A finales de agosto de 1567, se
recibió en Loja al nuevo corregidor,
nombrando al licenciado Garci Rodríguez
de Cabrera como alcalde mayor, y por alguaciles, mayor y menos, Pedro de
Carranza y Juan Álvarez de Fonseca y Juan de Casas ([1])
Era natural de Córdoba y estaba casado con Lucrecia Mexía, hijos de los cordobeses Bernardino Gómez de Figureroa y doña María de Guzman; por la parte de los Mejía Alonso Mexía era caballero de Santiago veinticuatro de Granada, natural de Ciudad Real y doña Juana de Alarcón, comendadorar de Santiago, de Osa de Montes.La familia de este corregidor tal vez estuviera relacionada con la rama de los Figueroa de la provincia de Jaén y con el Duque de Feria, pues don Fernando de Figueroa, obispo de Canaria era natural de Sabiote y fue confesor del rey Felipe II. En algunas ocasiones, ejerció de teniente de corregidor el licenciado Juan Hernández. Por la parte de los Mesía, tanto en Úbeda, y Baeza como en Jaén, son numerosos los miembros de la familia relacionados con el emperador. No obstante la rama de los Figueroa y Mesía tuvieron gran influencia en el mundo de
Fueron sus alcaldes mayores Francisco Téllez en Alcalá en los primeros
años, y el licenciado Alonso Sánchez de Frías, vecino de Priego, al final de su
corregimiento, que nombró por alguacil mayor a García Marqués entablándose un
pleito con la corporación al aumentar el número de alguaciles[4],
por alguaciles Francisco Gómez y Juan
Martínez de la Fuente ; y en Loja , los alguaciles mayores Pedro Sánchez de Carranza
y Lope Garrido, en último año Juan Alanís Fonseca y Lorenzo Sancho Cornejo y por alguaciles
menores tuvo Alonso Magaña. De Alhama,
no hay ninguna fuente documental por pérdida de sus archivos locales.
Ya en los primeros meses de su
corregimiento debió intervenir en el control del abastecimiento del trigo, que,
debido al bajo precio, dio lugar a que
se escapara de Alcalá a otros lugares comarcanos. Para ello, adoptó
una serie de medidas de control y reparto a través de las panaderías de los
seis cuarteles de la ciudad, en los que se repartían los panes provenientes del
trigo del pósito y de los propios y de
algunos particulares, entre ellos los de Loja.([5]) Diferente es el caso de Loja, donde tuvo que emprender una serie de
medidas para buscar trigo, pues fue el 1567 un año de gran escasez. Esta misma
medida se repitió en el primer mes del año 1570, agravada por la guerra de los
moriscos.[6]
Varios son los asuntos importantes
que debió emprender durante su gobierno, relacionados con los acuerdos, que
habían surgido de las Cortes en materia financiera religiosa, por las que se
trataba de desamortizar algunos bienes, que, en Alcalá incidieron en el gran
número de pequeñas cofradías.. Entre ellos
se incluye la reorganización de las
instituciones religiosas, que afectaban a
las cofradías, hospitales y otras dependencias relacionadas con la
iglesia católica, y los gastos
ocasionados con motivo de la expulsión
de los morisco. A partir de marzo de 1568, debió ejecutar y cumplir una
cédula real, por la que se pretendían unificar todas las hermandades en dos.
Para ello, llevó a cabo personalmente un interrogatorio, con el fin conocer el
funcionamiento, organización, bienes e inventario de cada una de ellas. Lo
hicieron a la cofradía de Nuestra Señora de la Antigua[7],
Veracruz[8],
Santa Ana, san Bartolomé, Monserrat, san Antón, Virgen de la Cabeza , y hospitales de la Veracruz y de los
Monteses, y Dulce nombre de Jesús.
Tuvo que ejercer su mandato en el difícil momento del levantamiento de
los moriscos del reino de Granada.
Ejerció del alcalde mayor en Alcalá la Real , el licenciado Francisco Téllez y el
corregidor se trasladó a Loja en la base de las operaciones. Éste le sustituyó
como teniente de corregidor en todo el periodo comprendido entre la
Navidad del 1568 hasta el año 1570, pues el corregidor
ejerció en la mayoría de las ocasiones el mando de las tropas desde la ciudad
de Loja, donde estableció su alojamiento por estar más cerca del escenario militar y desde se comunicaba con
el resto de las ciudades. La labor de la Justicia fue esencial en
estos momentos, pues fue la que canalizó todo el correo, moderó las posturas
contrapuestas entre el interés nacional y los miembros del cabildo, preocupados
de subsistencia de la ciudad, y ejerció
su autoridad cuando las situaciones llegaron al límite por la sangría que
provocaba tantas medidas militares.. El carácter de alto riesgo daba lugar a
que las reuniones con el cabildo se hicieran en horas inoportunas y en la propia casa y aposento de
la Justicia
En estos momentos bélicos,
la ciudad sufrió una sangría de
personas y recursos importante por encontrarse en una zona fronteriza de Granada,
que le obligaba acudir inmediatamente
con su milicia urbana, a proveer a la capital del reino granadino con
los recursos esenciales para el mantenimiento- trigo, cebada, carne,....- y a ejercer servicios de
recepción alojamiento y
manutención de las tropas y de los
moriscos trasladados a otros lugares. Por otro lado, en la ciudad
alcalaína , según refieren las actas del cabildo, llegaron a residir más de
veinte mil personas que iban y venían al campo y ejército de su Majestad.
