La
torre de Santa María la Mayor
recuerda el pasado e invoca al futuro. Se ancla en los cimientos de una ciudad
que la vio erigirse altiva sobre la cima del cerro de la Mota , mientras otea el
horizonte del territorio abacial. Rezuma historia y frontera, y aventa nuevos tiempos de la sociedad futura del ocio. Ha cobijado bajo su sombra hombres
argáricos y turistas japoneses; paró rayos de noches con signo de muertes
trágicas, y proclamó la llegada de la actual Constitución Española. Ya se
erigió sustituyendo el anterior campanario de la primera iglesia gótica para
mantener aquella campana que le concedieron los Reyes Católicos a este pueblo de la Sierra
Sur , con el fin de que en se escuchara en todos los rincones
del suelo del municipio de Alcalá la
Real para acudir a aleos militares y concejos abiertos. En
sus tres cuerpos y chapitel, amparó la vida de muchas personas: desde el
bautismo de los alcalaínos de los
barrios de la Mota , que se ejercía en el
arco de planta baja de la capilla, hasta la despedida de todos los vecinos que se inhumaban en el
cementerio nacido a los albores de las medidas sanitarias de los gobiernos del
siglo XIX, tampoco le faltó convocar al pueblo alcalaíno con el toque de las
horas de su reloj, ubicado en el tercer cuerpo de bóveda nervuda, a marcar los ritmos de sus
tareas diarias ( desde los maitines hasta la queda pasando por la hora del Ángelus y las citas a los enterramientos y
fiestas ordinarias y extraordinarias de los dos cabildos, municipal y
eclesiástico). Se aventura el visitante a convertirla en una torre para un
palacete renacentista, aunque la sala del segundo cuerpo, coqueta y recatada,
tan majestuosa y bellamente cubierta con
una bóveda renacentista sobre las trompas de tetramorfos anuncie el paso a la
domus Dei et porta Coeli,
La torre está firmada con las grafías de Lázaro de Velasco, su primer arquitecto, en las escaleras de este tercera planta que acceden al camino del antepecho de la techumbre. Por cierto muy simbólicas, delecta mei iuventutis et ign..( un canto al gozo de la juventud; por la traducción, " acuérdate de las fechorías de mi juventud y fogosidad") ) , junto a un MENTO MORI y una calavera (una aldabonazo al tránsito final por esta vida del hombre). Hoy está impregnada con las huellas de todos los artistas que diseñaron toda la iglesia más importante de Alcalála
Real : desde Siloé a
Manuel del Álamo pasando por Lázaro de Velasco, Ginés Martínez de Aranda, Juan de Aranda
Salazar, Luís González, Ambrosio de Vico y Eufrasio López de Rojas entre otros.
Recuerda esta sala la primera fase de la
construcción, con un abad solicitando una
ayuda a la Corte, y huele al aguardiente que tomaban los músicos por ser el trascoro donde ensayaba capilla de música abacial antes de que
saliera por la puerta el abad para oficiar la misa.
La torre está firmada con las grafías de Lázaro de Velasco, su primer arquitecto, en las escaleras de este tercera planta que acceden al camino del antepecho de la techumbre. Por cierto muy simbólicas, delecta mei iuventutis et ign..( un canto al gozo de la juventud; por la traducción, " acuérdate de las fechorías de mi juventud y fogosidad") ) , junto a un MENTO MORI y una calavera (una aldabonazo al tránsito final por esta vida del hombre). Hoy está impregnada con las huellas de todos los artistas que diseñaron toda la iglesia más importante de Alcalá
La
torre de Santa María la Mayor
es la más alta atalaya de la ciudad sobrepasando con creces los mil metros,
Desde allí, se posan ante sus pies una ciudad fortificada que exhibe más de tres
mil años del pasado local, extraordinariamente remozada y limpia como el agua
de una fuente: desde la trama urbana de los tiempos de frontera
Desde
el chapitel de la torre de Campanas, se otea el horizonte espacial y temporal .
Se pierde la vista en los depósitos y conducciones de agua (desde Frailes hasta
la red completa de almacenamiento
hídrico que se construyó en estos últimos 30 años y rodea toda Alcalá la Real , dando lugar a que ya se
olvidaran los tiempos de los horarios de la agua domiciliaria porque, a las
primeras de cambio, se quemaba una lavadora). Las casas de aldeas relucen blancas, unas como Santa
Ana junto al nuevo parque periurbano de los Llanos y cerca los dos polígonos de su
entorno, el Chaparral y el muy reciente
Llano de Mazuelos; o, en medio de
un paisaje mediterráneo y de olivar, se extiende los tres o cuatro núcleos de
Ermita Nueva, porque el área de servicios crece cada día más desde la curva de
los Rosales y Peñas del Yeso hasta
el Pleito; la nueva red vial acerca a sitios como la Torre de los Pedregales, cerca
de la cual se encuentra la
ITV. Pero esta torre hace volar la imaginación y se prolonga
en el horizonte temporal, reclama que las campanas toquen sin estar cascadas y
cerrar el anillo amurallado por el arrabal del Aire que va de la puerta de
Santiago hasta la torre de la Cárcel Real ;
augura nuevos tiempos de esperanza sin romper el eslabón de la cadena iniciada
años atrás ni caer en itinerarios
aventureros; y, a pesar de tormentas pasajeras y movimientos telúricos, se
mantiene como notaria privilegiada y cronista auténtica de un progreso que
transformó Alcalá de pueblo en ciudad .
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