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domingo, 8 de marzo de 2015

MUJER Y SALUD. UN CAPÍTULO DE PASAJE DE LA CIENCIA

SALUD  Y MUJER  EN  ALCALÁ LA REAL

            EN EL PASADO


            Hay aspectos de la vida cotidiana que han estado específicamente ligados  al hombre a lo largo de la historia. Nos referimos al mundo de la  milicia, al trabajo físico y  a la representación institucional  en sus diversos ámbitos. La salud, sin embargo, se ha compartido casi siempre desde los orígenes hasta hoy día entre el hombre y la mujer. Pues, si la enfocamos desde el punto de visto preventivo, las mujeres  han sabido aplicar las mejores recetas para el mantenimiento saludable de todos los miembros de la familia,  y, si, por otra parte,  nos referimos a la asistencia hospitalaria, ellas son las que más han velado por  las personas enfermas en sus hogares o en los hospitales. La función de atención primaria del enfermo, especialización, tratamientos médicos, cirugía y  traumatología es otro cantar, porque el hombre, que ha tenido reservado el dominio de la enseñanza, ha sido el  privilegiado de la familia para adquirir títulos de médico o doctor a lo largo de la historia. No obstante, también hay mujeres autodidactas que han ejercido de traumatólogas y de  médicas sin más titulación que la experiencia transmitida a través de los padres a hijos o  de madres a hijas.
            En Alcalá la Real, son frecuentes las citas de la mujer en el mantenimiento de la salud de las personas.  Ya desde antiguo,  hay constancia de dos hospitales en la fortaleza de la Mota  y en sus arrabales. Nos referimos al hospital de los Monteses, situado junto a la Iglesia Mayor, y al del Dulce Nombre de Jesús, situado en el barrio del Albaicín de la Mota y fundado por el vicario Diego Hernández a mediados del siglo XVI. En ambos, la mujer, acompañando al marido en la asistencia de las siete u ocho almas allí recogidas,  atendía a los transeúntes y a los pobres enfermos en  el tránsito por la ciudad o en  los últimos pasos hacia la muerte, aplicaba la medicina espiritual y sedante en los últimos alientos de vida y   desempeñaba todo tipo de servicios de limpieza y sanitarios para que aquellos recintos estuvieran  siempre en las mejores condiciones sanitarias. No debían  alcanzar muchas comodidades, porque  la mayoría de las personas  preferían  los últimos cuidados en las casas particulares, y se reservaba  el hospital para las clases más desfavorecidas: en palabras de un cronista “no siempre los empleados municipales, sujetos a cambios y vaivenes de la política, extremaron el celo y la caridad cristiana que dichos cargos requieren, por lo que el pueblo llegó a mirar con cierta repugnancia su ingreso en las enfermerías”. Pero, la  labor de la mujer  fue  digna del mayor encomio,  cuando , con motivo de  la  fundación del Hospital de Alcalá la Real, construido en 1878 en la casa del Abad Moya de la calle Rosario, unas mujeres procedentes, muchas, del norte de España,  las monjas mercedarias,  se comprometieron, hasta pasada la mitad del siglo XX, a hacerse cargo de  la atención , del cuidado de los enfermos y de  la asistencia a los ancianos . Y así  lo reconocía  su labor el cronista Guardia Castellanos, aludiendo al  año 1884 en el que se incorporaron a esta faceta asistencial “el Ayuntamiento (…) resolvió conferir dicha administración a la Venerable Orden de Religiosas Mercedarias, cuyas santas madres llegaron a esta ciudad a primeros de Julio del expresado año,  haciéndose cargo inmediatamente de dicho benéfico establecimiento”. Su labor asistencial queda recogida con estas palabras “ Almas grandes y generosas , impulsadas por el deseo de hacer el bien por el bien mismo, ellas prodigan el consuelo a los enfermos, velando su cabecera; ellas los cuidan; ellas los asisten sin temor al contagio, de que muchas son víctimas; ellas cierran sus ojos cuando mueren. Espanta pensar lo que serían las sociedades si no fuera por la caridad (…) el infeliz desvalido, sin familia y sin fortuna, que va a acabar sus días en uno de esos lechos velados por esas abnegadas religiosas, muere tranquilo, asistido su cuerpo y confortada su alma, viendo revolotear en torno suyo como alas de un ángel, la cofia nítida y pura de la Hermanita que inclinada sobre su faz cadavérica, le prodiga los auxilios de la ciencia y los consuelos de la religión, como promesa de venturas”.  Por citar un nombre femenino que alcanzó fama, a principios del siglo XX y hasta entrada la Guerra Civil no podemos olvidar a la directora del hospital sor Margarita Isasmendi, tal como la citan en los periódicos de la época, que tuvo el gran acierto de apoyar una iniciativa ligada con la salud cual  era satisfacer el hambre de muchos alcalaínos permitiendo y haciéndose cargo de la Cocina Económica dentro de las dependencias del hospital. De la importancia, que significó la instalación de este edificio benéfico-sanitario atendido por las monjas, se nos manifiesta con la atención de más de 700 comidas diarias, su labor de enfermería le valió que asumiera posteriormente la dirección y administración de un hospital de Santo Domingo en América.
            En la labor traumatológica, hay noticias de mujeres curanderas  y del formulario que llevaban a cabo a la hora de curar quebracías y roturas de huesos. Todavía nos quedan recuerdos de personas en el siglo XX que compartían el trabajo con médicos e, incluso  con traumatólogos, como Mercedes la Cantera, mujeres que habían recogido el ceremonial y protocolario de colocar las vendas y tablillas  de una medicina  rural que se remontaba a la época catoniana.   No digamos la especialidad ginecológica reservada a las matronas a la hora de la asistencia de los partos que ya desde el siglo XIX figuraba como una plaza municipal-citemos a doña Ana y  a la última matrona en casa, doña Prudencia Ratia- y la de las madres de cría que cuidaban de la asistencia a los niños expósitos. También había  mujeres e incluso hoy día también practican los remedios caseros de curar “el mal del ojo,  las culebrillas, las verrugas, las eczemas.
           
