ALCALÁ LA REAL, DESDE LOS ORÍGENES HASTA EL CULTO DE LA VIRGEN DE LAS
MERCEDES
I
LOS ORÍGENES PALOCRISTIANOS Y VISIGODOS
Para
tratar el estudio de la entrada del cristianismo en la comarca de Alcalá la
Real hay que remontarse a los últimos momentos de la época romana. Varios son
los datos y los testimonios que podemos poner de manifiesto basándonos en los documentos de autores de siglos pasados. Dejamos aparte los testimonios del padre
franciscano Ramón Bulde en su “Historia
de la iglesia de España”, donde cita textualmente que “en el concilio hiberitano o de
Elvira en el año 301, asistió Quiniciano, Obispo de Ébura Cerealis, hoy Alcalá
la Real; y en el celebrado en Mérida en el año 566, asistió Pedro, Obispo de
Ebura Cerealis, silla sufragánea de Mérida, enclavada en la demarcación de
Lusitania”( Aunque estas citas la ratifican otros escritores como Juan de
la Rada y Delgado en su Crónica de e la Provincia de Granada, o Miguel de la Fuente Alcántara, no podemos
mucha credibilidad a la identificación entre Ebura Cerealis y la ciudad de
Alcalá la Real, que se confundió en otros tratados con Ula, Tucci Vetus y otras
ciudades de época romana[1]). Como muestra arqueológica, el padre Sotomayor
aludió que el primer testimonio cristiano del entorno de Alcalá la Real es un
fragmento de un sarcófago encontrado en el cortijo de Cabeza Baja de Encina Hermosa de Castillo de Locubín; por otra
parte, son hechos notarios y constatables actualmente: la necrópolis visigoda
de la Iglesia Mayor Abacial como claro testimonio de la presencia de este
`pueblo ya cristianizado; y el testimonio escrito del primer cristiano
encontrado en la comarca en la lápida de
Potencio, hallada recientemente en la Rábita y
transcrita y traducida por el
propio padre Sotomayor. Ambos nos
ponen de manifiesto el carácter tardío
de la entrada del cristianismo en esta zona de la comarca del
arciprestazgo de Alcalá la Real. Y en
palabras del padre Sotomayor:
“Los testimonios inequívocos de Cristianismo
en nuestra zona no son anteriores al siglo VI d. C., siglo perteneciente ya a
la época que conocemos como visigótica, aunque en realidad no sea más que tardorromana, bajo
dominio más o menos efectivo de los visigodos”. Por eso, es interesante detenerse en esta lápida de
POTENCIO, pues aparece una de las primeras representaciones de la cruz de la
diócesis de Jaén inserta en el siguiente texto[2]:
+POTENTIUS FAMVLUS XPI VIXSIT ANNO LIII RECESSIT IN PACE
(Potencio, siervo de Cristo, vivió 53 años)
Por los aspectos lingüísticos,
formularios y forma de las letras, nos hace constar que estos testimonios arqueológicos
son precisamente de carácter cristiano y
datan la presencia del
cristianismo en los siglos VI y VII d. C.
Por otra
parte, acerca de la presencia de una
comunidad eclesial dentro de la comarca alcalaína, tenemos un testimonio
perdido recogido en el manuscrito del Anónimo de la Biblioteca Nacional, que Hubner lo copió y Fita transcribe y completa sus lugares y renglones perdidos:
SANTORUM APOSTOLORUM PETRI ET PAVLI
SU DIE TERTIO KALENDAS IULIAS ET
SANTI IOANNIS SEXTO KALENDAS IANVARIAS
CONSECRATIO ECLESIARVM ERA DCI
DECIMO QUINTO KALENDAS FEBRUARIAS
En la era de 601 (año 563), día 18 de enero, fueron consagradas estas
iglesias de los santos apóstoles, Pedro
y Pablo, su fiesta (19 de junio), y de San Juan Evangelista, su fiesta (27
de diciembre)[3].
Sotomayor le
dio mucha importancia a este documento hasta tal punto que recoge el hallazgo cercano de la ciudad, pero
en el campo, y, con sus palabras[4]” la presencia de esta inscripción-calendario
denota, al menos, la existencia de una iglesia y de una comunidad cristiana en
las proximidades de Alcalá la Real, signo de una vida socioreligiosa que no se
ha extinguido en fechas tan tardías, aunque sepamos tan poco sobre ella”.
[1] GUARDIA CASTELLANO,
Antonio “Notas para la Historia de Alcalá la
Real”. Madrid 1913. Páginas 143-145.
[3] FITA, F: “Inscripciones
inéditas de la Guardia y Alcalá la Real en la Provincia de Jaén” Boletín
de la real Academia de la Historia, LXIV, Págs.628-636.1964.
[4] SOTOMAYOR, M en AAVVV.
Alcalá la Real. Historia de una ciudad
fronteriza y abacial. Tomo I Pág. 305.
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