INTRODUCCIÓN A LA PRESENCIA DE
TESOROS
Hay muchos
cuentos, de carácter oriental y, más específicamente, de procedencia china, que
suelen ofrecer la misma trama y argumentación, los mismos personajes y el mismo desenlace sobre el mundo enigmático
de los tesoros. Se caracterizan básicamente por un personaje avaro, pobre o miserable, que tiene un sueño inquietante e ilusionarte generalmente, en el que se le muestra y se le incita para que emprenda la aventura de descubrir
un tesoro; tesoro siempre envuelto en
una trama de secuencias determinadas por una serie de condicionantes que le impone
el personaje supraterrenal del mundo del
sueño. Abunda este tipo de relatos ficticios en la toda España, y, se multiplican en todos los
rincones de la comarca de la Sierra Sur.
Desde el caballito blanco, contado por los ganaderos de los pagos de las
sierras castilleras, hasta la narración de la “Encina Leona” recogida en los pagos de Cantera Blanca todas estas leyendas plasman esta inquietud por el mundo de los tesoros. Muchos de estos relatos
fueron recogidos por diversas leyendas orales de las aldeas y de los municipios
de la Sierra Sur ,
por los cantos de ciegos de los romances
épicos e históricos (sobre todo, los de
índole morisca), por los adaptados cuentos de procedencia oriental y por las habladurías de las gentes del lugar.
.
.
Por otra parte, las
leyendas tradicionales, partiendo de un fundamento histórico, han surtido una gran parte de las obras épicas desde la Antigüedad , y,
acercándonos a nuestro contexto grecolatino, han incitado, tras su lectura, a la aventura de la búsqueda de los hallazgos
descritos en forma literaria. La
Iliada y la Odisea , dos obras maestras
de nuestro elenco cultural, despertaron
las mentes de muchos estudiosos y aventureros, convertidos en sagaces arqueólogos como los alemanes Schielleman y
Evans, que dieron con los famosos tesoros
de la corte del rey Priamo y de todo el mundo micénico y cretense. Sin embargo,
en nuestro contorno, también hemos
tenido constancia de que la historia, revestida de la formalidad de la
leyenda, se descubría, recientemente,
con la ayuda de la arqueología. Muestra de ello son los últimos descubrimientos del cerro
fortificado de la Mota ,
que nos ha descubierto un mundo de pasadizos, caminos subterráneos, adarves encubiertos y viviendas trogloditas, en las
que se forjaron unas vivencias que dieron lugar a las posteriores historietas,
leyendas y cuentos de nuestros
antepasados.
Un
aspecto muy peculiar de esta faceta relacionada con estas noticias legendarias es
la búsqueda de tesoros árabes, porque son frecuentes sus referencias en muchos escritores locales.
Aunque, en muchas ocasiones, el comparativismo nos delata una pura emulación
con otros hallazgos y leyendas de otros
lugares, sin embargo, no por ello, nunca
se debe soslayar cualquier dato por nimio que sea para incitar a la búsqueda de estos objetos. Por citar un ejemplo, hay una leyenda de la imagen
de la Virgen
de las Mercedes, recogiendo su antigüedad más allá de la llegada de los árabes
y refiriendo que estaba oculta en una campana, descubierta posteriormente tras la expulsión de los musulmanes de la
fortaleza.
Otras
veces, los hallazgos coincidían con ruinas claramente evidentes que una simple
excavación artesanal del lugar permitía la recuperación de todo tipo de objetos
muebles, tal como aconteció con el conjunto de lápidas y
monedas romanas en un tiempo que la pasión renacentista contribuyó a la
recuperación de este mundo. A ello, coadyuvó el afán de las familias
nobles por buscar sus genealogías y emparentarlas con los distintos personajes famosos de la Historia de España hasta
remontarse a la época grecolatina,
incluso, al mundo mítico de la Antigüedad.
