C-En 1801, el corregidor alcalaíno Joaquín Bernard y Vargas, caballero del
hábito de Santiago y subdelegado de rentas del partido municipal de Alcalá la Real , ordenó realizar una
parte del padrón de vecinos de la aldea de Mures.Y lo realizó el alcalde pedáneo Félix Atero, junto con un
vecino de la aldea de modo que lo
concluyeron en el plazo de seis días. -Existían
52 casas que corresponden al mismo número de vecinos, los habitantes
ascendían a 143,( en una proporción inferior a lo normal en la ratio vecino/
habitante establecida por los historiadores de 3.5). Predominaban los
matrimonios sin hijos (14) o con poca prole (con un hijo, 9 familias; con
dos o tres hijos, 14, ninguno con más de tres…) 5 solteros, 4
viud@s, y un agnado.
En este tiempo, la mayoría vivían en la cortijada de Mures, por lo
que significan que se habían construido chuzones, casas de campo y pequeñas
viviendas en torno al camino real, concedidas en terrenos de propios por el ayuntamiento alcalaíno. Frente a
estos, los cortijos habitados en el
partido de campo de Mures eran el Menchón, las Pilillas, la Gineta , aunque, sin duda,
existían otros como el de las Juntas, Doña Cristina,
Todo ello demostraba que existía
una población joven, que se había arriesgado a construir una nueva vida fuera
del casco urbano como consecuencia de las políticas roturadoras de terrenos
emprendida por Carlos III en la dehesa de Mures.
-Las familias y apellidos más frecuentes son Rosales, Cuenca,
Valverde, Zafra, López, Sánchez, García,
Alcalá, Martín, Pérez, Rufián, Arroyo, Jiménez, Nieto…; otros son menos
frecuentes, pero se centran en esta zona de la comarca alcalaína: Atero, Vallejo, Zamora, Carmona,
Calvo, Santiago, Cuevas, Sierra,
Algar, Flores, La Olla
casada con Miguel Escobar , Canalejo, y Castro. No se citaba ningún oficio industrial,
artesanal o de servicios, por lo que se sobreentiende que son personas
dedicadas al sector primario, como jornaleros, gañanes, zagales, pequeños
campesinos, labradores y pegujareros.
Por el padrón de 1822, realizado
por don Antonio de Oza y el cura rural don José Calvo y, con -respecto al
anterior de 1802, se observan las siguientes diferencias; aumenta el número de
vecinos/vivienda hasta 104 y la población de habitantes 292 habitantes; crece el número de hijos por familias (siete
familias tienen más de tres hijos) y hay nuevas familias de los partidos cercanos de la Rivera Baja , Santa Ana y
pueblos granadinos limítrofes se asentara con otras nuevas roturaciones.
Tampoco se señalan oficios y los padres de familias deben dedicarse al sector
primario, agricultura y ganadería. En el padrón de 1835, que realizó el comisario Antonio Marín Revilla y
el cura Rafael María Robles y Peral en 17 de enero de 1835, se observa que el
número de vecinos y habitantes de nuevo ha
crecido hasta 111 y 409 respectivamente.
Aparecen unas nuevas familias con apellidos de otros lugares y cruces de matrimonios con familias de
pueblos cercanos.
- En padrón de habitantes del 1910, aparecía Mures con 919 habitantes. En
su mayoría procedían de Alcalá, pero hay un grupo numeroso que se había
emparentado y casado con vecinos de pueblos, cercanos a la aldea mureña.
Predominaban los procedentes de la provincia de Granada, a continuación los que
remanecían de Frailes (Cano García, Baeza, Aceituno, Garrido, Gallardo, Mudarra, García, Peinado, Pérez Torrevejano)
en menor medida, los de Córdoba o Jaén. Por lo general, suelen ser las mujeres
cónyuges las que provenían de fuera. De los pueblos de Granada: proceden de la
capital Navarrete, los apellidos de Alameda, Alba, Cortés, Lizana, Cantos y
Pareja de Benalúa; Villegas y Ruano de Trujillos; Álvarez y varias familias Ruiz e Hidalgo de Montefrío; otras varias de
Granados, Garrido, López Bolivar, Ordóñez, y Pareja, de Montillana.
