Años
atrás, organizamos una muestra de la vida de la hermandad en uno de los salones
de la Casa de
Pineda, alcanzando un gran éxito de público por parte del pueblo de
Alcalá. Se realizó con motivo de la IV Concentración
Romano-Judía de Alcalá la Real ,
fue en 1907, y acudieron muchos grupos de romanos y cofradías de la región relacionadas con los
judíos, publicamos un libro y un vídeo de la hermandad y otro de la concentración; tuvimos la suerte de contar con muchas
personas y cofradías alcalaínas para su organización y aquel acontecimiento
cultural fue un éxito de público y convocatoria para el pueblo de Alcalá la Real : unos fueron miembros de
la hermandad; a otros aquellos actos les sirvieron de acicate para asociarse
con nosotros.
Nunca
podremos olvidar dos personas que
compartieron con la hermandad aquellas vivencias tan entrañables que nos
hicieron revivir el pasado y nos lo presentaron para las generaciones
futuras. Por un lado, Juan Cano
Valverde, excelente coleccionista, nos brindó las imágenes de su archivo
fotográfico para llevar a cabo la exposición. Al mismo tiempo que nos donó
todos los documentos gráficos
para la futura Casa de Hermandad. Nunca podremos dejar pasar por alto esta muestra de generosidad con nosotros que quiso sellar con el acto de convertirse en hermano de esta asociación religiosa. En los calores de este último agosto, nos dejó; ya no podremos disfrutar su sabio consejo, pero su espíritu aleteará en todos los momentos cuando acudamos a buscar la foto de antaño para colocarla en los programas.
La segunda persona, que nos dejó una huella
indeleble, fue Juan Vega Cano, siempre
nos animó a realizar aquella muestra, abrió su casa, acudió con nosotros a las
reuniones previas, a los contactos con algunas ciudades a pesar de su avanzada
edad, aportó su saber y su tesoro
patrimonial a la hora de diseñar: la disciplinas, ropas, y caretas de los antiguos hermanos. El día de
la Concentración ,
parecía un capitán general más que un capitán de judíos, junto con el secretario José Serrano, en
aquella tribuna que levantamos en los Álamos. Lo echaremos de menos cuando su
hijo Juan Antonio cante la
Semana Santa Local en el pregón del Viernes de Dolores de
2008, en la lumbrá de San José, en la
mañana del Viernes Santo, qué digo, en toda la Semana Santa , y en casi todos
los días que huelen a pestiño o redoblan los tambores de sonido ronco. Su
consejo, de seguro, que en el patio de su casa se hace realidad, en cada una de
las juntas directivas.
ESTRAMBOTE. UN CRUCIFICADO PARA EL PASO DE LONGINOS.
Una novedad queremos ofrecer este año en Semana
Santa es el paso del Crucificado, ligado al paso de EL LONGINOS. Con este motivo se ha encargado la talla de un
Crucificado en los talleres Arte Martínez, de la ciudad de Horche ( Guadalajara). La imagen refleja el momento final de la
muerte de Cristo, cuando Jesús lanza su
último gemido y lamento “ !Dios mío, Dios Mío, por qué me has
abandonado¡”. Es decir, es una imagen de un Cristo de la Expiración , que
completará nuestros cuadros, gallardetes, láminas y enseres
semanasanteros. El cuerpo de Cristo
alcanza un metro de altura y , viene provisto de INRI, todo de madera con cruz
redonda en forma de leño. El paso del Cristo
Crucificado acompañaba, desde tiempo inmemorial, la mañana del Viernes Santo
a la Cuadrilla
del Señor del Ecce-Homo, y, por aquellos
tiempos, existía una cuadrilla de Santo Cristo Crucificado, sita en el convento
de de Nuestra Señora de Consolación, y estaba relacionada con la hermandad del
Señor de la Oración
de Huerto.
Es verdad que nuestra hermandad conocida
popularmente de “los Judíos” atrajo dentro de su seno hasta tres hermandades. la del Ecce-Homo, la del Señor
de la Columna
y los pasos de la tarde del Miércoles Santos ligados con la Oración del Huerto y la Humildad. Por eso, basándonos
en los estatutos de esta hermandad de
1751, es muy interesante que recordemos las características de esta hermandad
del Crucificado. En concreto, tenía una imagen del Cristo Crucificado, iba
acompañada de banderola, gente (cincuenta hermanos: cuarenta con cirio y diez
con el gallardete que han de sacar el Cristo, horquillas y clavo). y cera “ con la mejor decencia”, ofrecía el servicio de culto y enterramiento
a las almas de los hermanos fallecidos en el Convento; estos a su vez, disfrutaban del derecho del pendón de la
hermanad del Cristo de la
Humildad en los entierros; sus reglas eran serias, propias de
una hermandad de silencio ( “ningún
hermano ha de llevar en la de procesión
zapatos ni coleto ni cinto ni han de armar alborotos en dicha procesión ni en
parte alguna y , si lo hicieren, ha de
poder esta hermandad borrarlo de ella y que no se tenga por hermano”);
sirva de ejemplo el mantenimiento de la dirección del itinerario de la
procesión con este artículo “que cualquier hermano que le toque el
gallardete, insignia de esta hermandad, ha de llevar por las calles
correspondientes en derechura a este convento sin sacarlo por otras”;
los hijos tenían prioridad en la vacante de los 50 hermanos; el sorteo era anual en la tarde del Miércoles Santo
y la procesión salía de la
Casa del hermano mayor con las luces encendidas, y se ocupaban los puestos por antigüedad y, en el
último lugar portando el gallardete el
hermano entrante la borla de la izquierda; no se permitía refresco alguno; el
quórum era de doce hermanos, no se podía
repetir de hermano mayor hasta completar la rueda de todos los hermanos por
sorteo; los demannderos, notarios y
personas de confianza para recibir hermanos y dar validez a los
actos se llamaban “padres de ánimas”;
todo esto se firmaba ante el prior del convento y el escribano Juan Huyeres
Hinojosa.
Bella lección para la organización de esta imagen
nueva que ya solicitó el buen Capitán Juan
Vega y esperamos que sirva
de muestra de concordia y amor para todos los hermanos.
Francisco Martín Rosales
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