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lunes, 20 de abril de 2015

Se acerca la romería de la Virgen de la Cabeza. La primera casa dela cofradía de Alcalá la Real en Sierra Morena. Mi artículo en el programa de Alcalá la Real


LA PRIMERA CASA DE LA COFRADÍA  DE ALCALÁ LA REAL EN EL SANTUARIO



                        Para la cofradía no sólo es curioso sino fundamental que uno de los aspectos fundamentales fuera el cuidado por la estancia de  los peregrinos durante varios días en la casa de la cofradía o cuando se hace el peregrinaje a lo largo del año. La cofradía alcalaína  tuvo siempre un sitio para alojar a sus cofrades, pues mantuvo su vinculo con el santuario, año tras año,  hasta alcanzar el puesto tercero en la actualidad. Primero, lo hizo, como muchas de las hermandades y cofradías, en una tienda que describe generalizando el escritor Manuel Salcedo Olid para todas las cofradías, una tienda amplia de lona con fuertes vientos y maromas, en la que los cofrades guardaban enseñas, alimentos y estandartes e insignias, al mismo tiempo que era un refugio para salvar las inclemencias del tiempo.  Esta tienda alcalaína  fue precisamente descrita y renombrada por escritores  de Alcalá la Real. Curiosamente , Madoz cita la romería de la Virgen de la Cabeza y a los romeros alcalaínos sin organización cofrade lamentándose de tiempos anteriores en los que eran muy numerosos y ahora tan sólo acudía una pequeña representación en 1852 y con la bandera y tienda

