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domingo, 27 de abril de 2014

DIARIO DEL RUTERO. POR EL PALANCARES (II)


DIARIO DEL RUTERO. POR EL PALANCARES (II)
 

DIARIO DEL RUTERO VII. POR EL PALANCARES (II).

 

 

Hoy, 27  de abril, Octava de la  Pascua de Resurrección, las huestes senderistas han estado  mermadas, porque muchas personas y senderistas nuestros  han acudido a la  las dos romerías de la Virgen de la Cabeza- la del Cerro de su nombre y la de la Hoja del Salograr-. Todo cabe en la viña del Señor. No obstante la veintena de intrépidos que nos hemos saltado las costumbres  hemos acudido a la cita con ilusión. No faltaron el inglés  Illan y la holandesa mureña  Elisabeth, nuestros hispanistas de lujo y su reala de perros. Partimos del antiguo cortijo de Cantera Blanca, guiados de la mano de Paco García Pérez. Nos detuvimos a contemplar los restos de  la antigua  ermita de la Cruz, con el  nuevo Sagrado  Corazón de la Cruz que se yergue entre ruinas, y saludamos a la Cruz  que comenzaba a ser adornada.

            Por bajamos el camino de Verona que no es otro sino el antiguo camino de Vélez, que enlaza con el de la Ventilla y lleva a Conejeras y al Allozarejo, según el plano de principios del siglo XX. Pasando por la carretera que deja atrás la Venta del Civil , cortijo de Turollote y las Peñicas, a través de un puente, por donde se unen  el arroyo del Cañadas y Palancares, nos adentramos por el camino de Fuente hoyos a través de  la casa de Eugenio  en dirección al sur, pasamos por  la fuente de Hoyos  en la que unas inscripciones nos delatan una restauración de finales del siglo XX y se remonta a tiempos anteriores, lugar de remanso con su  un estanque y  fuente de diversos compartimentos para ganado que  ilustran del pasado ganadero. Bajamos en dirección hacia Molino Cañón, cerca del Palancares, donde remontamos  la historia al siglo XVII, por ser el primer molino harinero que  abasteció la zona con motivo del asentamiento de lo colonos y  para evitar las distancias de tener que acudir a los molinos harineros de las Riberas. Otros recuerdan otro molino harinero, llamado del Palancares  con el  nombre del Sol. Allí, nos detuvimos para explicar la función de  los molinos  en el ámbito rural y una triste historia trágica ocurrida en  de la Guerra Civil.

Continuamos la vereda servidera y antigua  que se remonta a las roturaciones de tiempos de Carlos V en el siglo XVI, dejando atrás Peñolillas y algunos cortijos abandonados, en medio de antiguos campos de calma transformados en extenso esparragales que ocupan muchas zonas para exportarlos a lares europeos. Saludamos a cicloturistas que nos anunciaban un regreso  placentero y de  fácil subida. Al llegar al cortijo de Peñuela, comentamos las tumbas  mozárabes y las comparamos con  las de la Mota y los monasterios de San Millán de la Cogolla. Para hacer una revirá, (término que nos han enseñado los nuevos amantes del sevillismo semnasantero) , y tomar el camino real  y viejo de  Alcalá a  Málaga, por el que muchos playeros y hombres de la miel comerciaron con los alcalaínos los arenques y bacalaos en trueque con las cargas de trigo hasta principios del siglo XX. Dejamos el arroyo del Palancares sacudiéndonos el barro de varios pasos del río, en el que nos salimos de las piedras de cruce.

Allí, nos atendieron improvisadamente unos campesinos con su puesto comercial de espárragos que en paquete de unos tres Kilos adquirimos al precio de  cinco euros. Y con unos  “impedimenta” sobre las espaladas como dirían los soldados romanos in itinere o agmine, emprendimos el regreso al punto de partida. Con un paso agradable y un camino perfectamente trazado por donde pasarían fenicios, romanos, visigodos, árabes y miles de cristianos para adentrarse a tierras castellanas, traspasamos el cortijo del Gallinero y el del los Hinojosas  y oteamos, en la  lejanía,  el  de Buenavista, venta de Mateo y de los Rosales hasta llegar a Fuente Nubes que nos dejamos a la izquierda. Saltamos el arroyo de la Pedriza para alcanzar la Fuente del Espino y su cortijo. Dejando a un lado los cortijos  y tierras de las Roturas y en otro lado  la Haza del Corral, alcanzamos el destino definitivo mientras nos esperaba el profesor Antonio Heredia que había acudido a la cita, pero hubo una incomunicación para concentrarnos.

Bello recorrido primaveral, agradable, menos numeroso, pero muy intenso , con un trayecto de unos ocho Kilómetros, pisando tierra de muchos caminantes otro costeños.  

 

 

 

el agua

 

 

 

el río

el equilibrio en el agua

Gracias, Paco

y el agua hace el verde

el verde y la cal

nuevas tierras de esparragal


a por el espárrago
 


y adiós al agua con el recuerdo de los que trajeron el agua y salitre
una red viaria de origen romano

y el agua en la fuente


 
 y el verde
en la parra
 
 y agua, camino, cortijos y olivos...en el camino de Málaga


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