La segunda medida fue más premeditada con
el fin de abortar el naciente movimiento societario.. Pues, en primer lugar, se produjo una
auténtica persecución de los republicanos por diversos medios políticos y
judiciales empleando los órganos de la justicia entre los meses de septiembre y octubre de 1911. A
los partidos republicanos se les visitaba y les inspeccionaba sus sedes y sus
centros, y se perseguían a sus afiliados
mediante levantamientos de autos judiciales por el juez de instrucción.; se les
atemorizaba recogiendo certificados de
conducta y s amillaramientos de sus propiedades; y para atacarlos, denunciarlos
y amedrentarlos, solicitaban a los dirigentes
las listas de socios. El Gobernador Civil requería mensualmente al ayuntamiento para
que le informara detalladamente de cualquier reunión o mitin que celebraran estas asociaciones. Las fiestas
aldeanas eran controladas por los
miembros de la
Guardia Civil , los alcaldes pedáneos y los guardas locales
( En concreto, el uno de mayo en las
Grageras fue objeto de una protección especial la fiesta del uno de mayo).
A finales de septiembre, las
primeras que sufrieron el acoso gubernamental fueron las sedes de la Unión Republicana
de Alcalá, la de Unión y Liga Republicana de Charilla, las sociedades
republicanas de Santa Ana y Riberas, a
cuyas sedes acudió el juez, acompañado
del teniente de la guardia civil, y
obligaba a que acudiera el presidente
requiriéndole la lista de socios; el siguiente paso lo contemplamos con la Unión Republicana
de Mures que fue disuelta por el gobernador civil a instancias del juzgado
municipal de Alcalá la Real
el ocho de octubre; y, al resto de las agrupaciones republicanas, se les levantó un expediente y , aún
más, en el mes de agosto el día 29 se
comunicó la disolución de la sociedad de Mures ( que por el mes de marzo de
1912 fue sobreseído, lo mismo que el expediente del presidente de la sociedad
de Mures).
Al finalizar el año, la actividad de de los
políticos republicanos habían decaído y
tan sólo se comunicaba al Gobierno Civil “ no ha habido mítines”. No obstante,
a principios del año 1912 todavía se investigó por el juez el centro de
Charilla y a otros republicanos como
Felipe Núñez y Escobar y Moisés Sánchez Garrido. Y el ayuntamiento
trasladó al Gobernador Civil algunos datos sobre la Unión Republicana
de Alcalá la Real..
Entonces quedaron en la clandestinidad, y no habrá más
noticias que el contacto con sus miembros provinciales.
Como consecuencia de ello, Pablo
Batmala sufrió en sus propias carnes todo tipo de represión, pues ostentaba la
presidencia de la
Unión Republicana de Alcalá, cuya sede estaba en la calle
Alonso Alcalá. Y, lo mismo le aconteció a sus compañeros republicanos de Alcalá y de otras aldeas, como Gregorio
Barrio Sánchez de Santa Ana, Dionisio Pérez
Trebajano de Ribera Baja, Fernando
Trebajano de la
Ribera Alta , o Manuel Álvarez Anguiano de Charilla. Se les
levantó el auto judicial en el mes de
octubre de 1911, y se les humilló con el expediente por pertenencias a las
ideas republicana, informando el ayuntamiento con un certificado de
conducta, y otro de bienes.. El ocho de
mayo de 1912 se le comunicó a los presidentes
de Unión Republicana de Alcalá la Real , Charilla y Ribera Baja
que quedaban disueltas sus sociedades. En el mes de septiembre, incluso un
republicano Francisco García Trevijano fue puesto a disposición judicial y
encarcelado.
EL PARTIDO LIBERAL-CONSERVADOR
Por
otra parte, la campaña se complementó con la
peculiar política de los
conservadores alcalaínos. Estos se reorganizaron en 1911 con una fórmula muy original, ya que se había producido la unión de los partidos
liberal y conservador envuelta en un patriotismo
chovinista, al que denominaban "el partido de Alcalá". Temían que estallara el
terrorismo y la violencia como en otras ciudades de Andalucía, debido a haber
calado más en las clases más desfavorecidas y , para ellos, más analfabetas.
Para ello, dispusieron un plan de anulación del incipiente movimiento
socialista y anarquista, a cuyo frente
se puso el propio diputado Rafael Abril
y León, emprendió una dura campaña
contra los partidos republicanos y socialistas durante el año 1911, como el
propio Guardia comenta en diversos
libros de forma panegírica . Era consciente de la ardua empresa que iba a
llevar a cabo y el peligro que corría, pues el gobernador civil le dio permiso
a él y tres hijos para el uso de armas particulares en defensa propia .Para
ello, se dirigió a cada una de las aldeas alcalaínas, y llevó a cabo acciones
de contrapropaganda a favor de las ideas
conservadoras e impuso medidas
coercitivas contra las incipientes
sociedades dentro de la política turnista,
típica del momento, dando lugar al cierre de todas las sociedades de todas las
aldeas. Contraatacó, por su parte, creando
comités y sedes de su partido político conservador en cada una de ellas,
y con la ayuda de sus hijos :“sembró los campos de periódicos sanos y de aún
más sanas pesetas, (GUARDIA CASTELLANO. Antonio. Notas para la Historia de Alcalá la Real., páginas 319-322)
Para combatir los partidos republicanos y
socialistas e
n el casco urbano de Alcalá, por otro lado llevó a cabo una labor de sensibilización política en contra de los nuevos movimientos, dirigido a los representantes del gobierno municipal y organizó gran número de mítines, en los que su ideología conservadora contrastaba con el nuevo movimiento social al que denigraba. Tuvo, como es lógico, su reflejo constituyendo el Centro de
CON CANALEJAS EN 1913
.
No obstante, con la
llegada al poder del turno liberal en la representación parlamentaria de
Jaén tuvo su respuesta, en el ámbito
nacional, con el gobierno liberal que
abrió en 1913 una puerta a los republicanos de tinte posibilista. Y así
se entiende que el socialismo jiennense se extendiera en muchos núcleos
industriales y mineros y también nacieron nuevas asociaciones socialistas en la
comarca, como en el 1912, la de Oficios
Varios Amantes del Progreso, de tendencia ugetista. En esta misma
línea, el año 1913, se fundó la Agrupación Socialista
de la Venta de
los Agramaderos y la de la Unión General de
Trabajadores de la
Pedriza. A principios de este año, la situación debió ser
alarmante, porque un gran número de braceros acudieron ante el alcalde
demandándole trabajo y pidiéndole
ayuda para sus familias. El alcalde no
pudo ofrecer sino las gestiones con el Gobernador Civil para que le indicara la
forma de socorrerlos. La situación debió ser tensa pues se enviaron parejas de
las Guardia Civil a las aldeas de Santa Ana, Mures, la
Rábita , Caserías , Ermita Nueva, Cantera Blanca y
Ribera Alta con motivo de las fiestas o acompañando al agente ejecutivo para
cobrar los impuestos y no se alterara el orden público y, acabada la temporada
de aceituna por el mes de febrero, los braceros exigieron al gobernador que les
permitiera salir fuera de Alcalá. El mismo carisma tomaron los acontecimientos
en 1914. Se controlaron todo tipo de sociedades y reuniones por la guardia
civil con motivo del tres de mayo, la fiesta de la Cruz. El golpe sufrido
por el republicanismo debilitó a los dirigentes locales de la Unión Republicana
hasta tal punto que pocas noticias se refieren a sus actividades durante este tiempo. Pablo Batmala se dedicó
intensamente a sus negocios.
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