Martín, Muñoz, García de Moclín,
Arquillo, García Ureña, Bolívar y Valverde de Moclín; dé Colomera, López
de Illora, de Chauchina y Alomartes,
Quintanilla; de Jaén, Moreno de Jamilena; Izquierdo del Castillo; y de la Puebla de los Infantes de
Sevilla, Morales. Tan sólo hay un caso de desplazamiento de residencia hacia
Mochín, de un hijo mureño.
En cuanto a los aspectos sociolaborales, en el
siglo XIX y XX, en os vecinos de Mures, predominaban los
jornaleros del campo, los labradores, y, a gran distancia, los oficios industriales
y artesanales, siendo casi nulos los servicios. Los que se denominan del campo
o jornaleros, pueden dividirse según tuvieran algún medio o ninguno y solo al
jornal; los labradores son los
arrendadores de cortijos y poseedores de algunas tierras, los pegujareros que
los que tenían posesiones pequeñas en parcelas y algún arrendamiento, propietarios
son los que disfrutaban uno algunos de los cortijos. Entre los oficios, era el
posadero la familia de Rufino Arroyo Álvarez, el zapatero Juan Arroyo
Quintanilla; albañiles, por su parte, Francisco Bolivar Chica y Eusebio
Granados y los Navas; Ramón Castro Cortés era hornero, el frailero Antonio Cano
García ejercía de guarda; herreros y esquilador, los miembros de la familia
Cortés, sacristán José Martín Atienza, tabernero Remigio Moya y su hermano
Desiderio carpintero; por otro lado, las
mujeres todas se dedicaban a las labores a las labores de la casa. Por algunos oficios, se demuestra que
existía una posada, taberna, dos molinos y dos hornos, una herrería, una
zapatería, una posta de correos, ermita, y se trasladaban al casco urbano para
las compras o les vendía el recovero
- En 1930, se llevó a cabo un
censo de viviendas que dividía la población en el barranco de Mures
y el núcleo de Mures. Entre los cortijos, se encontraba Balazos con veinticuatro
edificaciones, todas ellas de una planta
en buen estado, y un vecino por casa. Venta Balazos se componía de seis
edificaciones de dos plantas. El cortijo de la
Máquina a su vez de 30 casas con las mismas
características, el del Molinillo con dos edificaciones, el cortijo de la Cuesta , Garcihambre, Los Cierzos, Santa María, los
Cortijuelos, el Medianil, de los
Peñones, Toro, las Tres Avemarías, el Cerro, el Cerrillo, la Joya , del Manzano,
Juntas, Casa Nueva, Espino, Arrañales y
Venta la Torrena
con 1,
Fábrica Batmala y Nuevo con tres,
del Río,, del Moral, Savia, con 2, el Aquilón,
con cuatro, Por lo que respecta
al núcleo de Mures, se dividía en las siguientes calles. Real con 47 casas en dos ceras, siendo mayor la impar
con casas de dos pisos y algunas deshabitadas, ( 3), tan sólo una de un piso, la Plaza con ocho viviendas; la calle san Antonio con 23
casas, la de san José, 13 casas,
Ruiz con
cinco, Alcalá con seis, y la Cruz siete;
En 1940, se llevó a cabo de
nuevo una estadística de entidades de población y edificaciones: al barranco de
Mures se le consideraba como caserío, y se marcaba una distancia de 10.240 Km . desde Alcalá y
a Mures como aldea, mientras en la del
1930, se le consideraba cortijada y se
le señalaba una distancia de diez
kilómetros y doscientos metros. El primero tenía 69 viviendas (cuatro de una
planta y el resto de dos; todas en buen estado, menos una, y con 64 familias
que la habitaban), mientras el segundo 205 (cuatro de una planta, 198 de dos y
una de tres, 192 en buen estado, 13 ruinosas;
y la habitaban 187 familias)... Los cortijos son los mismos y algunos nuevos o con diferentes nombres
como las Vegas, Molina, Tomillos, cantores, Juanichín, Peral, se agrupan un gran número en las Casillas alrededor
de 27,
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