 “ Para la Virgen de la Cabeza salía su cofradía que era muy numerosa en dirección a Andujar, llevando una magnífica tienda de campaña y bandera y la expedición era alegre y divertida, en el día aunque el número de cofrades se ha disminuido mucho, todavía celebra romería, llevando con antes la tienda y la bandera”.
 Algunos, incluso la recordaban a  principios del siglo XX. En palabras de José Ibáñez Sánchez en las páginas de este programa recogía la tienda con motivo de las fiestas locales de mayo:.
En el centro de la explanada de la iglesia de san Marcos, se levanta una tienda de campaña de unos siete metros de altura. En el centro de esta., en el suelo, había una gran piedra redonda parecida a una muela de molino de harina de cuyo agujero central y en el sentido vertical se elevaba un grueso mástil de madera, que era mantenido por cuatro vientos de fuertes maromas  de  cáñamo y una muy fuerte lona de color grisáceo, bastante sucio, formaba aquella tienda de campaña. Recuerdo muy bien que por aquellas maromas  que, desde la cúspide de la tienda bajaban hasta las paredes que circundan el recinto cuadrangular, donde eran sujetadas a cuatro gruesas piedras, una en cada uno de los lados, yen plan de apuesta, trepaban  aquellos atrevidos mozalbetes para ver cual de ellos llegaba antes a la cúpula de la tienda y en una plataforma de unos cincuenta centímetros  de diámetro  se sentaba el triunfador junta a la bandera que le coronaba. Conviene destacar que en estas hazañas, cada año se producían caídas peligrosas (…) de esta tienda de campaña ya desaparecida aún quedan algunos recuerdos de ella, tal como los crespones que adornaban su interior , que se encuentran guardados en los arcones de San Marcos(…) La misión de esta tienda  era , por regla general, para albergue de los cofrades en la Sierra Morena, además de otros menesteres para el bien de las cofradías, cuando se instalaba en la placeta de san Marcos, también tenía un fin práctico, porque yo recuerdo que en uno de los primeros de mayo, cuando allí se celebraba una fiesta, servía para guarecerse de las inclemencias del tiempo. “
            Antes de edificarse la casa de hermandad , está claro y notorio que la cofradía alcalaína siempre que acudía al Santuario iba equipada por esta tienda de campaña, que abría en las faldas del cerro para cobijo de su representación y devoto. A mediados del siglo XIX, se cita en diversas ocasiones que  existía una casa de la cofradía, pero, por su desaparición, con motivo del asedio de 1937, y por quedar en ruinas, se construyó una nueva casas  dando lugar a la ubicación actual, y, por eso  se ofrecen una serie de interrogantes y se exponen varias  hipótesis sobre la fecha, construcción y sitio. También la ciudad de Alcalá la Real  debió asistir a un decaimiento de las manifestaciones públicas de carácter religioso que contagiaron de cierta frialdad a la realidad social y de algo desánimo en el pueblo “mas llevados por los signos secularizantes de los tiempos que por la falta de devoción”.  No obstante, unos años después , el escritor andujareño Gimena Reche alabó la cofradía de Alcalá la Real en un contexto de penuria de recursos del santuario, porque no pueden pagarse a los capellanes para mantener el culto, tal como se lamentaba el rector del santuario don Francisco Rojo Palomino.
“Las  más traen capellán, y la de Alcalá la  Real se distingue porque, a pesar de la distancia de quince leguas,  presenta todos los años más de cien personas. Y el digno Sacerdote que les acompaña, diariamente les dice Misa y exhorta a que guarden el respeto debido a la religiosa romería, si han de obtener las mercedes de María Santísima. Esta corporación no omite ni medio, ni gasto para enaltecer las glorias de la Virgen. Ha construido al pie del Santuario una casa para hospedarse, cuyo importe pasará de ocho mil reales. En su pueblo tienen un templo dedicado a Nuestra Señora, y celebra, todos los años, las fiestas solemnísimas en los días de Pascua de Navidad y de Pentecostés, sin otras varias que promueve la piedad cristiana-. Loor eterno a todos los devotos de María”. De lo claramente se deduce que la cofradía alcalaína poseía una casa para albergar a los más de cien romeros que acudían a la fiesta religiosa. En concreto, en 1857, tan sólo acudían 11 cofradías, que eran de la de Andujar, Colomera , Rute con Sana Fe que iban unidas y  Martos  ocupando Alcalá la Real  el puesto  quinto; y seguida de Montoro , Bailén, Arjonilla, , Puertollano y Jaén.
Ratifica todo lo anterior este texto recogido de José Luís Pantoja, nuestro querido amigo cronista de Lopera, que nos ha proporcionado sobre la ubicación y existencia  de la casa de la  cofradía de Alcalá la Real y el modo similar de agenciarse la  adquisición de un solar, lo que. por su interés,  transcribimos: “ el 13 de mayo de 1857, re reunieron en la ciudad de Andújar, por una parte: D. José Carlos Velluti Avira, XIII Marqués de Falces y del Cerro de la Cabeza y propietario de la Dehesa llamada de la Virgen en Sierra Morena, en cuyo terreno está situado el Santuario de la Virgen de la Cabeza, y de otra, una Comisión de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Lopera formada por: Francisco Zurita Sánchez (Hermano Mayor), Antonio García Bueno, Alonso Ferruz, Antonio Alcalá García y Antonio Morales Alcalá. Los cuales están interesados en adquirir un terreno al referido Marqués, para edificar una casa destinada como albergue para los Cofrades en la Romería del último domingo de abril. El terreno elegido por la Cofradía estaba situado a la derecha del camino saliendo por el Arco de la Plaza, frente a frente de otra casa, que a la izquierda del mismo camino tiene recientemente edificada la Cofradía de Alcalá la Real. El terreno deberá tener entre 24 y 30 varas (una vara equivale a 836 mm.) de frente y de 40 a 50 varas de extensión, para poder formar un corral proporcionado a su albergue. A esta extensión accedió el propietario del terreno, el citado Marqués, por un precio de 1.333 reales, teniendo que pagar la Cofradía de Lopera al Sr. Marqués del Cerro y a quien su derecho represente la cantidad de 40 reales de réditos (con plazo hasta el 13 de mayo de cada año) mientras no se redima. Y para tener la seguridad de cobro, establecen imposiciones de hipoteca sobre la casa a construir, la que se obligan a no vender, partir, dividir, ni en manera alguna enajenar, sin el gravamen que le afecta y lo que en contra se hiciese ha de ser nulo y de ningún valor. Los componentes de la Comisión ofrecen todos sus bienes en general, para hacer frente a la compra del dicho terreno, donde edificar la casa y en caso de incumplimiento con los requisitos expuestos en la escritura, se les apremie por todo rigor de derechos. La escritura se firmó ante el escribano de Andujar D. Sebastián Romero”[1].

