RUTAS, VÍAS, SENDEROS, CAMINOS Y
VEREDAS
Se ha puesto
de moda, desde hace un tiempo acá, la
actividad caminante, no sólo en nuestro pueblo sino también en muchos lugares de
la geografía andaluza y española. Ya lo decía Machado: “Caminante, no hay camino/ se hace camino al andar”.Es decir , el
caminar es algo intrínsico al ser humano y se realiza con la vida, que es una
andar desde empezar a enseñarse a andar
hasta evitar las zancadillas diarias para evitar los traspies y los muchos badenes y obstáculos que uno se encuentra
en el camino.
Pero, si nos
acercamos mucho más al poeta sevillano, nos fijamos en el sentido material del
camino en estos versos: “ He andado muchos caminos,/he abierto muchas
veredas; /he navegado en cien mares,/y atracado en cien riberas./”. Pues ya
no nos quedamos anclados en el sentido
vital del significado filosófico de la palabra " camino", sino que lo
ampliamos con su sentido etimológico de esta actividad tan usual de Machado, el
caminar. En este sentido, el caminar se reviste como escudo para proteger la salud personal, esfumando los malos ratos
o, como se dice vulgarmente, ahogando los malos humos; o simplemente, como meta
para alcanzar esfuerzos cuando se
consigue el objetivo de completar un trayecto o alcanzar una cima.
Aún más
el caminar alienta
al espíritu para dar respuesta
muchas preguntas del hombre, y con el
mismo poeta estamos de acuerdo: ¿A dónde
el camino irá?/Yo voy cantando, viajero/ a lo largo del sendero.../—La tarde
cayendo está../. Y ese camino invitará a cada persona a la búsqueda de la respuesta más sencilla y simple ante
todo lo que va recorriendo y ve en su entorno,
o a profundizar en dar sentido a su vida. No nos extraña que, por este
tiempo tras las Carmestolendas, abunden los Vías Crucis, otro camino de la vida
siguiendo a un perdedor que salva; ni tampoco que , con la primavera ( por eso
de que la sangre altera), muchas familias
y grupos jóvenes se tiren a los caminos y disfruten del “carpe diem” horaciono,
tratando de hacer realidad “collige,
virgo, rosas” que
pretende no dejar pasar el
carácter irrecuperable de la juventud y de la belleza. Son dos modos de
caminar en la vida ; uno, a corto plazo;
y otro, a largo plazo; la del mundo consumista y la de la apuesta pascaliana.
Lo que sí es cierto es que , mientras
las veredas, calles de campo, senderos, calles de ciudad, vías pecuarias en todas sus variante ( desde
la colada al cordel pasando por las cañadas),
y caminos reales sean de uso
público, que lo son y nunca pueden usurparse ni transferirse ( aún más pueden
recuperarse), nadie puede privar al ser humano de ejercer las dos actividades más importante del
caminar: el ejercicio físico y dar
sentido a su vida, porque, como dice el poeta
romano “ tempus fugit
irreparabile”.
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