En cuanto al aspecto militar, desde el
primer aviso que se le comunicaron el levantamiento de los moriscos en
Órgiva y la petición de que acudiera la
caballería alcalaína, lojeña y de Alhama
en su auxilio, por don Iñigo
López de Mendoza, marqués de Mondejar,
conde de Tendilla y duque de Sesa , capitán general del reino de
Granada, por medio de una carta ([9])
enviada desde la Alhambra
de Granada y que llegó a Alcalá , Loja
y Alhama el día 26 de diciembre de 1568 ( al día siguiente de
suceder los hechos), el corregidor se aprestó a que la ciudad enviara una compañía de cien soldados
tiradores, al mando del capitán y
regidor Juan de Aranda Figueroa, que, al principio, acudieran a sofocar
cualquier revuelta en el Albaicín y, posteriormente, se
mantuvo en la primera línea de batalla desde 31 de diciembre del año 1568 hasta el 26 del mes
de febrero del año 1569 en el frente de
Órgiva [10],
cuando cayó enfermo el capitán y fue sustituido por hasta el 16 de marzo
por el alférez, su pariente Francisco de
Leiya. Fue una años de nieves y frío en la ciudad alcaláina. Su postura , en asuntos de la Corona , era tajante, a
pesar de que, al principio tratara de mediar en las dilaciones del cabildo
municipal, pues solía retardar y alegar
su presteza en el envío de tropas por medio de excusas a
anteriores servicios, como aconteció en
la carta que remitieron al Marqués aludiendo que habían estado
recientemente en la Costa.
Como es lógico, el marqués no atendió las evasivas, sino que
envió otra segunda, en términos muchos más agresivos:
Recibí la carta de vuestra
merced a veintisiete de este y oy a Rodrigo de Góngora, regidor de esta ciudad,
tengo a muy bien entendido y entendida la voluntad con que esa ciudad a servir
y sirve gente / a Su Majestad, le
obligara en postergar a rebelarla, pero por la necesidad presente no se puede tener respeto a nada, e
así recibiere vuestra merced, que toda presteza posible se me envíe toda la gente útil para pelear
que ay , oviere de prestar a Su Majestad, se lo encargo e mando , que no espero
ya otra cosa, para sí al campo ,
sino que me llegue alguna gente. Alambra
28 de diciembre de 1568.
.
Era comprensible la actitud de Alcalá, pues no sólo, debió a hacerse
frente a lo que suponía de sangría de hombres, sino también el acopio de
efectivos por parte de Alcalá y Castillo
en la proporción de un tercio a dos tercios(
24/ 57), pues las armas de los soldados alcalaínos, en su mayoría
arcabuces, pero otros muchos sólo tenían ballestas, picas, y espadas y hubo que
cambiar y comprar nuevos arcabuces.
Como es lógico el corregidor compartía la responsabilidad gubernativa con la ciudad y con todos los pueblos del corregimiento, pues, junto a
la carta conjunta avisando del estallido de la guerra, recibió,
específicamente, otra personal que
decía:
Magnifico Señor .Por mandato,
que envié para la ciudad de Loja y
Alahama/ extenderé a vuestra merced el aviso que tenía y lo que después/ ay que
decir, es que anoche intentaron de levantar/ el Albayzín y que gran número de
los enemigos va creciendo/ y desvergonzándose de manera que conviene salir yo
en/ persona a remediarlo y allanarlo y conviene con toda / brevedad y presteza
del mundo la gente de esa ciudad / a dese aquí con gran brevedad porque
depende de ello/ la guardia y seguridad
de este reino y de qualquier negligencia / que esto ubiere podrá resultar daños
irreparables/importásele a vuestra merced siendo, como es ministro de Su
Majestad/ si que en esas ciudades de su corregimiento oviese algún descuydo qué
cosa / y qué tanto va, el qual creo yo que no avrá . Nuestro Señor la muy
magnifica persona de/ vuestra merced
guarde y acreciente. De Alambra a 26 / de ciciembre de 1568 al servicio
de vuestra merced, el muy noble.
