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jueves, 27 de marzo de 2014

VER, JUZGAR Y ACTUAR. EL ARTÍCULO DE ALCALÁ INFORMACIÓN DE LA ÚLTIMA SEMANA.


VER, JUZGAR Y ACTUAR

 

Hace años que la  frase de “ver, juzgar y actuar” se me quedó clavada en el corazón y en la cabeza. Responde a los elementos básicos del acto moral del ser humano, que se opone rotundamente  al animal; pues el segundo, solo,  ve y actúa sin juzgar ni razonar. Lo hace por instinto, el de conservación o de defensa.  Y es que a los hombres se les añade como principios básicos y connaturales: la libertad y  la responsabilidad. Me refiero  a la libertad a la hora de decidir y  la responsabilidad de las actuaciones que asumimos.

            Sin embargo, lejos nos encontramos actualmente de desarrollar libre y responsablemente todos nuestros actos humanos con estos principios básicos , cuando continuamente nos vemos impedidos  de un correcto uso de ellos, al ser invadidos continuamente por la manipulación constante del ambiente que nos rodea. Nos consideran unos muñecos manipulables como si no fuéramos responsables de las decisiones, y nos convierten en unos  robots autómatas al regusto de sus intereses. Sobre todo, ocurre esta situación en los terrenos políticos. Con frecuencia, nos quedamos anonadados ante el bombardeo de noticias, informes y propuestas que nos muestran siempre una sociedad consumista y materialista, como si no hubiera otros modos de compartir la vida en esta tierra. Parece como si el mercado fuera el único que debe marca la serie televisiva de nuestra película diaria y  no tuviéramos más personajes que los que desarrollan comedias, más bien tragedias, de las que nos tienen acostumbrados, con el dios dinero. Pues el final de la película es difícil de digerir: un escándalo tras otro por que el móvil de sus acciones es el ansia de riqueza como acontecía, siglos ha, en las comedias plautinas.

Y no digamos en cuanto a lo que se refiere a la hora de juzgar, discernir los aspectos positivos y negativos para tomar una buena decisión; parece como si una de las balanzas no pudiera levantarse por estar saturado el plato con todas las variantes de la ficción, de los  ataques sofisticados  al contrario para que no levante cabeza,  de las  reiteradas mentiras goebelsianas,  del sadismo más cruel,  y la presencia de la marca sibilina y un amén de ofrecimientos de tesoros vacíos. Con estas mimbres, estos cestos. No nos extraña  nada ante esta realidad.  Las actuaciones se convierten en que lo legal  se  prefiere a lo ético y a lo moral; y se abandona la estética en la política. Y la moral brilla en su  ausencia,. Que más puede pedirse.

            Se han aprendido muy bien el mecanismo racional del ser humano, y lo ha sobrepasado la técnica. Pero me pregunto: ¿Por qué no ejercemos sin  prejuicios nuestra libertad mandando al  infierno a estos manipuladores?, ¿Acaso no nos sentiríamos más alegres y felices por el hecho de que somos verdaderamente responsables de nuestros hechos si la balanza  es equilibrada con todo tipo de planteamientos? ¿No sería la mejor fórmula ante tanto acoso diario?  Quedémonos con ella: conocer, discernir y hacer, una buena marca ante el conductivismo reinante. 

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