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lunes, 2 de febrero de 2015

UN ALCALDE RESOLVIENDO ASUNTOS

            EL CASO DEL MASÓN RUIZ MATAS

            El segundo  asunto conflictivo que tuvo  que afrontar tuvo que ver con la masonería. Desde 1884, corrían malos tiempos para las  personas progresistas, pues el médico Ruiz Matas fue perseguido, por sus ideas republicanas, masónicas  y espiritistas hasta tal punto que el ayuntamiento le suspendió del cargo de médico del Hospital, A pesar del la oposición del grupo liberal , constituido por Mármol, Vinuesa, Sanz de Tejada, Ferreira, Fernando Muñoz, y Alejandro Serrano Coello, los conservadores ( Tapia, Belbel...) impusieron en sus criterios, apartándolo de su oficio por un fallo administrativo de no haber nombrado  un sustituto en su ausencia de la localidad, y, lo que es más curioso, porque no se comprendían ni se permitía que se desarrollaran sus ideas en un ciudad con 17.000 almas católicas.. 
No era sino el ambiente político creado por el sector conservador, en el que  campaban a sus anchas, en el ámbito local y provincial, sus miembros, a cuyo frente estaba su tío  Rafael Abril y Ávila. Por otra parte, los masones se reorganizaron, a pesar de que algunos de sus miembros, como Moutón pertenecía al partido conservador. Pero  comenzaron los ataques a los miembros de la recién nacida la Logia alcalaína. Acacia 170, perteneciente al Gran Oriente de España.  El primero que recibió los ataques,  fue el doctor y masón Ruiz Matas, según se pone de manifiesto el siguiente acuerdo de 23 de junio de 1884:
           
Por el señor Alcalde, se expuso que en vista de las repetidas quejas que se le han dado respecto al descuido con que el  médico titular don Miguel Ruiz Matas tenía a los enfermos pobres a quienes tiene el deber de asistir, y habiéndose enterado además de que dicho Profesor  al marcharse a Loja con su  permiso en el mes de mayo anterior no dejó ningún compañero suyo  en cuanto pudiera ocurrir de Cirugía, con esta fecha ha decretado  la  suspensión empleo y sueldo del referido Señor Matas en formación del oportuno expediente, cuya  providencia somete a la aprobación  del Ayuntamiento debiendo hacer presente al mismo tiempo que el mencionado facultativo se ha ausentado del término municipal sin licencia alguna en época reciente que por su cargo de forense es incompatible para el de Titular por depender  de la Autoridad Judicial quien como viene  ocurriendo se ordena la traslación a otros pueblos del partido o a la Capital de la Provincia quedando abandonada su clientela, y que habiendo adjuntado de sus creencias católicas para aceptar las de la doctrina espiritista, cuya idea sobre la futura vida  no es la que tiene la inmensa mayoría de los vecinos de esta ciudad yo que se compone de más de diecisiete mil  almas católicas,  y no es el adecuado para dar a  las familias respectivas  los avíos necesarios para que hagan sus disposiciones religiosas los enfermos  que se hallan próximos a abandonar esta vida temporal, por cuyas razones, propone al Ayuntamiento la separación absoluta del doctor Matas de sus cargos municipales en su caso y lugar, y para las formalidades oportunas”.

 Por lo tanto, por mayoría de miembros del ayuntamiento se tomó el acuerdo de suspensión del cargo de médico a Ruiz Matas  con la apertura del expediente. Pero, el grupo liberal, representado por Manuel del Mármol,


vecino de la plaza,  no estaba de acuerdo, y lo expresó de la siguiente manera:

“...en mi concepto el doctor don Miguel Ruiz Matas lleva con esmerado celo las obligaciones que impone su cargo de Médico Titular y debiéndose a su nada comunes conocimientos profesionales la curación de enfermedades muy peligrosas, y sintiendo por esta razón que los pobres de esta ciudad se vean privados de su asistencia, no puede de ninguna manera asentir el acuerdo tomado por lo que interesa se haga constar su voto en  contra de la proposición”.   
           
El diecinueve de julio de este año, a instancia de la minoría liberal, dirigida por Baldomero Sáenz de Tejada, antecesor del teniente Castillo y, compuesta por Mármol, Ferreira, Vinuesa, Fernando Muñoz y Alejandro Serrano, se convocó un  nuevo pleno municipal para que cada concejal expusiera su posición ante tan enérgica medida. Los liberales  manifestaron;

“Habiendo dado sus votos para el nombramiento del Señor Matas, su silencio pudiera entenderse como acto de inconsecuencia consigo mismos, conceptuando que el mencionado facultativo tiene  las mismas condiciones de aptitud que los días del nombramiento y que nada les consta en contrario del celo e interés que es debido tener  para con los enfermos, antes bien son eco fiel en este instante del disgusto con que algunos vecinos han visto su suspensión acordada del cargo que aquel desempeñaba, y opinando sin que por ello se entienda que su ánimo es lastimar en lo más mínimo  ni la rectitud ni la ilustración del señor alcalde y demás compañeros suyos, que dicho acuerdo no está perfectamente ajustado a las prescripciones legales vigentes, se ven en la necesidad de protestar como protestan de aquel  declinando toda la responsabilidad y la indemnización  Para en su caso, en los señores concejales que la tomaron y piden al Ayuntamiento se sirva declararlo  nulo y de ningún  valor ni efecto, reponiendo en su cargo a l expresado  señor Matas,, y cuando   lugar a esto no haya,  ruegan al señor Alcaldes sirva suspender el acuerdo por   que no es competencia de esta Corporación”. 