Renacimientos del mundo clásico se turnan en toda la historia del mundo
occidental, y, a ello ya se añade la pasión y el entusiasmo de muchos inquietos
aventureros por otros periodos de la historia.
Por
la trascendencia del acontecimiento no podemos olvidar el hallazgo del Hércules
romano, encontrado en la calle Tejuela de Alcalá la Real al derrumbar la casa de
Gregorio Montañés del Marmol ,simplemente confirmó la posibilidad de un
asentamiento romano, ya descrito por Andrea Navaggiero en 151 y, recientemente confirmado por las
excavaciones del lugar realizados por el doctor Carlos Borral, donde se ha
ampliado el número de enseres y el trazado urbano de una posible agrupación
urbana sin definir por el momento. En este contexto local alcalaínos, y fruto
de la casualidad y de la restauración edilicia, recientemente se descubrieron monedas
de plata la Casa Batmala , halladas en el
suelo de una habitación de una casa.
Y,
en el ínterin, de estos dos últimos
hallazgos, debemos destacar los de los tesoros de Charilla y de Ermita Nueva.
Nos
toca ahora el responder a la razón de ser de este ocultamiento
de monedas y objetos de valor como tesoros
y preguntarnos por las circunstancias
que lo ocasionaron. Generalmente, todas estas ocultaciones responden a una
misma fisonomía: los individuos los han ocultado con el fin de recobrarlo
posteriormente y son consecuencia de esconderlos
en momentos concretos de migraciones
forzadas y ataques de enemigos para recuperarlos posteriormente a la vuelta a
sus hogares. Como se decía en el catálogo de la exposición de las Monedas del Andaluz.
“
Sin embargo nuestra información sobre los motivos que conducen a la población a
realizar los ocultamientos de monedas es
más escasa; los ocultamientos de monedas han sido una constante por parte de la
población desde la aparición misma de las acuñaciones y estos se realizaban por
diversos motivos: escapar de la presión recaudadora del estado, preservar sus
riquezas en momentos de peligro o tensión, tales como guerras, enfrentamientos
civiles, preservar los ahorros con la intención de recuperarlos luego,
cumplían asimismo la misión de ser los ahorros de una persona o familia “
La
importancia de los tesoros de Alcalá la
Real en el contexto de
la historia local, provincial o nacional, es muy significativa, porque nos
delata, con la leyenda de las monedas
del de Charilla, un asentamiento del núcleo de Sajral-Walad en época califal
que perduró hasta hoy en un contexto muy ilustrativo de este mundo repleto
de leyendas, testigos y yacimientos medievales. O el de Cequia de Ermita Nueva, que nos remonta a los siglos X
y XI del siglo XXI, con la curiosidad que la última moneda de los fatimíes del
norte de África, a nombre de del califa
Al–Hakam nos indica que el tesoro se ocultó en torno a 1010 d.C.
Como
se observa, el primero es de una misma
época, pero el segundo agrupa monedas que abarcan más de un siglo, “lo que, sin
duda, indica un proceso de formación y
acumulación a lo largo del tiempo y la permanencia en uso de las emisiones
anteriores”
No
entramos en este pequeño trabajo en cuestiones profundas de investigación del
mundo musulmán en el al-Andalus, sino que esta
publicación nos mueve a la defensa actitudinal del
patrimonio artístico, en el campo de las artes no suntuarias. De seguro
que otros estudiosos ya han aportado interesante
aportaciones sobre la relevancia de
estos tesoros: la continuidad y perduración de elementos de la cultura
pre-islámica en el al-Andalus, como se demuestra en la influencia bizantina de
los elementos decorativos en los objetos del tesoro de Ermita Nueva. Tampoco,
no somos expertos en dilucidar la
utilidad de las monedas en función monetal,
atesorable y decorativa y
decorativa, simplemente nuestra función es puramente divulgativa y descriptiva
desde nuestro grupo y del entorno alcalaíno, una contribución singular con
inserción en la globalidad didáctica de los tesoros. .
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