En el
dorso, se escribía al muy magnífico señor don Gomes
de figueroa, corregidor de Loja, Alhama, por ausencia, el acalde mayor.
En el mes de diciembre, la compañía de Juan de Aranda intervino en la
sierra e Ronda y Bentomiz.
En Loja, más cercana al frente de
batalla, se dividió la ciudad en varios barrios, con compañía de cien soldados,
que rondaban de noche, el día 28 salieron doscientos hombres hacia la Alpujarra. Al mismo
tiempo , se realizaron todos los reparos y obras de fortificación de la Aluzaba lojeña. Por el mes
de mayo, el peligro era inminente por el camino de Granada , en Canillas
Aceituno, entre la ciudad de Vélez y Alhama y, con la llegada de don Juan de
Austria no pudor responder se a otros ciento cincuenta hombres que se le pidió.
En el mes de febrero a mayo el peligro del ataque de los moriscos rondó por
Alhama y Loja
Con la llegada de don Juan de
Austria en abril de 1569, otra
compañía al mando del capitán Rodrigo de
Góngora, se mantuvo hasta el final de la guerra en la zona de Guejiras., que
sufrieron algunas muertes y ausencias En 1569, el propio marqués pidió que se
relevaran las tropas alcalaínas y la ciudad reclamó de la a la Corte artillería y municiones
Volvieron las tropas y el capitán de la compañía de Juan de Aranda ([11]),
enfermo , en el mes de marzo de 1569. Pero el mes de mayo, de nuevo se
solicitaron los hombres, pues continuaba la guerra y se impido a los vecinos
que salieran del término, al mismo tiempo se le requería que enviara bagajes.
Curiosamente, el rey vino a Jaén, Úbeda y Baza en este mes y fue a besarle las
manos el regidor Juan de Escavias, disculpándose l rey por no poder venir a
Alcalá.. En su intermedio, Alcalá se vio obligada a servir por este mes con tropas de a pie o a caballo el traslado
de convoyes militares que transportaban al terreno del frente militar recursos económicos desde Sevilla o de Castilla
a Granada, también se enviaron otras dos compañía en los primeros momentos a la capital como medida preventiva y al frente del Presidente de la Audiencia para evitar el
levantamiento de los moriscos de la capital. En el mes de octubre, de nuevo se
preparó otra compañía solicitada por don Juan de Austria y que se dirigió al
Padul al frente del capitán Juan de Aranda
con 50 hombres y, en 1570 , Juan de Villalba fue con 100 soldados para
entregarlos al corregidor, en los últimos días de febrero, aunque el rey
solicitó nada menos que 200 soldados por el mes de febrero. En los primeros
días de enero de 1571, se encontraba la compañía alcaláina de Rodrigo de
Góngora en los presidios de Pinillos del Rey y en la cuesta de la Cabida junto con la
compañía de Pedro de los Ríos, enviada anteriormente., pero estaba muy diezmada
porque no se renovó en el año anterior con los que había prometido la ciudad.
En la labor de entrega de soldados marchaba el alcalde mayor Tellez hasta
entregarlos al corregidor que los conducía a la Sierra de Bentomiz, como
sucedió por mayo de 1571, antes se habían enviado 40 hombres. Aunque se hacen
varios intentos para alistar más gente, no se encuentran sino sesenta y cinco
soldados entre Alcalá y Castillo, de ahí que hubo que pasar la compañía de
Rodrigo de Góngora a la de Antonio Berro
En cuanto a la labor de alojamiento,
la ciudad asistió, entre otros
servicios, a quinientos moriscos que pasaron acompañados de dos o tres
capitanes con dirección a Córdoba en el mes de julio de 1569, cincuenta carros
con suministros de consumo en el mes de enero de 1570 desde Castilla, y otro paso de los moriscos que se dirigían a
los campos de Calatrava en el mes de marzo de 1570. Citando las actas del
cabildo, los vecinos se veían obligados a hacerse de los servicios de un nuevo hospital, que
había fundado la cofradía de la
Veracruz , porque el que pertenecía o, al menos, recibía fondos de l cabildo
municipal, estaba completamente saturado,
pues, “ esta ciudad es tan comarcana y frontera del reino de Granada”,
que ha había mucha gente concentrada, enfermos y heridos del camino hacia
el campamento de don Juan de Austria y del duque de Sesa, hasta tal
punto que no había camas para recogerlos
y en las calles se hallaban muchos
enfermos y muertos y se veían obligados a que se hiciera caridad y dieran limosna antes de trasladarlos a
otros lugares [12] .esta
medida afecto principalmente, tal como manifiestan las cuentas realizada por
Juan Martínez Montañés, bordador padre
del escultor , a los solidado que llegaba con males contagiosos, que eran
trasladados a los pueblos de alrededor..