            El último sábado de abril de 1857, acudieron los romeros alcalaínos con antelación a Andujar y se acercaron a la notaría de Sebastián Romero. Este año celebraron dos grandes acontecimientos: la propia romería y , por otro lado, la compra definitiva de una casa de la cofradía en el Cerro para evitar todas las penalidades que conllevaba la estancia en el santuario .En primer lugar la comitiva romera visitó días antes el santuario y vio una casa que verificaron, informándose que la podía  adquirir  a censo reservativo.  Se encontraba accidentalmente José Carlos  Velluti y Tavira, marqués  del Cerro en la ciudad andujareña  y en su propia casas, se reunieron con el notario. Encabezaba la comisión alcalaína el hermano mayor José Arroyo, y venía acompañado del depositario Antonio Zamora, el diputado Antonio María Cortés y el secretario José María Cano Castillo. Nada más comenzar la reunión se presentó  el marqués que le pertenecía la dehesa del Cerro de la Virgen de la Cabeza, donde se albergaba el santuario de la Virgen de la Cabeza y acudían muchas cofradías de pueblos y la de Andujar desde tiempo inmemorial. Al instante, le manifestaron los cofrades alcalaínos que deseaban comprar definitivamente una casa donde albergarse y alojarse durante el tiempo que se celebraba la festividad. El marqués, haciéndose valedor y representante de sus herederos,  les vendió y enajenó  una casa situada en los linderos  contiguos al  santuario con el fin de reedificarla. Lo hicieron  a censo reservativo al quitar por la referida cofradía de Alcalá la Real “ representada por la diputación de Hermanos que estaban presentes para que sea de ella y de quien en lo sucesivo les suceda la parte del terreno en que han reedificado la precitada casa en la mencionada dehesa, y por precio de de 1.333 reales, en que tienen convenido , cuya cantidad queda reservada sobre la citada casa con obligación de parte de la cofradía de pagar al Excmo., Sr. Marqués del Cerro  y a quien en derecho represente 40 reales de réditos anuales, mientras no se redima , de que  han de constituir censo reservativo redimible. El propio marqués recalcó que esto era tan solo del valor del terreno  vendido (…) y finaliza haciendo “gracia y donación  perfecta e irrevocable entre vivos ". y declara que no se inmiscuirá en pleito alguno dejando libre el terreno para posesión de la cofradía. La comisión ratificó las palabras de compromiso en nombre de los demás hermanos y se obligaron a pagar de acuerdo con los plazos comprometidos.
Tras el compromiso hipotecario a los doce días de entrega de la escritura , firmaron los presentes ( lo hicieron  el hermano mayor y secretario) y el marqués. Curiosamente aparecía como testigo, Salvador Jiménez,  el maestro Manuel Serrano que representará en  futuras ocasiones a la cofradía y Manuel Andujar.  Estos dos últimos eran poetas y escritores de la ciudad que habían recogido su devoción a la Morenita en poemas, periódicos  y libros.  
A partir de este momento se llevaron a cabo reformas en la casa de la Cofradía y se mantuvo durante veinte años cobijando a los romeros hasta tal punto que se quedó pequeña para  albergar a sus caballerizas. Por eso, por datos del Archivo Provincial de Jaén,  siendo en 1879 hermano mayor Fernando Aguilera Toro y secretario José María Cano Castillo, ambos labradores,  emprendieron  la reconstrucción y ampliación de la casa. Necesitaban más espacio y para las caballerizas, debieron comprar terrenos anexos a ella.  El cuatro de noviembre de este mismo  año acudieron ante el notario alcalaíno Juan de Dios de Luna y, ostentando la representación de la cofradía, se lo otorgaron mediante una escritura de poder al conocido por la cofradía alcalaícuadrados perteneciente a la dehesa del Marque del Cerro , que debían emplearse para complementar la casa que poseía la cofradía alcalaína, donde se sitúa la Hermita de la Virgen de la Cabeza.  El precio, los réditos y las cláusulas se le dejaban a su negociación; en este acto,  estuvieron presentes Carlos García Negrete y Lucas Molina[2].
