Ejerció
como juez de residencia al principio de su corregimiento. Fue su alcalde mayor en Alcalá y Loja el bachiller
Blas Arias Hurtado y, posteriormente en Loja,
el jurado Francisco de Guijarro, que ejerció de teniente de justicia,y
en Alhama Juan de Manzanares, al que se acusó de estar amancebado y, por ello,
lo condenó el Consejo Real. En Alcalá , fue alguacil Francisco Verdejo y en
Loja ,el alguacil mayor, fue Sebastián de Alcántara. Se incorporó al municipio
alcalaino el 30 de septiembre de 1558 y dejó la vara del corregimiento el 28 de
diciembre de 1559, pero ya se ausentó durante el mes de julio ([1]).
Este corregidor no puede ser ilustrado de una manera pormenorizada a su paso por Alcalá, como
sucede con los primeros corregidores del
reinado de Felipe II, por la ausencia de libros dde Cabildo en el archivo
municipal. No obstante, quedan algunos papeles de su juicio de residencia,
realizado por Gerónimo de Fuentes a los
anteriores corregidores ([2])
El Consejo Real no respondió duramente a todas las acusaciones, pues, aunque
abundan en contra de su persona y de sus oficiales, la mayoria no tenían
sentido como no residir en ella, siendo la capital Alcalá la Real , o carecían de
importancia como el no realizar la visita de términos de dos ciudades (
probablemente Loja y Alhama o la publicación de la bula de los coronados de la Cruzada , o la de su
alcalde mayor de Alhama de detener los jueces debajo de la cárcel juntos, así
como los alguaciles y las mujeres presas, quitaba las armas sin tocar la queda,
se excedía en carcelajes y no solía llevar vara
y sufría desacato), sin embargo no tener guarda de montes, se mantuvo la culpa de que se le escapaba un
preso de la cárcel, cobrar cuatro reales los alguaciles cuando iban a las
alcarrias.
Se les obligaron a devolver al corregidor
Pedro Ponce de León y a todos los miembros del cabildo todos los gastos
ocasionados por el fallecimiento y honras con motivo de la muerte del Emperador
Carlos V.
Refiriéndonos a labor gubernativa,
llevó a cabo acciones contra los vecinos de Valdepeñas que se habían adentrado
por la mojonera y en donde intervino el síndico Luis de Laguna, ocasionando
varias reyertas y causando heridas a dos vecinos del Castillo([3])
En 1559 se continuó el pleito del vino con la prohibición de entrarla en las
tabernas y venderlo en los puestos señalados por parte de la ciudad de
Granada., que al final se resolvió con
un privilegio concedido para ello. En Loja, se entablo un conflkicto
vecinal con el estamento eclesiásticom al acrecentarse el precio de los
aranceles y no reconocer el arzobispado losdistribuidores del fábrica elefidos
por el pueblo[4].
En cuanto a
promoción de los municipios destacan las obras del camino de la cueva
del Grajo, calle de Tejuela, el encañado
y el pozuelo de san Juan y la puerta de la torre Nueva por Miguel de
Bolivar, en Alcalá y en Loja la plaza
del Matadero.
En cuanto a la
relación de la corte, hubo que intervenir en varios momentos del
pleito entablado entre la ciudad de Loja
y Huetor, que fue vendida a don Antonio
de Luna, dentro de la poítica de venta
de ciudades para hacer frente a los pagos de empréstitos con motivo de la
política real. Aunque la venta procedía del tiempo del corregidor Ponce de León
por septiembre de 1558, no se comunicó a
la ciudad oficialmente hasta julio del siguiente año. Esto dio lugar en
plabaras de del Rosal aprovechando
esta necesidad de la
Corona , que vende cualquier cosa a precio de saldo, y la
debilidad económica de la
Ciudad , otros ricos herederos pretenden alzarse con nuevos
señoríos a costa de ella, como lo intenta Gabriel Fernández de Córdobba con sus tierras de Campodabro, ue, felizmente
no consiguió”[5]
[1]
AMAR. Legajo 46 Pieza 12.Discargo del 13 de enero de 1560.
[2]
AMAR. Legajo 6. Pieza 24. Se compone de un traslado posterior con uana parte de
la cédula y los cargos en la ciudad de Alhama.
[3]
AMAR L egajo 46 Pieza 12 LEGAJO DE CUENTAS. Libranzas.
[4]
DEL ROSAL Y OTRO. Op. Cit. Pp. 264-266.
[5]
DEL ROSAL Y OTRO. Op. Cit. Pp. 265.
No hay comentarios:
Publicar un comentario