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miércoles, 8 de abril de 2015

el partido de cantera blanca (iii)

HISTORIA
            TIERRAS DE REALENGO Y CORTIJOS
La cultura de estas tierras  se remonta a  la época argárica, incluso recientemente se hallan asentamientos neardentalenses; pero una época próspera de esta aldea fue la  musulmana  donde hubo, por  varios testimonios arqueológicos.  algunos  asentamientos en formas de alquerías y necrópolis. El origen de este partido de campo se asentó definitivamente en el actual núcleo, con la primera repoblación de Alfonso XI que incidió por las zonas cercanas a Alcalá la Real en torno a los cortijos del Águila o el de Torres, Cantera Blanca y Chaparral de Nubes y junto  al cortijo de  la capellanía de Pedro Hernández de Alcaraz( que pasó a Diego de Aranda Figueroa) junto al portillo de la s Carreteras en el camino que bajaba al Monte de Nubes,  y en torno a las tierras del capitán Diego de Aranda junto la Atalaya de Nubes, y desde este lugar al camino de Cantera Blanca, las  tierras de Diego de Córdoba, oidor de la Chancillería, Diego Hernández  de Anguita, Gonzalo Hernández de Santisteban, Catalina López del Salto y Alonso Herrero Pineda hasta el camino de Cantera Blanca..
 En tiempos de los Reyes Católicos recibieron una gran merced el regidor malagueño Pedro Verdugo, junto a estos predios. Desde el camino de Fuente de la Piedra se extendía una gran parte de monte sin señalización ni vivienda alguna hasta las tierras de Majalcorón y por la parte de la otra orilla del Palancares orientada hacia los términos de Granada, Íllora y Montefrío una gran cantidad de monte y baldío que se dedicaba al ganado con una vereda que se adentraba hasta las misma faldas. . Hay una gran extensión de tierras de propios, monte realengo cerca del Juanil, Llano de los Muchachos, cerro de las Madrigueras, y Yerbatunal.
                                El repartimiento de Francisco de Alarcón
 Posteriormente,  siendo corregidor  Francisco de Alarcón en 1527, se llevó a cabo un nuevo repartimiento en tiempos de Carlos I que incidió por la parte del Chaparral, Fuente Nubes y riberas del Palancares dentro de un lote de 10.000 fanegas de tierra que afectó a todo el término de Alcalá la real. Para llevarlo a cabo se llevaron a cabo varias cuadrillas y repartieron varias suertes de determinados  lotes de terreno o trances de terreno, estableciendo una vereda junto a los cauces de los ríos en un lado y otro de diez estadales.

Como se puede deducir, a lo largo de los padrones y censos del siglo XVII y principios del siglo XVIII,  la siguiente conclusión, a cuyos datos fidedignos  nos referimos anteriormente[1]:   “La zona comprendida  en las riberas del Palancares y el Velillos se extendía desde Mures hasta Valdegranada, moteada de caserías y cortijos.  Era fruto de los repartimientos anteriores y de las nuevas roturaciones de tierras: (dejando aparte los cortijos de la Jineta, Moralejo, Acequia, cortijo de la Cartuja, Pilillas, cortijo de Nieto, Peña del Yeso, por comprender otra unidad que estudiamos y se engloban en Ermita Nueva), se  mencionan a los cortijos Las peñuelas, cortijo del Alcayde, Llano de los  Muchachos, Peñuela de  Nubes, venta de los bramaderos, cortijo de Diego de Aranda, Chaparral, Cerro Gordo y Fuente la Oya (…) Aunque los cortijos del Águila y de Cantera Blanca ( uno de la familia de los Góngora y otro de los Utrilla) procedían de repartimientos anteriores , el Romeral, el Chaparralejo y el Alamoso también fueron otros lugares  que tuvieron un gran desarrollo roturador. En su fisonomía se entremezclaban los cortijos con las casas de retama, consecuencia de repartimientos para pagar los arbitrios  del siglo XVIII. A pesar que era una zona de dependencia total con el casco urbano de Alcalá la Real, el aumento de población obligó al establecimiento de la industria harinera . Así el molino Cañón se levantó para  el abastecimiento de los vecinos, hacia  fínales del siglo XVIII, y los vecinos  tenían que ir a las Riberas o al de las Juntas para comprar la harina.  En esta zona, por su cercanía con el casco de Alcalá la Real,  los labradores arrendatarios solían residir hasta mediados del siglo XVIII en el núcleo urbano. Entre sus tierras, se encontraba algunos predios, propios de los conventos de la ciudad y de forasteros, como de Chaparral de Nubes que era propiedad del convento de la Concepción de Loja. ”
SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII

En el siglo XVIII los ríos y los caminos dividieron esta zona  del Palancares a la hora de formar el distrito o partido de campo de Cantera Blanca. En  concreto, este comprendía dos partes de este río arriba: por un lado la Peñuela, Fuente la Oya, Cantera Blanca y Chaparral de Nubes; por otro lado,  Bramaderos., Valdegranada y Alamoso. En tiempos del Catastro de la Ensenada, teniendo en cuenta que pudiera ocupar una zona superior al tradicional partido de campo de Cantera Blanca, se le asignaron y ubicaron 73 unidades familiares en torno al río Palancares, agrupando unos 429  habitantes, entre los que se encontraban un hidalgo,  dos cabezas de familia más de  60 años, 21 hijos de 18 años,  87 menores de 20 años,  79 hijas,  10 parientes, 62 sirvientes y 40 gañanes, lo que demuestra que es una población dedicada al laboreo del campo y a la agricultura con  grandes casas nobles o cortijos en las que  vivían los miembros jornaleros de la  hacienda familia así como gañanes y pastores.   Suele repartirse cierto número de suertes en torno a las veredas y río del Palancares, Yerbatunal, Llano de los Muchachos, Caiceruela, y Chaparral de Nubes
                                                                                           
En el siglo XVIII, en 26 de mayo  de  1770, con motivo de la política de la promoción de la riqueza agrícola e industrial se llevó a cabo, siguiendo las directrices de le Consejo Supremo de Castilla,   un repartimiento muy importante en toda la zona de Alcalá la Real que afectó a unas diez mil fanegas de tierra pertenecientes a los terrenos comunales o de realengo. En este paraje  de Cantera Blanca se repartieron de nuevo  las siguientes suertes en estos parajes:

-Llano de los Muchachos: 43 suertes, del número 799 al 842,  (11 de nueve fanegas; 6 de más de diez fanegas, y el resto entre cinco y ocho), que se repartieron entre los que labraban y constituían los cortijos de este lugar. Entre las familias se encontraban las de Antonio González, Agustín José Carrillo, Feliz de Mesa, Miguel y Juan de Ocaña, Peñálver, García, Antonio de Alva, los Coca, Hermoso, e  García Gallardo, Márquez, Francisco Guelte o Huelte,
-Cuatro en Ejidos de Verdugo,( dos de 11 fanegas y otras de seis y siete, correspondían a los números 730-734)
-Yerbatunal, lo que hoy es Gatunal,   con  cinco suertes y 32 fanegas- Recayeron en  María Marques, Ricardo Palacios, Valentín Romero y Pedro García Romero.
-Alcaiceruela o Escaleruela ( que suelen asignar a las Pilillas) con 20  suertes para familias de los Márquez, Peñalver, Cano , entre otros. es correspondían las suertes  763-784.
Espinar de la peña del Yeso co 27 suertes , que se distribuían entre cuatro de doce fanegas y el resto entre 5 y nueve fanegas , para familias de Francisco de Toro, Arévalo, Gutiérrez,  etc. Correspondían a las encuadradas entre los números  843 y  859.
-La Hondonera con 87 parcelas repartidas entre vecinos de la ciudad de Alcalá la Real. Corresponden a las parcelas 860-947.
-Chaparral de Nubes   con 30 suertes (1102--- 1140 l La mayoría de seis fanegas y media , cuyos colonos  pertenecían al núcleo de los cortijos rurales de la Pedriza.
-Y otra del mismo  Llano de los Muchachos y Palancares ( 252-301) con 40 parcelas de unas seis fanegas de tierra con sobrantes en camino y algunas de 11.  Por este lugar se van concentrado algunas familias de cortijos como el de los Hueltes y García Gallardo en diversas parcelas del Llano de los Muchachos.
-Camello, que dará lugar a una serie de roturaciones ilegales a partir de 1770 y desembocará con la imposición de la autoridad en el siglo siguiente.
[1] AAVV. ALCALÁ LA REAL. HISTORIA DE UNA CIUDAD FONTERIZA Y ABACIAL. Tomo II. Pág. 286-290.





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