En cuanto al envío y acompañamiento
de alimentos o suministros, se
vio obligada a hacerlo en el mes de septiembre a Guadix por orden del
Presidente de la Real
Audiencia y del conde de Alcaudete, enviando 4.000 arrobas de
vino y una importante cantidad de trigo en un momento en el que escaseaban sus
fondos, pues aquel año había sido de gran sequía y solamente se habían recogido
unas 7.000 fanegas del diezmo que contrataba con las 15.000 o 16.000 fanegas de
otros años por haber sido un años estéril a consecuencia de las nieves de
invierno , los bochornos y solanos del verano y las tormentas de primavera.
Como n ocasiones anteriores se vaciaron los pósitos y se cubrieron con el trigo de los cortijos
de propios y con la compra a otros
lugares como Porcuna.
Las medidas preventivas se ejercieron por parte de este corregidor, que,
como expresaba eran al servicio de
Dios y de su Majestad. de una manera
intensiva y a manera de prisión
secreta en el año de 1571, pues manifiestan las actas de cabildo sometió a
las ciudades c a una especie de prisión secreta por el mes de noviembre diciembre para que nadie pudiera entrar y
salir y unas cuadrillas de guardas y
caballeros del ayuntamiento([13]).
Las secuelas de la guerra fueron varias y diferentes. Por un lado, las
tropas de las compañía alcalaínas, a veces, se cansaron y huyeron como
aconteció en 1571 por el mes de junio, e incluso, hubo que apremiar a la ciudad
para juntar nuevas tropas, aún así tuvieron que ser renovados por una nueva
compañía de setenta soldados al mando de Pedro de Pineda en las Albuñuelas y no
lo pudieron ser los ciento sesenta que pedía el duque de Alba en el mes de
agosto de este año. Pues no se pudo
responder al envío de una provisión del rey permitiendo que se crearan los alcaldes
de la Santa Hermandad ,
cosa que no llegó a realizarse, debido a
que “esta ciudad frontera de Granada e quedan tantos monfíes e salteadores
por las sierras e caminos, así de los enemigos como de otra gente perdida e
algunas de las personas e pueblos que
son de malvivir de donde resulta muchos tratos de Granada como suele vacas, yeguas e cabrío e muertes
de hombres”([14]).
[2]
Memoria de la casa solar de Messía. Boletín de Estudios Jiennenses.
Jaén. Recoge el libro consultado de
Fernán Mexía Barba de la cerda y Fernán
Arias Messía, su hijo, caballeros principales de Jaén Flor de llinajes de
España, y se basa en el cronista del emperador Carlos V, Pedro Messía.
[3]
AMAR. Acta del cabildo del 26 de marzo de 1570.
[4] AMAR. Acta del cabildo del 22 de febrero de 1571. traslado
del poder de nombramiento de alcalde mayor.
[5]
AMAR. Legajo. Pieza Libro de cuentas de
1567-1568.
[6]
AMAR. Acta del siete de abril de 1570, el mecanismo consistía en sacar trigo
del Pósito a razón de cincuenta fanegas diarias cuarenta para Alcalá y diez
para el Castillo), Se llevaba la entrega en la plaza de la Mota , a las panaderas que
repartían cuarenta panes a personas señaladas con vales, que les permitía
acopiarse de pan amasado de libra de 32 onzas ,
y , posteriormente, se nombraban comisarios, dos miembritos del cabildo,
que lo controlaban a lo largo de los cuarteles de La Mota , Consolación, Arrabal
Viejo, san Juan, san Sebastián, y cuesta del Cambrón
[7]
AMAR. Legajo Pieza
. El mayordomo Diego Hernández de Hinojosa, declaró que era la más antigua, surgida en 1398, ubicada en la parroquia de santo
Domingo de Silos, disponías de limosna y de quince censos que alcanzaban
105.625 maravedíes, dedicados a una misa por los hermanos difuntos los sábados
de cada semana.
[8]
Legajo . Pieza Ibidem La cofradía de la Veracruz se fundó en 1550 con licencia del abad
don Juan de Ávila, según las declaraciones el 19 de marzo de 1568 por el
mayordomo Antón de Alcalá, con el fin de edificar una iglesia, hospital, era
cofradía de disciplinantes
[9]
AMAR. Acta del cabildo del 26 de diciembre de 1568. Está inserta la carta
[10]
AMAR. Acta del cabildo del 16 de junio
de 1568, en la que el capitán Juan de Aranda presenta las cuentas al cabildo
municipal de sus 56 días de estancia cuando enfermó el 26 de febrero,
importando 43.520 maraveds y 36.000 al alférez. ..
[11]
AMAR. Acta del cabildo del 22 de marzo de 1569.
[12] AMAR. Acta del cabildo. 10-3-1570.
[13]
AMAR. Acta del cabildo del 29 de noviembre de 1571.
[14]
AMAR. Acta del cuatro de abril del 1570-
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