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sábado, 29 de marzo de 2014

HACIA LA SEMANA SANTA XXIV. DE LOS AUTOS A LOS PASOS DEL VIERNES SANTO.


DE LOS MISTERIOS  A LOS PASOS DEL VIERNES SANTO
Dentro del teatro medieval, debieron representarse en Alcalá la Real, pequeños autos con motivo de la Navidad, Semana Santa y el Corpus Cristi. Claro testimonio de ello son las Constituciones Sinodales de Juan de Avila en el año 1542, que en muchos apartados, como luego haría el abad Moya en el siglo XVII, recogía anteriores capítulos de las constituciones de los abadesG ómez de Padilla y Ordóñez de Villaquirán.. Así, en uno de sus capítulos prohíbe expresamente estas representaciones que son manifestaciones de momentos anteriores a dicho texto jurídico:"Somos informado que en algunas Iglesias y hermitas de esta nuestra abadía se hagan algunas representaciones, juegos o remembranzas: otras cosas semejantes no muy honestas y porque de los tales actos se ha seguido y sigue muchos inconvenientes y traen escándalos en  los corazones de algunas personas ignorantes o no bien instructas en nuestra sancta fe cathólica, viendo los desórdenes  y excesos que en ella passan  por ende o p.sc.et.a. statuimos y mandamos a todos los beneficiados y curas y a otros clérigos  in sacris que no hagan las tales representaciones ni den lugar que en las dichas iglesias se haga ni consientan que se hagan velas en las iglesias perroquiales sopena de dos ducados por cada vez que las hiziere o consintiere hazer alguna cosa de las susodichas aplicadas la mitad para la fábrica de tal iglesia y la otra mitad para el juez y el acusador"[1].

 
 


En la vigilia de la noche del Jueves Santo al Viernes Santo, se se prestaba a canciones y sermones de Pasión, que a veces se continuaban con otras actividades representadas. En torno al predicador se deberían realizar sobre tablados las escenas más significativas de la Pasión[2] : Pilatos, la Sinagoga, la Túnica, el Señor en la Columna, Ecce-Homo, los reos, Simón de Cirene y Longinos. En un texto transmitido a finales del siglo XIX en el Castillo de Locubín, se describe la Pasión  en forma de  sermón, insistiendo en muchos detalles de representación y  sugiriendo  las escenas mientras el sacerdote lo declama dicho.[3] Abundan en todas las Cofradías la tradición de pagar a los predicadores por el sermón de dichos días en la iglesia de la Veracruz, en el convento del Rosario y de Consolación. 
Aunque las procesiones se centraban el Jueves Santo con la de la Veracruz y el Domingo de Resurrección que era oficial para la iglesia y el cabildo, el adecentamiento de calles, la limosna de aquellos días- carneros y ropa para los presos y los conventos de frailes-, y la velada del Jueves con la visita a los monumentos de las iglesias que solía ser una costumbre muy antigua y casi obligada de cualquier tipo de cofradías, eran los elementos más importantes de la Semana Santa del siglo XVI. Aquella noche del Jueves Santo entre disciplinantes, rostrillos y penitentes era propicia a que se formaran altercados. De ahí que no nos extraña que el cabildo del año 1569 con motivo de la guerra contra los moriscos dispusiera: ×" será para bien que, en la noche del Jueves Santo para escusar algunos inconvenientes y algunas bellaquerías  que se podían facer,  se haga alistada de cien hombres, lo cuales por la orden de los comisarios , a quienes se acometiese , hagan guardia toda la noche, con los dichos cien hombres ciento cincuenta  y ronden y visiten toda la ciudad alrededor de ella y guardando las iglesias para escusar los dichos inconvenientes o cualquiera que pudiera acaecer"[4]. 
De otro lado, a lo largo del siglo XVI, la tradición teatral de  los autos e invenciones del día del Corpus debió influir por su simbolismo en posteriores pasos de Semana Santa, que provienen del Antiguo Testamento como Los Planetas, el Árbol de la Vida, los Profetas, los Arcángeles, los Ángeles y los Jueces. Todos estos personajes eran  muy típicos de aquellos grandes altares que se exhibían en el tablado de la Plaza Alta de la Mota desde el día del Corpus Cristi hasta la Octava.