El alcalde se ratificó en el acuerdo anterior, sobre la suspensión del facultativo, los argumentos aducidos para tomarla, y la validez del acuerdo, tampoco  escuchó las quejas de los vecinos y además enfatizó con lo siguiente:

“ Y en evitación de su necesarias ausencia por razón de su cargo de forense, prive de su asistencia a los enfermos confiados a su dirección  facultativa; Y en cumplimiento por último de su deber  de representantes de una población de 17.000 almas y católica, por excelencia que ve no ya con desagrado  sino con horror la propaganda que está haciendo dicho facultativo contra la religión del Estado y teme con fundamento que no dé a sus enfermos los avisos necesarios para hacer  sus disposiciones espirituales en el último trance de la vida”.

Ante esta tensa situación, los concejales conservadores (Fernando Belbel, Pedro Rodríguez  Tapia, Manuel Muñoz, Pérez Aguilera, González Robles, Félix Martínez, Córdoba y López Salado) apoyaron la postura del alcalde, y, los liberales, dimitieron de sus cargos aduciendo motivos de salud y edad. 

            En 1885, el nuevo alcalde Rafael Abril León, sobrino del anterior  se encontró con este delicado asunto de separación del servicio de Miguel Ruiz-Matas, (que  continuaba con el cargo de Alysatra y  con el nombre de  Miguel Servet en la logia, y que acrecentaba diariamente  el número de asociados o hermanos hasta la cantidad de 35). Por eso, no es de extrañar que  por el mes de julio,   el propio alcalde  admitiera  al doctor Matas como facultativo y derogara  el anterior acuerdo ante el informe de  la Comisión de Beneficencia,  que manifestaba la validez del acuerdo, pero no probados los cargos, “ aconsejaba la reposición de dicho profesor Ruiz Matas en  su empleo y sueldo  con los pronunciamientos favorables a su buen nombre y fama e indemnización de los perjuicio que podido irrogársele de conformidad con  el dictamen de la referida comisión”. Y bien que le correspondió el médico Ruiz Mata  que recibió a finales de años una felicitación especial  por sus trabajos con motivo de la erradicación de la peste anteriormente comentada.

                        RAFAEL ABRIL LEÓN, LIDER COMARCAL CONSERVADOR

            Si importante para la formación práctica del nuevo alcalde fueron estas dos actuaciones en este año peculiar con el ejerció de este  cargo municipal (y más tarde lo haría de diputado provincial), en el organigrama del partido conservador fue un momento fundamental y trascendental  para sus alineaciones  y liderazgo políticos dentro de las diversas tendencias que  surgían entre los conservadores. Pues, su padre Gregorio Abril Ávila, líder  comarcal desde mediados de siglo XIX, convocó una asamblea de todos sus partidarios, en la que analizó la  difícil situación en la que atravesaba el conservadurismo dividido entre partidarios de Cánovas y Romero Robledo y  propuso a su hijo Rafael como jefe conservador  de la comarca de Alcalá la Real. Lo mismo que sus tíos Indalecio y Luís, se alineó a la rama romerista, lo que, en principio le perjudicó porque la representación conservadora de la comarca de Alcalá la Real que  no llegó a tener representante de esta tendencia  hasta 1891 por el distrito y provincia de Jaén, e, incluso, posteriormente fue suplantado por otros  personajes de la localidad del bando liberal.
            Pues, por aquel tiempo, Bonilla era el jefe del partido conservador de Jaén; ( además era doctor en Derecho y  funcionario de la Diputación Provincial de Jaén) , y controlaba  toda la maquinaria conservadora llegando a ostentar cargos de diputado,  y presidente de la entidad provincial  ; por otra parte,  el otro diputado fue  José Gutiérrez de la Vega que era  un poeta sevillano del arte venatorio, muy moderado y defensor a ultranza del partido conservador

. Fu un paréntesis en la vida  política municipal de Rafael Abril que, alineado junto con su hermano Luís en el apoyo a Romero, tuvo que dejar la alcaldía al veterinario Antonio del Espino a partir de  marzo de 1886,  dando paso a otras ramas de los conservadores alcalaínos, entre ellos Pedro Rodríguez, Retamero, Suárez.  Además, cuando volvió el turno de la representación parlamentaria  los conservadores alcalaínos  de la mano de Romero Robledo,  su hermano Luis Abril  volvió a  las Cortes en este  último decenio del siglo XIX y, por su mayor experiencia, ocupó el puesto de la familia de los Abril en  la participación política provincial ( cuando  su jefe nacional  retornó  a las filas del Partido Conservador iniciando una nueva etapa en la que ocupó las carteras ministeriales de Ultramar, entre  1891 y 1892 y  el de de Gracia y Justicia, en 1895  en ambos casos bajo la presidencia de Cánovas). Son años que el  Partido Conservador aparece más dividido que nunca, en vísperas del desastre colonial, y  el antequerano no parecía estar de acuerdo con una serie de medidas propuestas por Cánovas para las reformas antillanas, afirmándole que con ellas no conseguirá la paz. Tras el asesinato de Cánovas en 1897, inició una nueva etapa en los rumbos del Partido Conservador,  en la que Romero Robledo tuvo que hacer frente a diversas vicisitudes, que coincidieron con el triunfo de los liberales por este distrito jiennense y la ausencia de los conservadores en  la representación parlamentaria. .

2 comentarios:

  1. Hola Paco, quisiera saber el parentesco de Baldomero Sáenz de Tejada con el teniente José Castillo Sáenz de Tejada, y también quien era el Tapia y el Vinuesa que mencionas. Gracias, saludos.

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    1. Acabo de ver el comentario, ahora mismo no tengo datos, pero intentaré hacer una pequeña invesigación de ese linaje.Saludos.

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