Su nombre completo era don
Alonso Lasso de Mendoza. Perteneciente a la familia de los Mendozas que habían
ejercido cargos públicos en la Corte. Su padre
Luis Lasso de Mendoza, señor de
la Junquera, estaba relacionado con los miembros del Infantado, que tanta importancia
tuvo en la Corte de aquellos años y , aunque murió a finales del siglo XVI,
dejó el señorío, en la persona de su
nieto y sobrino Luis Lasso de Mendoza. En su testamento aparecen citados como albaceas testamentarios el duque del
Infantado, que representaba el Almirante de Castilla ,por estar casado con Ana
de Mendoza, y don Francisco de Mendoza, almirante de Aragón. [1]
El propio abad lo reconocía como señor que le había otorgado hasta ahora todas
las mercedes. Refiriéndose a su sucesor Luis de Mendoza dice " suplico a su Exª del duque tenga a en
la memoria las obligaciones que tiene de hacer md. a mi sobrino don Luis de
Mendoza y a los demás sucesores de su cassa honrándoles como los de la su EXª an hecho siempre". Su madre era Ana de Toledo, que provenía de
la familia de Pedro de Toledo, segundo duque de Alba, emparentado con el
Marqués de Villafranca, a través del matrimonio con su hija María de Osorio.
Uno de sus descendientes Francisco de Toledo, virrey del Perú, intervino con
otros juristas y religiosos como José de Acosta en la organización política,
social y cultural de Perú. Tuvo varias hermanas bajo su tutela : María e
Inés. A María de Mendoza, que aparece citada como María de Osorio en
algunas ocasiones mantuvo hasta el final
de su vida y fue enterrada en la misma capilla que el abad en la iglesia Mayor
abacial, concediéndole los réditos de los beneficios de Tortosa[2].
Murió en torno al año 1606 y fueron los administradores de sus bienes en
tierras de Guadalajara Alvaro de Santa Cruz y Pedro de Robledo.[3]
Su hijo era Luis Lasso de Mendoza y su hermana Catalina de Mendoza.
A la otra hermana suya , Inés de Mendoza, casada con licenciado don Juan
de Herrera, primer provisor y vicario,
sólo convivió los primeros años hasta su matrimonio y se vio inmerso en un
pleito de la legítima de sus padres.[4]
y también otros dos nuevos , uno acerca
de una parte de la herencia del tío don
Pedro de Mendoza y otro por el beneficiado de la villa Tortossa, que le
administró durante varios años fray Marcos de Salazar, ministro de la Santísima
Trinidad de Valladolid, juez apostólico. A pesar que la mantuvo varios años
consigo y la alimentó, sin embargo con motivo del casamiento se produjeron
estos conflictos familiares de los que el abad no se consideraba deudor en
parte alguna en el momento de la muerte., porque " demás de averle pagado
a la dicha Sª doña Ynes de Mendoça mi hermana su legítima enteramenta con los
réditos de ellas, la he sustentado y alimentado muchos años gastando de mi
propia hacienda". Esto no fue óbice para que le guardara todas las alhajas
de su hermana María de Ossorio que la
había dejado heredera suya.
Poesía los juros de heredad de
la ciudad de Jerez y Écija, que se los donó a su heredero Luis de Mendoza.
Educado probablemente en la
Universidad de Alcalá, residió en Madrid, se ordenó sacerdote, estudió también
en Roma y disfrutó desde el principio diversos beneficios en la diócesis de
Tortosa, trasladándose a la abadía de Valladolid, donde residió muchos años la
Corte. En Tortosa alcanzó el priorato y el beneficiado por oposición y no por
concesión real, lo que demuestra que debió participar en competencia con otros
hombres de cultura y de la Iglesia. En Roma, recibió de su Santidad el título
de abad de Valladolid. Mantuvo contactos comerciales con hombres de negocios,
sobre todo de la seda, en Valladolid como Pedro de Valverde, mercader,
Cristobal de Villagoméz [5] y don Pedro Gómez de Duero, o el licenciado
Alonso de Maluenda y Medrano [6];
también en Madrid, Jusepe Gómez, con
quien le vemos hipotecándole una cadena de oro. Con ellos hacía de valedor
de préstamos y recibía prendas a cambio como Ana de la Vega y Barrios, que le
depositó otra cadena de oro por precio de cuatro mil reales.
Se relacionó también con los hombres de la cultura, ya que por
aquel tiempo residían en la ciudad, importantes teólogos, humanistas y
juristas, debido a su importancia comercial y política. Así entre las obras que disponía en su biblioteca
la de José de Acosta, sacerdote de la Compañía de Jesús, hombre de gran talento y preocupado por la
evangelización del Nuevo Mundo, donde residió, regentando Colegios y
escribiendo tratados de evangelización a los nuevos pueblos. Uno de los libros
que se editaron durante la estancia del abad que coincidió con la de la
Prepositura de Acosta era libro De Novisssimis temporibus, que influyó
mucho en las personas de su tiempo, así como sus conocimientos de la historia
natural que había experimentado en tierras americanas.