Otro factor que juega  un gran papel fue lo que el siglo XVII denominó con el nombre "Máscara". Los caballeros anunciaban la fiesta el día anterior, luciendo sus hermosas vestiduras y cubriendo sus rostros con armaduras hasta que fue degenerando en forma de máscaras. De estas máscaras y de los rostrillos de los personajes del teatro y de los autos se pasará al de las representaciones de Semana Santa. Además, se trasladarán otros aspectos como  la comitiva caballaresca que iba anunciando la fiesta entre chirimías y atabales y paraba en diversos lugares de la plaza alta de la Mota, del arrabal Nuevo, del Llanillo, y del arrabal de la Veracruz. En esos lugares, se pregonaban las fiestas solemnemente. Después, en Semana Santa se pregonarán las fiestas del Señor en medio de rostrillos  y la tropa de ciudad. Por lo tanto, a principios del siglo XVII observamos que el rostrillo de las máscaras y del Corpus, las representaciones de dicha fiesta, las desfiles de las mascaradas, la participación de los grupos y danzas en la festividad del Corpus así como la introducción de personajes simbólicos el día de la fiesta son los ingredientes  y elementos básicos del teatro pasional en el discurso procesional de la Semana Santa. A esto hay que añadir el inicio y expansión del teatro por medio de la Cofradía de la Veracruz en su corral de Comedias desde el año 1587 en tiempos del abad Andrés de Bobadilla.
 


Ya entrado el siglo XVII, cuando muchas cofradías han pasado de  ser disciplinantes a penitenciales, todavía se mantienen muchas de estas costumbres. El propio Abad Moya recoge la prohibición en las iglesias. Manifiesta una degradación de los elementos dramáticos en objetos de burla y decadencia, ya muy lejanos de la época que los creó. Primero , a través de la representación de las insignias; después con la representación humana, los pasos se procesionan  y se introducen en la celebración de la manifestación religiosas. De ahí que no nos extrañe que varios abades incluso hagan edictos para limitar los abusos y los actos deshonestos que se producían en la Semana Santa. Siguiendo a Domingo Murcia, cronista de la ciudad, parece que la marcha procesional no se mantenía con el fervor ni respeto que tales momentos requerían. Por los penitentes "había risas, escándalos, e indecencias en los participantes y sus vestimentas": por los cubiertos con rostrillo, se portaban cosas profanas e indecentes y realizaban acciones y gestos indecentes.[5]     Un siglo después, la misma ciudad está preocupada por los  rostrillos y en una de sus ordenanzas también los regula de la siguiente manera:"Otro sí prohibimos el destestable y pernicioso abuso de que en la fiesta y Octava del Corpus salen  por las tardes y en otras fiestas y procesiones muchas quadrillas de Diablillos, no sólo con ropas y rostros de tales, sino con los de los sayones de Semana Santa y otros ridículos y extraordinarios trages que no  vienen en al caso para el Culto, ni cosa de razón, sino para ejecutar lizenciosamente toda suerte de desórdenes ; y así mandamos que tan sólo aya ocho libreas  propias de la ciudad, y para una quadrilla que con lizencia  del Juez si quisiere  darla y reseñados los sujetos en el oficio del Cabildo, y asistidos de un ministro, y qualquiera que de otra suerte saliere, será multado en diez ducados, diez días de cárcel, y perdida la ropa o vestidos, y el que diere alquilados otros que de la Ciudad o prestados, los perderá y se serán sacados dos mil mrs., todo lo qual se executará con rigor indispensable"[6]. Se denota en las ordenanzas la mescolanza de fiesta, rostrillo, ropa y máscara que se intercambian de unas festividades a otras.   
Posteriormente, cambiará la situación y predominarán los pasos de tablados o en el decurso de la procesión. La primera mitad del siglo dieciocho e, incluso, algunas decenas posteriores serán el pleno auge de representaciones, de renacimiento de cofradías, sobre todo, en la del Cristo de la Humildad que había desaparecido, y proliferacion de pequeñas hermandades y gallardetes que inician una nueva forma de organización cofradiera. Sin  embargo hubo momentos delicados en la mitad de este siglo , sobre todo, con la llegada del vicario y provisor de don Alvaro de Mendoza, don Pedro Pablo de Vera y Barnuevo, que emitió varios edictos"  para que no se hicieran velas nocturnas en las Iglesias ni ermitas, procesiones de noche, prescribiendo la forma y modo que se deberá observar en las procesiones de Semana Santa, desterrando el abuso de las caras tapadas y otras indecencias".[7]Es verdad que, algunas  veces, muchas hermandades y cofradías  desaparecieron, cuando el rigoricismo eclesiástico, imbuído del espíritu de la Ilustración,  interpretaba un atentado con la liturgia todo este tipo de representaciones, como sucedió en el año 1782 con el Decreto del  Obispo- Abad Mendoza y Gatica. O más tarde, de una manera más estricta, con la aplicación realizada por el espiritualista Abad Palomino en 1791, que provocó la desgraciada desaparición de una de las cofradías más importantes del acervo alcalaíno, la de la Santa Veracruz.
 