            A lo largo de los siglos pasados, la mujer sufría las mismas enfermedades que los hombres, las ordinarias y las extraordinarias como en  los tiempos de las pandemias, peste o  epidemias. Muchas de las enfermedades, cuando se escriben en los libros de defunción no  adquieren las connotaciones de estos tiempos ni su denominación, pero hoy podíamos definirlas como el cáncer, o infartos. Las mujeres coadyuvaron mucho a la introducción de la vacunación ante el recelo de la incultura del tiempo y al fomento de aplicar nuevas medicinas a sus hijos como la penicilina, pues muchos eran reacios a aplicar medicamentos ajenos a los herbolarios y caseros.


EN EL PRESENTE

            La mujer ha incidido y es partícipe de todos los campos de la sanidad desde la prevención hasta la investigación pasando por el ejercicio de las distintas especialidades. Las enfermedades de la mujer se han identificado mucho más que en siglos anteriores y se han concretado en algunas específicas.
            En la previsión de la salud destaca por excelencia su lucha por prevenir enfermedades coronarias, la obesidad y exceso de colesterol: practican el deporte diario de marcha  individual y en grupos haciendo las rutas  saludables; proliferan en los gimnasios; son miembros de talleres como de yoga, etc. Hoy día, han salvado los prejuicios de aquellas mujeres decimonónicas que no querían que sus hijos se vacunasen, y saben perfectamente  cronometrar los tiempos y ciclos de las distintas vacunaciones para sus hijos; con los enfermos  y personas de la tercera edad muchas se  han convertido en auténticas auxiliares de enfermería  a domicilio.  Ellas mismas acuden a las citas de reconocimientos  y diagnosis preventivas como contra el cáncer de mama u otras enfermedades más propias del mundo de la mujer.
            En una zona como la alcalaína, el mundo de la mujer ha avanzado mucho en el tratamiento de la salud mental. Muchas actividades han servido para prevenir  las depresiones, psicosis, estados ansiolíticos y neurosis frecuentes en todos los tiempos.
Desde el Ayuntamiento alcalaíno y  a través de la Concejalía de Salud  se ha pretendido, en estos últimos cuatro años,  que se contemple  la Salud desde la óptica de  la Información, formación, prevención y participación  de toda la población, pero especialmente de las mujeres. Con estas premisas se ha trabajado intensamente a través de jornadas específicas de Salud y Mujer, junto a la concejalía de Igualdad. De este modo se han llevado a cabo cuatro ediciones de estas JORNADAS con motivo del Día Internacional de la Salud de la Mujer, el día 28 de mayo, con  temas importantes y actuales. Así, Las Primeras Jornadas celebradas en 2008 trataron los siguientes temas alimentación saludable,  estrés, ansiedad y depresión, menopausia, una nueva etapa en la vida local. En 2009, se celebraron las II jornadas con los siguientes temas, “Una mirada violeta a los malestares de las mujeres, Las Asociaciones de las Mujeres como agentes de promoción de la salud, cáncer de Mamá y Fibromialgia. En 2010, se llevaron a cabo las III Jornadas tratándose sobre detección precoz del cáncer genital en mujeres, mujer y deporte, el desafío `positivo de las pérdidas afectivas. En 2011, se han llevado a cabo las IV Jornadas y se han hechos talleres sobre detección precoz del cáncer de cerviz con la prueba de citología pelvis  y se ha tratado sobre reproducción, edad y fecundación natural y asistida, beneficios de la corresponsabilidad para la salud.
 En cuanto a esta primera línea se han llevado a cabo varias charlas-coloquio a lo largo de estos  años como “Alquimia de la Felicidad” o  “Los Tiempos de la Vida  impartidas por don Antonio Gonzáles Iglesias, psiquiatra del  distrito Sanitario Jaén Sur. Siempre hubo una  gran asistencia de mujeres, y el doctor dio las claves de cómo sentirse bien consigo misma y ser feliz con la realidad de cada una de las personas, partiendo de cosas sencillas y cotidianas. Y todo se basaba en una premisa fundamental, en que  la salud de la mujer, en este caso, debe ser tanto física como psíquica.

