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viernes, 23 de junio de 2023

LA FIESTA DE SAN JUAN (IV) EN NUESTRO TIEMPO. SU IMAGEN.

 

La Iglesia cantaba maitines a partir de las diez de la noche en la Iglesia Mayor y celebraba la fiestas, a veces interrumpidas con cantos,  que prohibían las Constituciones del Abad Juan de Avila en el 1541. El día de San Juan celebró la función de iglesia con misa de pontifical, a donde acudió todo el pueblo y la ciudad y el cabildo abacial que se trasladó a continuación a la ermita de San Juan Bautista, saliendo por la Puerta Principal, las Entrepuertas, placeta de la Trinidad y de San Juan.Por la tarde , se celebraron los toros, a los que no acudieron los eclesiásticos, y presidieron el corregidor, el alcalde mayor y todos los regidores, jurados y oficiales del Cabildo, que ocuparon las engalanadas ventanas de las Casas de Cabildo. El pueblo se colocaba tras las barreras y en los andamios de la plaza alta. Los ocho toros desmochados salieron a la plaza, deleitando al público. Primero, capeos de los caballeros y de los atrevidos jóvenes. Después, la muerte de ellos, ya que los cortadores y carniceros abastecían con su carne a la gente y estaban obligados a concederlos.


Se complementaba la fiesta con los juegos de cañas. Estas se preparaban en la carrera de San Bartolomé o de San Marcos, algunas veces, en la Alameda. Simulaban pequeñas batallas las cuatro cuadrillas de caballeros, repartidas en su organización: una para el corregidor y el resto para los corregidores. Todos ellos estaban vestidos con sus armaduras y montaban los mejores caballos que siempre tenían dispuestos para la guerra. Ya a finales del siglo diecisiete hubo que acudir a los caballeros de los pueblos comarcanos. A estos se les invitaban para estas fiestas que congregaban mucha gente. El corregidor preparaba por la mañana una pequeña invitación antes del comienzo de las fiesta, mientras se colocaban los distintos regidores, jurados, alcalde  mayor, jurados y caballeros en los distintos  sitios.

 






A finales del siglo XV, hay constancia por el testamento de Fernando de Aranda que la ermita de San Juan estaba en obras, y a ella aporta el insigne caballero una pequeña donación en las mandas de la muerte. Más tarde se hicieron las obras definitivas en el siglo XVI y XVII y la hermandad de San Juan y de la Limpia Concepción ocupaba un lugar muy importante en la organización de ellas: la Víspera, la novena, la función de Iglesia, los ministriles, la capilla, el sermón de los beneficiados y los gastos de cohetes, colgantes y otros adornos de la ceremonia religiosa fueron los elementos principales durante muchos años con los altibajos característicos de la Iglesia. Se fundaron varias capellanías y algunos censos de misas que mantenían el culto y hasta llegó a convertirse en coadjutriz de la Iglesia Mayor la Iglesia de San Juan.

 

En el año 1878 todavía existía la Hermandad de San Juan Bautista y Nuestra Señora de la Paz. Hay una factura que dice

" Como cofrade de la hermandad de San Juan Bautista y Nra Sra dela Paz  de esta ciudad he recibido de las albaceas testamentarias de Dº María Josefa Piqueras  la suma de 3000 reales  q.e.pd. que en su úlitima voluntad ha dejado a la Santa Virgen de la Paz  para ayuda y culto de y veneración para que así conste  y nombrado porla J.Dir. de recibir la limosna a Alcalá 3o de junio de 1878 .El capp encargado Antonio González  son 300".

Las fiestas se organizaban en honor del titular con verbena, donde se bailaba en medio de farolillos, juncia, romero y arcos de estos elementos. El motivo central era el sorteo del borrego, que solía hacer el cura de San Juan con el tradicional sistema de las habas blancas y negras hasta alcanzar la que le coincidía con el premio. Se celebraba en el patín de San Juan bajo un toldo y con el borrego presente, que estaba adornado de lacitos de colores y se aturdía con los cohetes y la musica de verbena.

A principios de siglo, ya había desaparecido aquella tradción y hasta que no se restableció la hermandad del Cristo de la Salud, no se volvieron organizar ningún culto. Tan sólo en los años de los sesenta, el 1965, volvió a surgir la rifa del borrego y la hoguera e invitación en la Víspera de San Juan sin el resplandor que tuvo el siglo diecinueve, ya que la calle Rosario ya no era una de las principales como antes, sino una calle campesina y de casas de vecinos de la posguerra.