 


Sin embargo la raigambre popular no se resistió y volvió a renacer aquellos pasos, cada vez más esfumados, quince años después, en 1797, con el mismo abad Palomino Lerena, y continuaron difuminándose  hasta el siglo XIX. A principios de siglo XIX, volvieron a salir  las hermandades e iniciaron una campaña en contra de aquel rigoricismo de la Ilustración, que le estaba ocasionando bastante problemas; y así se defendían con acentuada pasión:" Y para aumentar más la Devoción determinaron sacar el Viernes Santo  una devota Procesión con el título de referido Santo Nombre, representando en una devotísima imagen de Jesús Nazareno, con los principales atributos de la Sagrada Pasión, que desde aquel tiempo hasta el presente ha permanecido en esta ciudad con la edificación mayor , conmoviendo  no solo a sus moradores sino aún también a los Pueblos de la Comarca  para adorar tan santos Exercicios y que por quanto hasta ahora no han premeditado que estos Pasos deben ser con la Superior Aprobación del Real Supremo Consejo".  Difícil situación en un período de guerras y cambios políticos constantes. Momentos de penuria económica. Se mantenían de las limosnas de muchos hermanos del campo y de la ciudad y esto provocaba enormes  dificultades para la representación de los pasos.
Aunque, a finales de siglo XIX, surgió otra nueva corriente reformista y un importante cambio en las Semanas Santas, que pasaron de un carácter devocional y penitencial a un predominio del esplendor externo,  que se fijaba más en los grandes pasos de las imágenes, olvidando este tipo de representaciones,  que, como sucedía en la diócesis sevillana ,  consideraban actos indecorosos: "Tales son estas ridículas representaciones de la pasión del Señor, en que figuran personajes grotescos, y usando un lenguaje chocarrero que no puede  menos de ofender a los oídos de todo hombre culto".
 Muy descompuestos dichos pasos, participando de las dos hermandades del Ecce-Homo en la mañana del Viernes Santo  y de Jesús en la Columna en la tarde del Jueves Santo, por muchos testimonios periodísticos, como los María Pilar Contreras o las noticias de otros escritores locales,  se mantienen como una reliquia  de este tesoro cultural a finales del siglo XIX  y principios del XX. No obstante debieron perderse algunas partes  como las denominadas Los votos, que reflejan las actuaciones de cada uno de los miembros del Consejo de los Judíos, donde se le acusa a Jesús para condenarle y , al final , se vota. Manifestándose a favor de la condena Anás, Caifás, Semes, Dothaim, Judás, Leví,Neftalí, Alejandro y Jairo y oponiéndose José, Nicodemo y Gamadiel, provoca un incidente entre sus miembros, porque el prestigio de estos dos- sobre todo, Gamadiel, abogado de prestigio- no era comprendido por los demás.


