La mayoría de los productores son los
labradores-algunos enriquecidos por oficios como médicos,-sirva de ejemplo el licenciado Ordoñez- o arrendadores, que
tienen en sus propios cortijos lagares o fincas con un lagar, aunque a veces
tienen un revendedor que conoce el mercado, sobre todo, los franceses y los que
ostentan cargos de jurado o regidor. Hay muchos clérigos que comparten su labor
espiritual con el comercio del vino, debido a que habían heredado capellanías
que estaban ligadas a viñedos.
Es frecuente a principios de siglo los miembros
relacionados con la administración- escribanos, porteros, munícipes como Juan
Rodríguez de Cebreros- o de las familias hidalgas como los Aranda, un tal Juan Aranda Italia, y algunos
regidores, como Fernando de Sotomayor, Nuño Fernández de Valladolid, Francisco
de Herrera, los Zamoranos,y los jurados como Juan Serrete,y Martín de Villata
los que
controlan casi la mitad de los importantes centros comerciales como
Granada, Iznalloz, Motril y Jaén, relacionándose con otros órganos
administrativos ya establecidos como alhóndigas y estancos.
Suelen además
disponer de un servicio propio de arrieros, y representantes comerciales en las
ciudad, donde expenden el vino. Conforme avanza
el siglo,se percibe la tendencia de tener unos criados que le vendían el
vino en las grandes capitales. Aunque,tambien están los comerciantes que piden
el vino al sitio de origen y otras veces se encuentran en Alcalá. Los esclavos,
los criados y los jornaleros arrendadores son frecuentes en el traladode la
mercancía.
Los puntos de
venta suelen ser la alhóndiga, el rastro, las casas particulares, que tenían
bodega, y la de salidas los estancos, ventas-Venta Nueva de Iznalloz, de la
Rábita, la Nava, don Alosnos de Campotejar, Huetor Santillán, Puerto Lope, Moreda, Damar, Benalúa-, los
cortijos,las tabernas, particulares y alhóndigas controladas por la
municipalidad como en übeda. Para los pueblos del entorno de la capital
jiennense predominan los arrieros de Martos, Torredelcampo y los propios
alcalaínos.[1]
Otros son de de los Colomera-con apellidos moriscos-, Alhama, o Lucena omo un
tal Velázquez. Los mesoneros suelen ser un grupo importante de los que
controlan gran parte de la vida comercial como Francsico de Contreras y
baltasar del Campo 1609. Los cosecheros suelen envasar en tinajas, de diverso
tamaños- grandes, medias y pequeñas, y condiotas dentro de las bodegas de sus
casas y de otras familias. En un registro de casas en el año 1615, alcanzan la
cifra de 169 casas con almacenamiento de vino, mosto, vinagre y aceite. Como es
lógico, los grandes comerciantes, productores y cosecheros eran los que mayores
números de casas, bodegas y tinajas acumulaban como es el caso de Juan Aranda
Italia con cincuenta y seis tinajas en diversas bodegas. Ellos administraban y
vendían el vino de la limosna de las cofradías como la de la Virgen de las
mercedes ySantísimo Sacramento. Abundan el número de casas más de doscientas
con almacenamiento de vino. Los grandes mercaderes suelen ser los que mayor
número de tinajas, casas y almacenamiento de vino tienen, aunque en sus
transacciones comerciales suelen vender de otros productores. Para el
transporte, venta y compra de vino, era necasario tomar las guías por parte de
un escribano en su casa o en los puntos de ventas, donde se expusiera el
comprador, el número de arrobas y el vendedor para aplicarle la sisa de cuatro
maravedís sobre la venta del vino. Esta, a su vez, solía ser subastada para
pagar a la Corna en su representante
dela provincia de Jaén por un procedimiento peculiara que consistía en una
subasta con una vela encendida en medio de una linterna, que al apagarse
significaba el final de la subasta en el último rematante. La sisa del
vino suponía unos vientiummil reales.
Por un pleito del 1608 contra el mayordomo del
Pósito podemos comprobar el trabajo de
la vendimia y su producción. Una viña solía producir unas quinientas dos
arrobas de yema, a las que le había de desquitar el diezmo quedándose en 452 ,
sesenta y ocho arrobas deestrujón, aplicado el diezmo en 61. El trabajo de 4 o
5s cortadores durantes 9 días más acarreadorea a real medio daba 2.275
maravedís. El pisador lo hacía durante diez días a tres reales. La borrica del aarreador
a real y medio, a todo esto había que añadir el pan de todos los días que fueron 110- Importó esta aranzada 5.835
mas[2].
Este mayordomo no tenía lagar , pero sí bodega con 36 vasos ligeros.
En el siglo XVIII, tenemos dato de su producción, por
el Catastro de la Ensenada, la
superficie se ha reducido a los sitios de Puertollano, Redondal, Saetilla,
unos 230.000 litros. Sin embargo, el comercio
con Granada había decaido totalmente y otras zonas como la de Montilla habían ocupado el lugar de la
producción andaluza oriental. A este sitio se acude por aforados de los vinos,
porque:
por el gran tráfico y comercio de vino que ay en aquel
vecindario y estando en el Reino de Córdoba de más
común los aforos se suele hacer a menudo los aforos lo que no ocurre en esta
ciudad. (cfr.4,1 1751).
A finales del siglo XVII hay síntomas de
envejecimiento de los viñedos, ya que se produce el arranque clandestino de
viñas por los propios trabajadores hasta
tal punto que la ciudad obliga a su corregidor a persequir dichos delito que
solía realizarse con nocturnidad y fue penado con una multa de mil maravedís.[3]
En el año 1798, ante el nuevo impuesto de medio real
por por arroba de aguardiente y ocho marvedís por arroba de vino ha decrecido
ña producción que se reduce a 19.000 arrobas de vino y 820 de aguardiente, que
pagaban de imposición 488o reales ( 4.470 vino y 410 de
aguardiente)(cf.17-11-1798).
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