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martes, 28 de abril de 2015

ORÍGEN. HACIA EL PRIMERO DE MAYO. FINALES DEL SIGLO XIX.

            Dentro del contexto anarquista andaluz, en Alcalá de los Gazules se intentó  fundar la Unión de trabajadores del Campo, que reflejaba  perfectamente la simbiosis entre la ideología anarquista y la organización de lo que serán las futuras  agrupaciones socialistas. Sin embargo, por otros historiadores, se considera que las primeras agrupaciones socialistas fueron las de Málaga y la de Linares, pues llegaron a formar parte en el I Congreso del PSOE del año 1888. Esta última tuvo lugar en 1887, donde contó con  la presencia del propio  Pablo Iglesias y divulgó las ideas socialistas por todas las ciudades de la cuenca minera, mientras desde la ciudad malagueña  el socialismo se extendió en el campesinado de esta provincia.
Las primeras agrupaciones socialistas se expandieron en núcleos industriales y urbanos,  donde  la comunicación por tren o carretera era importante  y  además gozaban de una prolongada tradición industrial o artesana, pero el  socialismo reflejaba en todos estos casos estudiados  una organización, menos sólida que la del resto del  territorio nacional, pues como refiere el profesor Francisco Cobo[1]
Los  trabajadores urbanos tenían  mejores oportunidades para comprender y asimilar las teorías socialistas. Tenían más cercanos los centros generadores de cultura, como bibliotecas o teatros, se podían reunir y organizar con mayor facilidad, disponían de mayores recursos económicos para comprar periódicos republicanos y obreros, incluso algún libro. Por eso, fueron precisamente los trabajadores de las ciudades, artesanos o trabajadores de  las fábricas, de las minas y de la capital de la  provincia, los primeros que ingresaron en las organizaciones anarquistas y socialistas. Pero este movimiento obrero se incardinó en los movimientos populares urbanos y republicanos precedentes, de cuyas filas procedían muchos de los primeros afiiliados”.  
           
            Los socialistas no llegaron a organizar durante estos años ninguna huelga revolucionaria, aunque participaron en algunas huelgas generales  por motivos laborales, que daban lugar a la paralización de algunas actividades económicas de las  localidades. No puede pasarse por alto el hecho de que la primera huelga con intervención de las organizaciones socialistas tuvo lugar en  1887 en Teba, donde acudió el propio Pablo Iglesias en persona. Tampoco, se puede olvidar el gran número de huelgas sectoriales  que tuvieron lugar por estos años en las ciudades mencionadas o  en el año 1897,  cuando el  fundador del partido consiguió parar
a ciudad de Linares  con motivo de la celebración del 1º  de  Mayo  sacando a flote el descontento de los trabajadores  por una  conflictividad larvada en la cuenca minera que provenía de años atrás.  
            En 1899 se consiguió la primera representación institucional de las agrupaciones socialistas, cuando los SOCIALISTAS  obtuvieron una credencial de concejal en las elecciones municipales de Córdoba, cuya agrupación se había fundado seis años antes. En 1892, se celebró el III Congreso de la U.G.T. en la ciudad de Málaga y marcó un hito en la historia del socialismo dentro de Andalucía.
            La fecha de primero de Mayo  solía ser el acto más significativo en las  organizaciones obreras, y, por ende, en la vida del socialismo. Los partidos conservadores miraban con  recelo dichas convocatorias, tal como se percibe en  estas notas del escritor alcalaíno Guardia Castellano[2] que nos ilustran  del ambiente de esta época.

“....y esas sociedades, tímidas en un principio  fueron creciendo y desarrollándose con la  impunidad, y no se limitaban  a gobernar el mundo a su placer, haciendo planes parae l día no lejano de las reivindicaciones y del reparto social, reunidos en los locales cerrados de sus centros, ornados con el retrato  de Ferrer alzado sobre la mesa presidencial, como el Cristo que se alza en las escuela, sino  que salían a la calle precedidos de sus banderas tras de las cuales marchaban al través de los  campos, formados militarmente, para ir  a incorporarse a otras sociedades de otras aldeas y juntas  celebrar y reuniones al aire libre donde pronunciaban  discursos de los más subidos tonos contra el orden social dando mueras a la religión  y a todo el que tenga dos pesetas...”










[1] Garrido, L. y otros Nueva Historia Contemporánea de la provincia de Jaén.1808-1950. I.,E.G. 1
[2] GUARDIA CASTELLANO, A. Notas para la Historia de Alcalá la Real de Antonio Guardia Castellano.   Madrid 1913. Reedición Murcia Rosales y otro. Año 1996. 

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