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lunes, 11 de julio de 2016

DON LIRIO PALOMAR


           Han pasado varias semanas de la muerte de don Lirio Palomar. y no me podía quedar callado ante la sensible pérdida de un alcalaíno adoptivo, como lo consideré y consideramos muchos alcalaínos. Estoy en deuda con él como muchos vecinos y amantes de la música de Alcalá la Real-
            Aunque valenciano de nacimiento, Lirio vivió intensamente el latir de la ciudad de la Mota durante muchos años del sendero final de su vida. Tuve la suerte de conocerle en los primeros pasos de la Coral Alfonso XI, cuando sustituyó al director prieguense Antonio López,  predecesor suyo en  los primeros momentos. Como cronista que fui de aquella coral, mostraba mesura inmensa, excelente cordura y receptividad en grado sumo. 
Dio una gran proyección artística al coro alcalaíno desde que se puso bajo su batuta, por sus amplios conocimientos y sus excelentes dotes humanísticas. Leía la música y practicaba la armonía  vital que ya descubrió Pitágoras en el arte de Euterpe. parecía como si hubiera heredado de de musa protectora de la música, sus  cualidades etimológicas. Como "la muy placentera", esa era su divisa ante todos los que asumían su dirección musical, que le seguían atraídos , más bien encantados a la manera de Orfeo. Como la "de muy agradable genio", aiempre percibíamos en la persona de don Lirio Palomar muestras de afabilidad y placentera actitud para agradar. Y, en tercer ligar, como la de buen ánimo, su espíritu siempre era positivo venciendo toda la adversidad. No parecía un admirador de Euterpe, sino un hijo suyo del siglo XX que se había amamantado de las virtudes de este ser mítico. De seguro que su imagen coronada de flores y con el flautín en sus manos, debió impresionarle en los primeros momentos de su formación para aficionarse a la música de flauta, en la que por muchos fugares triunfó.
            En mis tiempos de edil, se produjo una baja en la dirección de la Agrupación musical Pep Ventura, que había reiniciado sus pasos en los primeros años de la recién nacida democracia. No se presentó duda alguna a la hora de la elección de nombrarlo como nuevo director, se le ofreció una mañana del día de la Patrona de Alcalá la Real. En sus venas corría la inspiración de otra musa, Terpsícore.  Esta musa, " la que deleita con la danza", se le considera la protectora del canto coral; es de aspecto jovial, coronada de flores y sonando la lira. Dio un empuje excepcional a la profesionalización y al reconocimiento de aquel grupo de músicos, que elevó en muchas ocasiones a  una orquesta sinfónica. De la mano de Lirio se pasó de una banda musical para acompañamiento de manifestaciones públicas y esporádicos conciertos a una excelente agrupación musical que se atrevió a brindar al pueblo de Alcalá la Real unos conciertos inolvidables y unas brillantes actuaciones.

            La zarzuela, la música de cine, la canción andina, los autores clásicos, los conciertos navideños, las marchas de Pasión y Gloria , las variantes musicales de lo popular, los ciclos y conciertos temáticos definen una etapa que alcanzó su cenit en su simbiosis de actos agrupados con la coral Alfonso XI. Atrajo a nuestra ciudad a importantes músicos, cantantes, grupos musicales, orquestas, y asesoró sabiamente cuando se le requirió. No faltó nunca a la cita, era el sabio comentarista para adentrar al aficionado o al melómano en la actuación artística. Siempre dispuesto al estudio y a cooperar con todos los acontecimientos alcalaínos, congresos, efemérides y aniversarios. Y siempre poniendo la corona del laurel a los homenajeados con el arte musical. 
            No puede quedarse su biografía en el ámbito local, ya que era excelente profesor del Conservatorio de Granada y había pasado por varios destinos donde demostró siempre su valía como componente o director de agrupaciones musicales. Por eso me quedo con estas palabras de una coralista. Solo su cuerpo se ha ido, él sigue viviendo en todas aquellas personas que le quieren y le recuerdan"

En otros tiempos, fue el maestro Antúnez, más cercanos Villasalero y Manuel Hermoso López. Hoy, su semilla comienza a dar sus frutos en la batuta de muchos que le acompañaron como músicos, crecieron en la profesión y multiplicaron su sabiduría en hijos y nietos.





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