Curiosamente en el momento que
la abadía de Valladolid se transforma en Obispado, se le nombra abad de Alcalá la Real. La ciudad recibe la
noticia el día trece de junio de 1597 por medio de una carta del señor recién
nombrado abad, acordándose los preparativos de su recibimiento[7].
Aunque la cédula real provenía del diez de mayo de 1597, el se incorporó a la
abadía en el mes de julio, celebrándose fiestas de toros en su honor.
Fue su administrador de todas
las rentas de primicias, decimales y votos su secretario Juan de Santamaría,
beneficiado de Santo Domingo de Silos. El Colector General de la Abadía fue
Pedro Jiménez de Castillo que le administró las frutos que le pertenecían por
rata , y las libranzas tanto de Alcalá y Juan de Armijo adminsitraba las rentas
decimales de la villa de Priego y Carcabuey. Su provisor, capellán perpetuo
beneficiado ,presidente del cabildo eclesiástico y vicario, recayó durante
dieciséis años en Gutierre de Pineda,- anteriormente en Juan de Herrera y Pedro
de Moya-, que se lo trajo del arzobispado de Granada en tiempos del arzobispo
Pedro de Castro, donde ejercía el cargo de visitador. Sus buenas maneras como
puso de manifiesto en la negociación de los moriscos de Priego, en quien se le
encomendaron las peticiones de los regidores de Priego, nos hace ver el interés
del abad por su persona , a quien le pagaba además de su salario el alquiler de
la casa , donde vivía. Comisario de la Santa Cruzada, Diego de Aranda; Miguel
de Madrigal , secretario del Santo Oficio. Otros curas eran los licenciados
Antonio Blázquez, don Miguel Muñoz, Francisco de Moya, don Pedro de Armijo, don Juan de Alvaro, don Juan
de Frías Ruiz, don Gaspar de Clavijo, Martín Ortiz de Zarate, y el secretario
del cabildo eclesiástico Gaspar de Montenegro. Eran beneficiados Alonso
Carrillo, el licenciado Rodrigo Torres y Juan de Villalobos.
El capellán del Cabildo era Diego de Castro.
Los párrocos de Santo Domingo de Silos y Santa María la Mayor: Diego de Pareja
Barrionuevo y Juan de Villalobos. Sus
criados eran Cristobal y Bernardino Suares que se encargaban de los recados,
los abastecimientos y del pago de las
deudas, completando el cuadro de servicios una esclava, de nombre María[8]
y Luis, comprado a Diego López de Zúñiga y una muchacha, Isabel de San José,
que se hizo monja del Convento de la Trinidad a la que donó diez ducados y
alguna ropa.[9]
Así como otros miembros de los Mendoza, perteneció al
Consejo de Su Majestad Felipe III y debió estar preparado por importantes
universidades, donde obtuvo el título de doctor en Teología,[10]ya
que su extensa biblioteca manifiesta conocimientos del mundo clásico tanto de
escritores importantes como le poeta Publio Virgilio Morón , aunque abunda los
tratados desde el punto de vista moral como las obras de Plutarco.
Su muerte se celebró con honras
fúnebres solemnes, tal como lo pidió en su testamento, repartiendo sus enseres
y concediendo en sus mandas donativos
para el luto de sus criados y para
celebrar misas por su alma tanto en el altar privilegiado de Nuestra Señora de
las Mercedes de la Iglesia Mayor Abacial como en el resto de iglesias y
conventos de la abadía.[11]
La ciudad suspendió el veintitrés de junio de 1616 todas las fiestas, porque
" se encontraba muy malo".
El mismo día testó legando todos
los bienes a su sobrino Luis de Mendoza, casado con doña Andréa de
Tamayo Bonifaz (animales, juros, bienes muebles e inmuebles además de una dote
de veintemil ducados con motivo de su casamiento). Hizo mención especial de un
escritorio de Alemania y dos cuadros de San José y de la Magadalena para la
sobrina Andréa. Tan sólo a su otra sobrina Ana de Mendoza, duquesa de Medina,
dejó reservados mil ducados con motivo de su futuro casamiento. Murió el día
veintitrés y el día veintinueve los albaceas alcalaínos y el alcalde Mayor,
Juan de Peralta, abrieron su testamento junto con el heredero universal Luis
Lasso de Mendoza.[12]
[2] AHPJ. Varios
legajos correspondientes a los poderes que se otorgaban al Abad y a los vecinos
de la Junquera en Guadalajara para la administración de los bienes del Señorío.
En el año 1604, legajo 4747, folio 46 y 149. Se le otorgaban primero al propio
abad, y, después, a los clérigos Francisco Márquez y Alonso Rodríguez de
Guadalajara.
