, el cortijo de don Pedro Pineda, el cerro Mulero ( con la escaramuza última de la Guerra Civil) , y algunos episodios de los hombres que tuvieron que echarse al monte remontándonos a los monfíes y pasando por los bandoleros, maquis y gente de la Sierra.
De allí, nos dirigimos al cortijo de Peñalver y paramos junto al cortijo y el abrevadero de animales convertido en lavadero de la zona por el caudal de su fuente. Alguna historia familiar se revivió como la bomba de Paco, y proseguimos la ruta hasta la nave que recuerda el antiguo Arroyo Seco, donde comentamos el establecimiento de una colectividad en la Guerra Civil, de allí a los pozos de las Parrillas Altas recogiendo espárragos para una tortilla y a divisar en su era unas bellas panorámicas de Mures, Ermita Nueva y tierras del municipio de Moclín. Tras una parada algo más prolongada, comentamos las tierras del Marqués de los Trujillos, el cuarto de legua y los avatares de esas tierras relacionadas con la venta del Castillo de LOCUBÍN.
En el cortijo de Llanos , nos recibió Rafael Hidalgo, que nos acompañó en el recorrido y nos hizo ver su cortijo con sabor a los años de yunta y gallinas en pajar.
Tuvimos la vuelta de antiguos ruteros y nos acompañó la rutera nonnata que ya está a punto de acompañarnos en carrillo bebé con su madre Fátima.
Y se nos invitó a hacer allí una concentración gastronómica, mientras comentamos las mojoneras de Alcalá ( con cruces en robles, fresnos, encinas, montones de piedras ) .Volvimos a Gumiel, donde despedimos a Manolo López y los ruteros de Mures dándoles dobles gracias por la buena ruta y las fotos. Pues fue un día de despistes en la redacción y en la cámara sin batería. Gracias a Paco Mures ( García Pérez) y Loli Siles por su fotos. Un abrazo.
NO OLVIDAR APUNTARSE A LAS RUTAS DEL GOLLIZNO Y TOZAR Y LA DE PINOS Y GARCÍA LORCA EN CAMPOAMENO EN ESTA SEMANA.
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