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martes, 14 de octubre de 2014

EL ABAD ALONSO DE MENDOZ Y EL SACROMONTE


EL ABAD ALONSO DE MENDOZA Y EL SACROMONTE
 
 





CERCA DE LA BOVEDA QUE CONSTUYO Alonso DE MENDOZA
Por su amplia formación religiosa se le llamó a la sesión de sentencia de los plomos del Sacro Monte, donde acudió como juez que aprobó en primer  lugar la veracidad de todas aquellas reliquias y documentos que iban apareciendo en el Monte del Valparaíso y en la Torre Turpedana, participando en la solemne función en la que se proclamaron su veracidad. A pesar de descubrirse posteriormente, no era de extrañar que el abad se viera enrolado  por la curiosidad que había despertado entre los humanistas el afán por los elementos arqueológicos y la ligazón de las culturas hasta fundamentarlas en la civilización grecolatina. Los historiadores de la abadía recogen este momento del veredicto, entre ellos, Manuel Trujillo del que entresacamos los siguientes párrafos: " In nomine D.N. Jesu-Christi: Nos Don P
edro de Castro por la gracia de Dios, y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Granada, del Consejo del Rey, nuestro Señor, con consejo y asenso de los R.P. don Juan de Fonseca, Obispo de Guadix, del Consejo de S.M. comprovincial y sufragáneo nuestro, y don Sebastian Quintero, Obispo de Galipoli, y don Alonso de Mendoza, Abad de Alcalá la Real; habiendo tratado de las Reliquias que en el año del Nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo de mil quinientos ochenta y ocho se hallaron, derribando la Torre antiquísima en esta santa Iglesia, y otras en el año mil quinientos noventa y cinco en el monte que llaman de Valparaíso, cerca de esta Ciudad, el conocimiento y aprobación de las quales  no pertenece por derecho, y por especial comisión de nuestro Santo Padre Clemente VIII, visto este proceso y todas las informaciones, averiguaciones y diligencias en él hechas y habiendo habido consejo y deliberación con Varones muy doctos,píos y teólogos, y de otras facultades que con Nos congregamos, y todo lo demás que fue necesario, verse convino= Fallamos de un mismo parecer y asenso, en que fueron conformes, que debemos declarar, declaramos, definimos y pronunciamos las dichas Reliquias en este proceso contenidas, conviene a saber: la mitad del paño de nuestra Señora la Gloriosa Virgen María limpió las lágrimas de su Hijo Redentor, y el hueso de San Estevan Protomartir, ser y que son verdaderamente el medio Paño de nuestra Señora, y el hueso del ProtoMartir San Esteban, y por haber estado ocultadas, cerradas y guardadas dentro de una pared de la Torre antiquísima, que estaba edificada en el sitio donde se edifica la Iglesia Mayor de esta Ciudad, metidas en una Caxa de plomo vetunada por dentro  y fuera, dentro en la Caxa una Carta  de pergamino antiquísimo, en el qual refiere Patricio Sacerdote que estaban allí las dichas reliquias, y que él las escondió por mandato de San Cecilio, y se halló todo dentro de la dicha Caxa de plomo en el año 1588 Sábado día de San Josef en diez y nueve de Marzo, deshaciendo y derribando la dicha Torre: asimismo declaramos, difinimos y pronunciamos los huesos, cenizas y polvo, y la masa blanca  que en el año 95 hallaron dentro de las Cabernas del dicho Monte que llaman Valparaíso, ser verdaderamente Reliquias de Santos Mártires, que gozan  y reynan con Dios nuestro Señor en el Cielo, conviene a  saber:el de los Santos Mártires San Cecilio, San Hiscio; San Tesifón, Discípulos del Bienaventurado Apóstol Santiago el Cebedeo, y de San Septentrio y Patricio, Discípulos de San Cecilio, y de San Turillo, Panuncio, Maronio, Centulio, Discípulos de San Tesifón, y las de San Mesiton; y los dichos Santo Cecilio, Hiscio y San Resifón, y juntamente con ellos sus Discípulos, y San Mesiton haber padecido martirio quemados vivos dentro de las Cuebas y Cabernas del Monte por JesuChristo, nuestro Redentor, y por su santa Fe católica, y por la predicación y publicación del SantoEvangelio, en el año segundo del Imperio de Nerón, San Cecilio y sus Discípulos en las Calendas de Febrero, San Hiscio y su discípulos en las Calendas de Marzo, quemados como cuando las piedras se vuelven cal, y San Tesifón y sus Discípulos en las Calendas de Abril, como lo dicen y muestran quatro láminas de plomo antiquísimas, escritas en lengua latina, con antiquísimos  caracteres y otros instrumentos de Plomo, También antiquisimo, que todo ha estado cerrado y ocultado dentro de dichas Cabernas hasta agora que lo hallamos en el dicho año del 95, y parece resulta y se averigua por este proceso, y lo ha mostrado y comprobado Dios nuestro Señor por muchos milagros, en consecuencia de lo qual, declaramos dichas Reliquias verdaderas de nuestra Señora, y de los dichos Martyres, según la Iglesia Católica Romana acostumbra a venerar las Reliquias de los santos, y deben ser expuestas públicamente al Pueblo cristiano, y así todos los Fieles para tal efecto, y que puedan invocarlos. Y nos con los aquí así las recibimos y mandamos que se pongan y se coloquen en guarda y custodia y lugar muy decente a nuestro parecer, o del Reverendísimo  Arzobispo que fuere de esta Santa Iglesia; y asimismo declaramos dicho lugar y Monte del Valparaíso, en las Cabernas del qual padecieron martirio todos los dichos Santos, ser lugar Santo y Sagrado, y debe ser venerado y homrado como las dichas láminas lo mandan en memoria de los Santos que padecieron martirio en él, y tener prerrogativas que da el derecho y los Sacros Canones a lo tales lugares sagrados, y mandamos que en todo se guarde y por esta nuestra parte nuestra sentencia así lo pronunciamos, mandamos y firmamos de nuestro nombre, y sellamos con nuestro Sello pendiente= Petrus de Castro, Archiepiscopus Granatensis= Joannes, Episcopus Guadix subscripsi= Los Señores de la Audiencia y Chancillería Real de S.M. que reside en esta Ciudad, que nos hallamos presentes nombrados por su Señoría el Señor Arzobispo lo subscribimos y firmamos" a continuación aparece la firmas  diversos cabildos de la Santas Iglesias  Catedrales y monasterios. El treinta de abril de 1600, entregó el arzobispo d Granada la sentencia al tesorero de la catedral para que la leyera en el púlpito tras cantar el evangelio y decir el sermón durante la Misa Pontifical, estando presente el abad Alonso de Mendoza, los obispos de Guadix y Gallipoli , todo el cabildo catedralicio, el presidente de la Chancillería d Granada, el corregidor y la Justicia, el alcalde don Iñigo de Mendoza,, caballeros de las órdenes, y gran número de público.[1]



[1] Trujillo, Manuel La Abadía de Alcalá la Real,  Apéndice.

 

 

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