ina Manuel María Serrano, vecino de Andujar con todas las facultades para que los representase en su nombre y el de la “hermandad” (sic), Y se especificaba que debía tomar a censo reservativo un pedazo de tierra de catorce metros
            Un año después, el ocho de abril 1880,  comparecieron ante el  Guillermo Plaza Ibáñez, notario de Andujar,  Manuel Ardrian Loyzaga, teniente coronel retirado, que representaba como administrador  a don José Carlos Beyuti y Tavira, marqués de Falces de Torreblanca y  del Cerro[3] y  Manuel Serrano Plato, profesor de enseñanza primaria y entroncado con la burguesía de Andujar, . Constaba que ya le había vendido  a censo reservativo una casa perteneciente, en el momento de la ampliación, a la cofradía de Alcalá la Real. Así era el objeto del nuevo contrato “ un trozo de solar o terreno contiguo, y al frente de la misma catorce varas de longitud por cuatro de ancho que hacen 56 metros cuadrados, lindando por la derecha con el terreno de dicho señor Marqués y, por la espalda, con la casa que tiene edificada dicha cofradía, y todo dentro de la dehesa del marqués”. La operación se realizó en los mismos términos que el anterior con la fórmula de venta real o censo reservativo a favor de la cofradía y  de los hermanos  de Nuestra Señora de la Cabeza;  y se fijó claramente que el terreno medía 56 metros cuadrados de superficie  y se valoraba al precio de 166. 67 pesetas, con el fin de edificarse los pisos que necesitase la cofradía ( uno, dos o más) . El modo de pago mediante de réditos al tres por ciento anual, que importaban 5 pesetas y debía  abonar en casa del administrador de dicha finca  a partir del domingo 25 de de abril en monedas de platas, y esta fecha se fijaba a para todos los años. Se dio copia a la "Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Alcalá la Real, con el número 1.785. 809, lo que confirmó el notario  ya l apoderado del marqué con el número 1.786.447.
            La historia y final de esta casa han sido relatadas por Antonio Isidoro Aguilera Carrillo, el hijo del Capitán Cortés  y Marino Aguilera en anteriores programas.
            En  18 de marzo de 1994, se anotó una nota marginal en la que el notario de Andujar don Manuel Islán Melero expidió , a instancia de don José Tallón Muñoz, hermano mayor de la cofradía de Nuestra Señora de la Cabeza de  Alcalá la Real,  una copia de la escritura y, para poderla llevar a cabo entregaron al notario y quedó registrado en el libro de notaría dos fotocopias perfectamente legitimadas: una del nombramiento de hermano mayor por el obispo García Aracil y otra de la erección de la cofradía.







[1]
[2] AHPJ. Juan de Dios de Luna. 1977. Folio  187 y v.
[3] AHPJ. Guillermo Plaza Ibáñez. 8 de abril 1880. Folios 467 y  ss- Manuel Ardrian representaba por un  poder de 4 de febrero de 1876 a José Carlos Beyuti y Tavira , marques de Falces y otros títulos, entre ellos del Cerro, donde podría vender las porciones de terreno que le solicitaran. Ante el notario Miguel García Nobles de Madrid. El censo reservativo se define en la Enciclopedia Jurídica Modalidad del censo que consiste en la enajenación del dominio directo de un inmueble que realiza su propietario, en adelante censualista, a favor del censatario, reservándose el derecho a percibir sobre el mismo inmueble un canon o pensión anual que debe abonar éste último. En el censo reservativo, el propietario del inmueble sobre el cual se constituye, enajena el dominio directo y útil reservándose solo el derecho a la percepción de un canon que se efectiviza, por lo general, anualmente.

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