora a la de Antonio Berro
En cuanto a la labor de alojamiento,  la ciudad  asistió, entre otros servicios, a quinientos moriscos que pasaron acompañados de dos o tres capitanes con dirección a Córdoba en el mes de julio de 1569, cincuenta carros con suministros de consumo en el mes de enero de 1570 desde Castilla,  y otro paso de los moriscos que se dirigían a los campos de Calatrava en el mes de marzo de 1570. Citando las actas del cabildo,  los  vecinos se veían obligados a hacerse  de los servicios de un nuevo hospital, que había fundado la cofradía de la Veracruz, porque el que pertenecía  o, al menos, recibía fondos de l cabildo municipal, estaba completamente saturado,  pues, “ esta ciudad es tan comarcana y frontera del reino de Granada”, que ha había mucha gente concentrada, enfermos y heridos del  camino hacia  el campamento de don Juan de Austria y del duque de Sesa, hasta tal punto que  no había camas para recogerlos y en las calles se hallaban  muchos enfermos y muertos y se veían obligados a que se hiciera caridad  y dieran limosna antes de trasladarlos a otros lugares [12] .esta medida afecto principalmente, tal como manifiestan las cuentas realizada por Juan Martínez  Montañés, bordador padre del escultor , a los solidado que llegaba con males contagiosos, que eran trasladados a los pueblos de alrededor..
En cuanto al envío y acompañamiento  de  alimentos o suministros, se vio obligada a hacerlo en el mes de septiembre a Guadix por orden del Presidente de la Real Audiencia y del conde de Alcaudete, enviando 4.000 arrobas de vino y una importante cantidad de trigo en un momento en el que escaseaban sus fondos, pues aquel año había sido de gran sequía y solamente se habían recogido unas 7.000 fanegas del diezmo que contrataba con las 15.000 o 16.000 fanegas de otros años por haber sido un años estéril a consecuencia de las nieves de invierno , los bochornos y solanos del verano y las tormentas de primavera. Como n ocasiones anteriores se vaciaron los pósitos  y se cubrieron con el trigo de los cortijos de propios  y con la compra a otros lugares como Porcuna.    
            Las medidas preventivas se ejercieron por parte de este corregidor, que, como expresaba  eran al servicio de Dios y de su Majestad. de una manera  intensiva  y a manera de prisión secreta en el año de 1571, pues manifiestan las actas de cabildo sometió a las ciudades c a una especie de prisión secreta por el mes de noviembre  diciembre para que nadie pudiera entrar y salir  y unas cuadrillas de guardas y caballeros del ayuntamiento([13]).

Las secuelas de la guerra fueron varias y diferentes. Por un lado, las tropas de las compañía alcalaínas, a veces, se cansaron y huyeron como aconteció en 1571 por el mes de junio, e incluso, hubo que apremiar a la ciudad para  juntar nuevas tropas, aún así  tuvieron que ser renovados por una nueva compañía de setenta soldados al mando de Pedro de Pineda en las Albuñuelas y no lo pudieron ser los ciento sesenta que pedía el duque de Alba en el mes de agosto de  este año. Pues no se pudo responder al envío de una provisión del rey permitiendo que se crearan los alcaldes de la Santa Hermandad, cosa que  no llegó a realizarse, debido a que “esta ciudad frontera de Granada e quedan tantos monfíes e salteadores por las sierras e caminos, así de los enemigos como de otra gente perdida e algunas de las  personas e pueblos que son de malvivir de donde resulta muchos tratos de Granada  como suele vacas, yeguas e cabrío e muertes de hombres”([14]).





[1] AML. Acta del cabildo el 29 de julio de 1567.
[2] Memoria de la casa solar de Messía. Boletín de Estudios Jiennenses. Jaén. Recoge el libro consultado  de Fernán Mexía Barba de la cerda  y Fernán Arias Messía, su hijo, caballeros principales de Jaén Flor de llinajes de España, y se basa en el cronista del emperador Carlos V, Pedro Messía.
[3] AMAR. Acta del cabildo del 26 de marzo de 1570.
[4]  AMAR. Acta del  cabildo del 22 de febrero de 1571. traslado del poder de nombramiento de alcalde mayor.
[5] AMAR. Legajo.   Pieza Libro de cuentas de 1567-1568.
[6] AMAR. Acta del siete de abril de 1570, el mecanismo consistía en sacar trigo del Pósito a razón de cincuenta fanegas diarias cuarenta para Alcalá y diez para el Castillo), Se llevaba la entrega en la plaza de la Mota, a las panaderas que repartían cuarenta panes a personas señaladas con vales, que les permitía acopiarse de pan amasado de libra de 32 onzas,  y , posteriormente, se nombraban comisarios, dos miembritos del cabildo, que lo controlaban a lo largo de los cuarteles de La Mota, Consolación, Arrabal Viejo, san Juan, san Sebastián, y cuesta del Cambrón
[7] AMAR.  Legajo  Pieza  . El mayordomo Diego Hernández de Hinojosa, declaró que  era la más antigua, surgida en  1398, ubicada en la parroquia de santo Domingo de Silos, disponías de limosna y de quince censos que alcanzaban 105.625 maravedíes, dedicados a una misa por los hermanos difuntos los sábados de cada semana.
[8] Legajo . Pieza Ibidem La cofradía de la Veracruz se fundó en 1550 con licencia del abad don Juan de Ávila, según las declaraciones el 19 de marzo de 1568 por el mayordomo Antón de Alcalá, con el fin de edificar una iglesia, hospital, era cofradía de disciplinantes
[9] AMAR. Acta del cabildo del 26 de diciembre de 1568. Está inserta la carta
[10] AMAR.  Acta del cabildo del 16 de junio de 1568, en la que el capitán Juan de Aranda presenta las cuentas al cabildo municipal de sus 56 días de estancia cuando enfermó el 26 de febrero, importando 43.520 maraveds y 36.000 al alférez. ..
[11] AMAR. Acta del cabildo del 22 de marzo de 1569.
[12]  AMAR. Acta del cabildo. 10-3-1570.
[13] AMAR. Acta del cabildo del 29 de noviembre de 1571.
[14] AMAR. Acta del cuatro de abril del 1570-

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