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sábado, 18 de octubre de 2014

LA CASA Y BIENES DEL ABAD ALONSO DE MENDOZA


Su patrimonio mueble, un testimonio de un abad de su época.
 
Por el inventario que realizaron los albaceas y su administrador  Juan de Santa María, se pueden conocer los bienes muebles, obras artísticas, librería y documentos de un abad. Son muy ilustrativos para el estudio de la época y para la vida de un abad de procedencia nobiliaria. Cualquier comparación con el inventario de personas como regidores de aquel tiempo manifiesta una gran austeridad por parte del abad, difiriendo de éstos en su mobiliario, objetos de valores  e inmobiliario.  El ajuar de plata se componía de vajilla de 23 platos pequeños, siete grandes, una fuente pequeña, dos salvillas con sus armas, salero dorado con sus armas, azucarero, dos jarritos pequeños, una pimentera, y  dos escudillas; una cubertería, compuesta de seis cucharas y una pequeña, otra grande y tres Frinchinas (?); dos vinajeras de aceite y vinagre, un barquillo liso, una copa de pie alto, un bernegal dorado, dos candeleros grandes, otros dos de plata de bujías, otros dos , de pie alto, que servían en la Iglesia.
Como objetos religiosos, una cruz lisa para el altar, un cáliz de plata con su patena , dos vinajeras, dos escritorios de Alemania y una paletilla de plata que se sirve a la misa. En la puerta, una tabla en forma de cancel.
Para remediar el frío y la luz tenía cajas de velas grandes y pequeñas, también cuatro braceros, algunos con su caja, cuatro calentadores, algunos de ellos pertenecían a su hermana y dos esteras de paño; para sentarse, un taburetillo , cuando su hermana bordaba en los tres bastidores ( dos grandes y uno Pequeño); para guardar enseres tres cofres, y cinco  arcas de pino ; el color carmesí era la espaldera de la silla; como adorno de la casa, los cuadros de San Francisco con cubierta de tafetán verde , otro de Santa María Magdalena del mismo tafetán, otro de San Francisco de Pádua, otro cuadro bordado de San Idelfonso, otro pequeño de Nuestra Señora pintado a lo gitano , lo mismo que el del Nacimiento. También tenía un Agnus Dei, guarnecido en plata con tres cadenitas. Para entrar en la casa una pilita  de barro de agua bendita. Las  sillas eran trece , cuatro de color negro , dos verdes y un taburete colchado eran sus asientos.
La cocina  se componía de dos ollas grandes y una pequeña de cobre, tres cazos 8 dos grandes  y uno pequeño, dos sartenes, tres cacicos pequeños y una coladera, dos cazuelas con sus coberteras, otra con dos asas, un almirez, cinco cubiletes, un acebe de sacar agua de las tinajas con su cabo de hierro, dos cucharas y una paleta, dos cuchillas viejas, un peso viejo, cuatro asadores chicos y grandes,  una barra con sus dos caballos y con tres garabatos, una caldera vieja, un rayo, dos parrillas, un hornillo con su hoja y cobertera, un mortero grande de majar arroz, un tazón de masa y tablón de cocina con sus bancos de nogal, dos tinajas para el agua, una mesa grande y dos bancos y un cedazo y una escarpia con doce garabatos. Diecinueve tablas de manteles,  tres de estopa para muebles, entre ellos el aparador , un banco con cuatro cajones, un frutero.


Su dormitorio  se componía de ocho colchones (ocho llenos y uno vacío) y trece sábanas mediadas de ruán y medianillo, una cama de grana con flecos de oro y de madera; una cama de jerquetilla de madera negra dorada; otra de verano de madera dorada con su colgadura de seda  y oro , otra sin colgadura; veintidós colchones eran para los criados y veintiuna sábanas y once camas de cordeles; cinco almohadas blancas,  azules y moradas-  tres grandes y dos pequeñas,  y los acericos. Tenía siete colchas, dos sábanas medias, otras tres almohadas de Holanda. Tres cobertores blancos y dos paños blancos de grana, dos varas de medianillo y una almilla de lo mismo. 

Para el aseo personal, una escobilla  doce toallas de punto real y de seda, y siete sin estrenar,  dos peinadores y cuatro lavadores de manos.

Su vestimenta interior disponía de once camisas, dos pares de calzones blancos, dos pares de calcetas, dos pares de carpines, cuatro gabadores, siete bonetillos blancos. En un cofre solía guardar un jubón viejo de pilote de seda negra, unos calzones negros de pelo de camello viejos, una loba de seda negra en punto de lana y corte de  mucetas, forrada de tafetán ,otra en raja negra, un mantillo de paño negro de Segovia con el cuello de rizo un ferrezuelo negro, una sotana negra y el pelo de camello forrada de bayesta, una ropilla de lana negra, ropa vieja de Picardía forrada de borreguillos; en otra gaveta, una almilla de tela colorada, otra de tela blanca, ropa de mantas viejas, media sotana de camino de pelo de camello aforrada de bayeta morada; en otros cofres tres sotanas, varias lobas y algunos vestidos, un misal con tablas doradas dos sobrepellices, un roquete de Holanda con sus puntas y bordado, un cíngulo con  hilera con sus borlas, tres pares de dominguelos  y como zapatos, una botas de caminos y unos pantuflos negros. 

 

Poseía un estudio  donde tenía cuatro bufetes de nogal  y otro escritorio con pinceta de cerrar cartas, un pebetero de plata, cuatro gavetas de papeles, cartas, misivas y otras menudencias como manuscritos, bulas de nombramiento,  libros escritos en blanco, tinteros, cajitas y bolsas, otro bufete pequeños, una mesa de pino larga, catorce sillas ( once de cuero y dos terciopelo viejas y otra de lo mismo en la Iglesia) .  Allí tenía sus medicamentos naturales como piedras bezares y diversos antojos.  Un espejo pequeño, un bufete pequeño taraceado, otro de nogal. Un pomo de cobre para aguas de olores del buffet de su hermana.

Para transportar sus enseres y los viajes, disponía de dos acémilas aparejadas de enjalma ( especie de aparejo ligero),

una litera  con cuatro coreanas de chamelote de aguas, con su cubierta y sillas, una mula negra para llevar el agua  con silla, freno y albarda, una mula parda regalada en sillada,  y enfrenada, cuatro canastillos de mimbre para la lana, cajas de madera de pino con redoma de cordobán,

Un escabelillo, una tabla con dos bancos, seis alfombras dos piedras cuadradas de jaspes, una azul y otras de Cantera blanca y para  juego, una caja de ajedrez y otra de tablas con su ajedrez, que estaba en casa de don Alfonso de Aranda.

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