Varios conflictos bélicos contribuyeron en su decadencia, sobre todo la última Guerra Civil. No obstante esta situación  permitió la reagrupación  de la Hermandad del Señor del Ecce-Homo y Jesús en la Columna, así como la recuperación de muchos cuadros e insignias gracias al riesgo de muchos hermanos que ocultaron sus enseres en la Iglesia del Rosario y en sus casas particulares, a pesar del riesgo de sus vidas. Pastor Sánchez y Celedonio Cano  fueron algunos de los arriesgados hermanos que contribuyeron al mantenimiento de todos estos enseres, y, por ende, a que pudieran renacer tras el conflicto bélico.[8] Sin embargo los pasos ya se habían debilitado mucho y tan sólo quedaban unos vestigios y reliquias que se han mantenido hasta finales del siglo XX de lo que fue un rico acervo religioso, cultural y , por así decirlo, etnológico.

Los años 1945 y el 1984 fueron dos hitos muy importantes en la restauración de todos los pasos, que se habían convertido en algunas ocasiones en un puro desfile procesional  y en el traslado de las imágenes a las casas de los hermanos..



[1] CONSTITUCIONES SINODALES DEL ABAD JUAN DE AVILA. Año 1542. Título IV. Cap IX.
[2] Constituciones Synodales del Abad Moya. Año 1623. En la Constitución 13 Que la noche de la Navidad ni otro tiempo del año, no se haga cosas indecentes en los Oficios divinos. Prohibimos y mandamos , que la noche de Navidad no otro tiempo, ni Fiestas de entre año, no se digan, ni hagan cosas deshonestas, ni representadas, ni se hagan representaciones algunas, ni se canten villancicos, ni coplas sin nuestra especial licencia, y sin que primero sean por nos examinadas, o por la persona que nombraremos, para que se vea si en ellas se dize cosa deshonesta, falsa o escandalosa, o contra nuestra sancta Fe Cathólica, ni  se canten con viguelas o guitarras, ni otros instrumentos profanos, ni se prediquen sermones de noche en Jueves ,o Viernes Santo, ni ottro tiempo del año, sino antes que anochezca o después de amanecido: ni tampoco se hagan velas de noche en las Iglesias , ni Hermitas, salvo las noches de la mañana de Resurrección, por ser Fiestas tan principales, y estos días , y los demás que hubiere tinieblas, o Maytines en las Iglesias, a que acude el pueblo, mandamos que aya luzes en ellas, de manera que todo esté claro ".
[3] El texto original me ha sido facilitado por mi entrañable amigo del Castillo de Locubín, Francisco Juan. Es un largo sermón, con citas evangélicas, que se veía interrumpido por las escenificaciones.
[4] AMAR. Libro de Cabildo de 1569.
[5] Murcia Rosales, Domingo. Curiosidades de la Semana Santa de Alcalá la Real. Ideal 31 de marzo de 1996.
[6] AMAR. Libro de Ordenanzas de 1751. 3º.Nota final.
[7] Espinosa Garrido de los Monteros, Diego. Historia de la Abadía de Alcalá la Real. Diputación Provincial de Jaén 1996.  
[8] Según  testimonios de Juan Vega Cano, capitán honorario, en el programa de la Virgen de las Angustias de 1983: "Fue en el año 1937, cuando la Hermandad del Ecce-Homo y Jesús en la Columna, recogió las actuales láminas, que se encontraban dispersas, al objeto de no ser destruidas por cosas de guerra. Tras hablar con el párroco que las reconoció , se juntaron en el Rosario, proviniendo de la calle Ancha el Gallardete de la Columna, siendo este año Hermano Mayor, Celedonio Cano Rosales. Y hermano mayor de la Túnica, Pastor Sánchez, sacristán de esta iglesia. El Ecce-Homo, se encontraba en la calle Zalamea, siendo su hermano Mayor , Francisco Vega Díaz que tras huir por razones de guerra, dejó dicho a los hermanos, donde se encontraba el cuadro. Todos fueron recogidos por Juan Vega Gámez, Rafael Marvel y Santiago Vega Hinojosa, José Muñoz, conocido por el Lile, Antonio Romero, apodado Cojillo Horrores, y Antonio Marañón Zamora, personas que se preocuuparon hasta conseguir trasladarlas a la iglesia del Rosario. Se salió por primera vez el Jueves Santo por la tarde."  

 

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