En cuanto a  la línea de la prevención  e información de la salud,  la mujer ha  centrado muchas acciones de la  concejalía de salud y se han llevado a cabo varios talleres ginecológicos, impartidos por doña Pilar Rayo, ginecóloga del Distrito Sanitario Jaén- Sur, así como doña Josefa  Pérez,  matrona del mismo Distrito,  y  doña María del Mar Pulido DUE  del Centro de Salud . Entre ellos, destacamos  “Suelo Pélvico”, “Osteoporosis”,  “Menopausia”, “Prevención del cáncer de Cerviz”,  “Prevención del Cáncer de Mama”- tan frecuente en  las mujeres, ya que una de cada ocho mujeres lo padecería, pero atendiendo a la práctica de un  Diagnóstico precoz, que es la mejor arma para prevenir dicho cáncer,  por ello más del 70 por ciento se curaría. Por lo tanto,  tratamos de paliar los efectos nocivos de esta enfermedad con esta línea informativa y preventiva, acompañada de  las pruebas que se hacen cada dos años a las mujeres a partir de 50 años de edad. (Antes se realizaba en la unidad Móvil que se instalaba en el Convento de Capuchinos, y a partir de este año en el recién inaugurado Centro De Alta Resolución con un mamógrafo de última tecnología.)

Con relación a la  promoción de la Salud de la mujer, varias acciones han coadyuvado para mantener los hábitos saludables de las mujeres. Entre estas, hemos llevado a cabo un programa “Al cuidado de las cuidadoras “en el que se han realizado una serie de talleres como los de  Autocuidados, Chikung/taichi, Gimnasia terapéutica, Natación terapéutica, Rutas de senderismo, Cursos de Cocina Saludable, porque es muy importante para las mujeres buscar espacios propios, para sentirse bien consigo mismas, relacionarse con las demás mujeres en sus mismas circunstancias, relajarse y compartir actividades beneficiosas para  SU SALUD. Con los talleres de cocina saludable, se pretende  cocinar de una forma más sana que beneficie a toda la familia (con menos grasas, fritos, productos elaborados,  o dulces)  y promocionar  nuestra dieta mediterránea que tan  beneficiosa es para nuestra salud. Para ello se ha editado un libro sobre COCINA TRADICIONAL Y SALUDABLE, que se ha  distribuido a  todas las madres y padres de niños de todas las guarderías de nuestra  ciudad, así como a los padres/madres de  niños de tres, cuatro y cinco años en todos los colegios de Alcalá y Aldeas..


LA SALUD EN LA MUJER ha sido una prioridad, como se puede comprobar en todas las acciones  que se han realizado específicamente  para mujeres, y lo va a seguir siéndolo, porque es muy importante para toda la familia que la mujer se encuentre bien tanto físicamente como mentalmente, dado el papel que desempeña en los hogares  y familias de nuestra sociedad. Pues las que nos se han incorporado al mundo laboral y han alcanzado una edad avanzada son las mejores cuidadoras  de las personas de la tercera edad comprendidos entre su familia, y en las generaciones más jóvenes, por otra parte son copartícipes de la salud de toda la familia, al depender  de sus manos aspectos muy importantes como alimentación, educación en hábitos y estilos de vida saludables.

Hay que destacar en todas estas actividades la excelente colaboración que  hemos mantenido entre los profesionales del Distrito Sanitario Jaén Sur,- con los dos Centros de Salud, Alcalá Norte y Alcalá Sur -y el Ayuntamiento, prueba de ello es la última iniciativa “Por un millón de pasos” que se está llevando a cabo durante  este mes de Mayo. Durante su desarrollo, se han implicado  más  de quince asociaciones de mujeres, tanto de Alcalá como de las Aldeas, (y aprovecho desde aquí para darles las gracias a todas ellas por la magnífica respuesta que siempre han demostrado en todas las iniciativas que hemos llevado a cabo).

Y para finalizar resaltar que haber tenido una mujer como Alcaldesa y médica, que siempre  apoyó e impulsado cualquier iniciativa que hemos llevado a cabo las distintas concejalías, salud, servicios sociales, educación, Igualdad, etc. en beneficio de la salud de la mujer, y de toda la población en general

(REVISTA PASAJE DE LA CIENCIA IES ANTONIO DE MENDOZA)
CRISTINA PÉREZ SÁNCHEZ Y FRANCISCO MARTÍN ROSALES



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