Toquen
tambores y el timbal redoble,
estallen su sones las bellas trompetas,
trompones
agudos al son de cornetas,
y
hasta las tubas venteen y resoplen.
Cantemos, hermanos, "He aquí el Hombre",
Salud
y Columna, y un gran profeta.
No
hubo en el cielo, y menos en la tierra,
que
pueda igualar a tan grande nombre.
Salud
lo anunciaba en sus bellas notas,
-lamentos
cofrades de amor desprendido,
suspiros
solemnes de gargantas rotas-
y Ecce-Homo goza de tener la honra.
de
llenar las calles con sus sonidos:
Loor a Salud, Y MUY AGRADECIDOS.
22-03-2015
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