Había
que relacionar los intereses de los diversos bandos de la ciudad con los de los agrícultores y ganaderos.
Muchos regidores trataron de beneficiarse de los repartimentos y de sus
antiguas tierras, entablando pleitos con la propia ciudad, por entrada y
roturaciones de terrenos baldíos, descansaderos y veredas comunales. Incluso,
se vio obligado a venir en el año 1604, un procurador general Juan Velarde
Aguilar. Pues, se beneficiaron de un comercio suculento con los mercaderes genoveses de la ciudad de Granada (Veneroso, Ferrari....) y los flamencos de la ciudad de Sevilla a través de sus facotres cordobeses.
En
esta línea, se mantiene también la defensa de la lucha por el privilegio del vino, un comercio muy fructífero del blanco torrontés, que
continuamente provoca incidentes con Granada e, incluso, con la ciudad de Jaén.
Muchas veces, los transgresores son los
vendedores de vino y otras las ciudades y villas de venta las que dan lugar a disputas
en tribunales.
Aunque el trigo y el vino junto con el aceite eran los alimentos básicos de la población, no se pueden olvidar un condimento fundamental para alimentación humana y otras actividades agropecuarias cual era la sal. La ciudad disfrutaba de varias salinas, la más importante la de Filique en el Castillo de Locubín, y la de la Rábita junto con otra particular del clérigo Contreras. Solía arrendarse a un administrador, que , por año 1621, era Gabriel Díaz Caballero. Como característica de este tiempo, solían aprovecharse de las concesiones abusando del precio de la sal y desabasteciendo a la tienda de la plaza, donde se vendía este producto. Gabriel Díaz se había enriquecido y obligaba a la gente a ir a las dichas salinas, estableciendo libremente el precio de la sal para poder hacer frente a la renta de propios. A instancias del regidor Alonso de Quesada, el corregidor se vio obligado a apresar al dicho administrador y a que abasteciera la tienda para poder ofertar las cinco fanegas que se gastaban.
No fue esta acción importante, pero significaba algo con respecto a hacer valer la autoridad del corregidor. Meses más tarde, se reformó la administración y años más tarde dio lugar a un conflicto que alteró la paz de la ciudad. Para ello se nombraron dos regidores comisionados que vaciaron as distintas pozas y averiguaron la capacidad de producción de la Salina de Filique. Aunque le quedaban todavía dos años de arrendamiento, el rey tenía parte y beneficio en ella y se solicitó una provisión para la administración de la ciudad.
La ganadería boyar era abundante en estos años, y, además, se intentó de nuevo renovar la crianza caballar por medio de varias medidas de la Corte con el fomento de dehesas. También acudían muchos ganaderos que se avecindaban en Alcalá de una manera fingida para poder librarse de las imposiciones. El cabildo trató de averiguar este aumento de la población y clarificarlo en alguna que otra ocasión por medio de varios registros que afectaba sobre todo al ganado de cerda y a la tala de los montes cercanos a Frailes como en el 1612: parece de dilatarse el registro de ganado herrado, que entra en los montes acotados el año pasado, resultaban algunos inconvenientes y principalmente entrar mucho ganado forastero, haciéndose para ello muchas bentas fingidas y simuladas (Cf. 29.9.1612)
No obstante, la mayoría del ganado solía ser menor como el cerdo, caprino, y lanar. El paisaje de la zona montañosa se presentaba con muchos casas situadas en medio de terrenos baldíos que habían sido anteriormente concedidas por el cabildo con el único permiso de asentamiento sin derecho alguno y había ocasionado un gran problema, pues como estaban en medio de los montes y los ganados se comen la bellota y se aprovechan sin pagar nada y las casas son por el tiempo de la voluntad de la ciudad y, abiendo señalado algún poco sitio, tienen tres veces más , cercándolo e teniéndolo como cosa suya... y los dichos vecinos son abonados y bibiendo en esta ciudad podrán acudir a las cargas públicas que en esta ciudad ay...mano que se derriben las casas hechas y se bengan a bibir a la ciudad y con esto cesen los grandes daños... . Si embargo, el conflicto se generaba entre lo dos bandos de regidores que defendían intereses contrapuestos, por lado la roturación de los campos y, por otro lado, el mantenimiento de las dehesas. Con esto último solían aliarse los antiguos regidores de sangre, mientras los nuevos y adquiridos por compra no tenían perjuicios en cometer excesos en los montes de Entretorres, Caballeros, Monte de Nubes, Mures y Cueva del Moro, y, sobre todo, en Encina Hermosa, como denunciaba uno de ellos en 1603, acusando incluso la pasividad de la justicia:
las
dehesas de esta ciudad están destruidas y perdidas y los montes de la
ciudad talados , lo qual hacen los
criados de algunos regidores y escribanos y caballeros y los guardas por
dádivas y cohechos disimulan y permiten que todo el común desmoche y tala han
hecho en los dichos montes.....uno de los mayores desórdenes se da en Encina Hermosa por vecinos de Alcaudete
...entran quadrillas de mano armada de manera que los guardas no se atreben a
llegar a los dichos dañadores para los prender ( Cf.27.2.1603)
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