En el año 1971, se encarga una imagen a Eduardo Espinosa por la cantidad de doce mil cuatrocientas cincuenta pesetas gracias a la iniciativa del párroco don José Luis Cuevas Motos. Para cubrir gastos se renueva la rifa del tradicional borrego que se compra en el Camello de las Pilillas, adornándose con madroños de madejas de lana y jáquima de espartera. En la víspera de la fiesta actuó una orquesta, se invitó a ponche y se quemó una hoguera. La imagen se bendijo por el párroco en una misa el día de su fiesta con lanzamiento de cohetes. En el año 1973, siendo hermano mayor Antonio Pérez Sánchez, actuó un conjunto musical en la víspera y se mantuvieron los tradicionales actos de volteo de campnas y lanzamiento de cohetes a las doce de la Víspera como proclama de fiestas, la hoguera, la ivitación a ponche y garbanzos tostados por la tarde .

En el año 1979, con motivo de la reapertura de la Iglesia tuvo lugar el día de San Juan una misa, que se anuciaba con un cartel donde se invitaba a los tradicionales festejos y cultos y se informaba de la finalización de las obras por la Dirección General de Patrimonio Histórico-Artístico, además de dar las gracias por las ayudas prestadas en la restauración.

Por los años ochenta,una fiesta de barrio y de hermandad se convitió en una fiesta popular. Siendo hermano mayor José Fuentes Cano   en  el año 1984 ,hubo misa y salió la imagen en procesión por las calles del Barrio a través de Mazuelos, Mudo, Puerto, Cronista Benavides, Abad Palomino, y Placeta d San Juan , "recorrido que fue adornado por los vecinos ,que al paso de la imagen del Bautista,que iba portada por las damas de la hermandadmarrojaban flores desde los balcones". Al mismo tiempo, se hizo tradicional la verbena amenizada por el grupo de Miguel Fernández.

En el año 1985,se mantuvieron todos los actos y festejos, innovándose el pasacalles por la Banda de Tambores y Trompetas de la Hermandad y un nuevo itinerario del barrio por Rosario, Luque, LLana, Real y Santísima Trinidad.

En el año 1986, siendo hermano mayor Francisco Martín Rosales, comenzaron a celebrarse dos días. En la Víspera, la tradcicional proclama, misa vespertina y la procesisón (este año por Mazuelos,Mudo,Callejón del mismo nombre, Puerto,y Abad Palomino, la hoguera, la Tuna de amigos "Arcipreste de Hita", el Grupo de Sevillanas del Instituto de Bachillerato, la verbena Popular, y, sobre todo, un nuevo elemento que será ya tradicional a partir de este año, la Quema de la Bruja en el Hoguera. El personaje y su parafernalia fué inventada y creada por el hermano Rafael García Medina, que año atras año, logró diversas variantes de este fantástico personaje que desde la torre de San Juan vuela hasta la pira de la placeta para decirle el último adiós en medio de música mistérica y juegos de sonidos y silencios. El segundo día ,cucañas,y variados juegos infantiles, el Maratón de San Juan,que recorría el circuito anillado de nuestra fortaleza a traves de la calle Mazuelos, Placeta de San Blas, carrera de  San Bartolomé, camino de los Palacios, Peña Horadada, San Francisco, Real, Convento de la Trinidad Alta y Placeta de San Juan y,enla verbena del segundo día o de San Juan Fstividad, actuación de la rondalla de Manuel Hermoso.

En el año 1987, se mantienen las actividades de los dos días, destacando la actuación de la Coral de Alfonso XI en el segundo día y la instalación de un chiringuito en la placeta de San Juan.


En 1988,se celebran sólo los actos tradicionales de la Víspera por coincidir las actividades del día San Juan con el cuarto centenario de la Fundación del Convento de las Dominicas. Lo mismo sucedió  en  989, en el que la imagen de San Juan recorre las calles de los Caños, Llana, Real, San Rafael y Placeta de San Juan a hombros de hermananas y mujeres del barrio.De nuevo en 1990, se vuelven a los dos días festivos ,cambiándose los cultos en el día de San Juan, tan sólo por este año,y actuando la Gran Orquesta y Coros de Música Ligera de Linares en la placeta de San Juan.A partir de 1991, la fiesta ha quedado reducida a la Víspera con la proclama, la misa y procesión vespertina, juegos para niños, hoguera y quema de la Bruja en medio de la verbena popular y la invitación a ponche.Este fue el último año que se organizó el célebre Maratón de San Juan.Tan sólo, en 1994, se organizó un aquelarre de brujos y brujas, que acudieron a la quema de su compañera ,dando un nuevo impulso a esta tradción que alcanzó el 1996 los diez años. 

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