POEMAS
LA CAMPANA DE SAN MARCOS
Los romeros debieron escuchar la voz de la campana que cantaba de esta manera Guardia Castellanos:
Yo de san Marcos soy la campana,
La
más humilde, modesta y llana
De
cuantas tiene la cristiandad.
Durante
el año callada y muda
Ni
un solo instante mi voz aguda
Turba
el reposo de la ciudad,
Mas, cuando llega de mi patrono
La
renombrada festividad,
Me
envalentono,
Y
desechando mi encogimiento,
Cambio
de tono
Y soy proclama que esparce el viento
Del
territorio por el confín.
Mas
cuando siento más energía
Y
al cielo atruena mi voz de hierro,
Es
cuando asoma la luz del día
En
el que debe la cofradía
Que
en pie sostiene la ermita mía,
Volver
al Cerro.
Y
en mi espadaña toca que toca,
Sugestionada
por su grandeza,
Grito
yo loca:
¡Viva
la Virgen de la Cabeza!
DEDICADO A LA ERMITA
SONETO DEDICADO A SAN MARCOS
De las Cruces, al pie y en su ladera,
Un camino de curvas desiguales,
Ya al lugar donde nacen los raudales
Del agua que fecunda su ribera.
La Iglesia de San Marcos, pobre, austera,
Descuella entre cipreses y jarales,
Y a sus pies el
Cauchil con sus frutales
Y sus flores de eterna primavera.
Respirando el ambiente
de poesía
Que tiene aquel lugar, al caer el día,
Muchas veces me hallé...¡feliz pasado!
Ya distraer mis
pensamientos vino
El saludo del pobre campesino
O el triscar bullicioso del ganado.
(María del
Pilar Contreras, Entre mis muros,
pág.15.)
Acuerdo de julio de 1627
Trata sobre un remanente de agua del pilar que está en el camino de Señor San
Marcos que se hizo merced a Antón de Alcalá y ahora lo pide Diego Fernández
Montemolín, porque este remanente iba de las casas de Antón de Alcalá a las de
Alonso Serrano y al tejero Marcos López, su hermano, Cristóbal Orgaz y pasaba por las casas de dicho Diego, se
comprometía a encaña
rlas y no faltarles agua a los vecinos que las tenían concedidas.
Se encargó Luís Alvarez de Sotomayor hacer el informe.
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