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sábado, 4 de abril de 2015

LAS SIETE PALABRAS



  

Era una costumbre alcalaína, que se realizaba en la Iglesia de Consolación ante la Virgen de los Dolores, el hecho de que se meditara sobre las últimas palabras de Jesús. A partir del año 199l, la hermandad del Cristo de la Salud recogió y reactualizó dicha tradición que suele ser inicio de la estación de penitencia. El acto consiste en una ceremonia de celebración de la palabra, que se inicia con la señal de la cruz y la interpretación de una saeta, referente al Cristo de la Salud, para continuar con una lectura del evangelio del pasaje que trata sobre el momento de la Muerte de Jesús. Estas son las palabras:

"Era cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo "Padre, en tus manos pongo mi espíritu". Y, dicho esto, expiró".

Con este pasaje evangélico se trata de hacer comprender el significado teoestético que representa la imagen del Cristo de la Salud.
Unos momentos antes, mediante el recitado de las siete palabras, se van  exponiendo cada uno de los cuadros que  representan  la leyenda escrita y se hacen unos minutos de meditación. Estas son las siete palabras:
   
PADRE, PERDONALES PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.

EN VERDAD TE DIGO, HOY ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO.

MUJER, HE AHÍ A TU HIJO.

DIOS MIO, DIOS MIO, ¿POr QUÉ ME HAS ABANDONADO?

TENGO SED.

TODO SE HA CUMPLIDO.

PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU.

En estos últimos años, se ha vivido de una manera intensa cada uno de los momentos de este acto, especialmente en la lectura de cada una de las palabras de Cristo Crucificado.
A continuación se reza el salmo de la hermandad Domine Deus Salutis con versión






  actualizada, y  haciendo referencia al momento que recoge la súplica del salmista, cuando una persona ha fallecido y baja al mundo de los infiernos o del seol. Es precisamente lo que se rememora en este acto que así lo cantaban los hijos de Coré.
Finaliza el acto con el recuerdo de los fallecidos de la hermandad, mediante la interpretación del himno del silencio por la Banda de Tambores y Trompetas, completándose con la lectura de los artículos referentes a la estación de penitencia del Reglamento de procesiones, que lleva a cabo  el Secretario. Un Hermano alienta a todos  los reunidos en la iglesia a seguir a la imagen con el canto de una saeta.














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