[3] AHPJ. Legajo
4748. Folio 90. Escribano Alonso Ramírez. Testamento de María de Mendoza. A su
muerte se le concede al abad los poderes para cobrar los privilegios de
Guadalajara. Fue mujer de Francisco de Mendoza, almirante de Castilla.
[4] Testamento de
Alonso de Mendoza. En un apartado manifiesta la situación de dicho pleito que
afectaba a la porción del testador que no puede disponer libremente por
asignárselo la ley a determinados herederos. Las palabras textuales son las
siguientes: " Ítem digo que por parte de los señores don Juan de herrera y
doña Inés de Mendoza ante la Illmo. Señor Nuncio de su Santidad de la Legítima
que la dicha señora doña Inés de Mendoza huvo de aver de la Legítima de sus
padres de la qual Legítima no le devo cossa alguna porque casso que aya
encontrado en mi poder, se la restituí y pagué por entero de la qual tengo
finiquito y carta de pago, otorgada ante Alonso Ramírez, escribano público de
esta Ciudad en dos días de junio del año passado de mil y quinientos y nobenta
y nueve años, demás de lo qual al tiempo que cassó con el dicho señor don Juan
de Herrera le dí por su dote graciosamente de mi propia hacienda quatro mil
quinientos ducados , como pareciera <
>demás de averla aumentado y sustentado muchos años ansi en esta
ciudad como en la de Valladolid y villa de Madrid".
[5] Testamento de Alons. Mend.ibidem en Inventario. Carta de
pago otorgada por Cristobal de Villagómez, vecino de Valladolid, para el señor
Abad con fecha de 24-4-1597.
[6] Ibidem. Dicho
abogado trataba de recuperar cuatrocientos ducados de doña María Velázquez de
Orellano 3o-4-1591.
[7] AMAR. Libro de Cabildos del año
1597. Acta de dicho día:" La ciudad que entendió por carta del Sr, Don
Alonso de Mendoza abad de esta abbadía vendrá
dentro ocho días a esta ciudad y se acuerda se le haga recibimiento e
particularmente esta ciudad salgan en forma de ciudad y los caballeros
comisarios particulares de esta ciudad
salgan al dicho recibimiento y ansimismo los dichos comisarios haciendo
demostración de alegrías, y que la
ciudad reciba con sus vecinos , hagan poner luminarias que suelen en las torres
y murallas y al sr. Corregidor se le suplica mande se pregone, las velas pongan
en sus casas y para lo que se gastare por la ciudad el mayordomo dé lo
necesario e para esta comisión se nombró a Pedro Cívico Clavijo, Pedro de
Pineda Góngora regidores y el jurado Joan de Alvaro y Luis de Arjona. Otro sí
que para que se ejercite la caballería y cumpliendo con lo que S. Mgtad. tiene
mandado por sus reales cédulas y confirmándose con las costumbres de esta
ciudad acuerda y manda que el lunes treinta de este mes corran seis toros que
los cortadores y menuderos están obligados de dar en la plaza pública en dicha
ciudad, sueltos con barreros, e para el gasto que en esto se hiciere se manda
el mayordomo dé lo necesario con orden
de los dichos comisarios a quienes se acomete y hagan se apremie a los dichos
cortadores y menuderos pªque den los toros conforme a sus obligaciones".
[8] AHPJ. 4791.
Folio 58. Año 1607. escribano Alonso Ramírez. Se la vendió Alonso Serrano de
Mendoza, clérigo de menores . Su descripción era "una esclava morisca
que tiene por nombre María, de edad de veintitrés años, sometida a mi servidumbre,
de buena fuerza, la doy por sana de toda enfermedad contagiosa, libre de toda
hipoteca, , se valoró en ciento veinte reales sin rédito"
[9] Ibidem. en
Testamento de Alonso de Mendoza. Se le concede a cada uno de ellos diversos
beneficios con motivo de la muerte. Estas son las mandas: " Ítem declaro
que tengo en mi servicio por mi esclava a María Ximénez la qual me ha servido
con buena fé en mis enfermedades y por el cuidado a mi servicio
y regalo, la dejo libre para después de mis días y mando que , luego que
todo passe de esta presente vida quede con libertad y entrego la ropa blanca y
las demás cosas que parecieron estar a su cargo./ Ítem declaro que tengo por mi
esclavo a Luis que lo compré de Diego López de Zúñiga este mando por legado
particular al sr. Don Luis de Mendoza,
para que lo tenga por suio y disponga de él a su voluntad".
[10] Inventario de
los papeles del escritorio en su testamento. Aparece un pergamino con el título
de doctor. Ibidem. legajo del testamento.
[11] A.H.P.J. legajo
29 de Pérez de Contreras. Año 1616. Como dato curioso, así son las mandas de su
enterramiento:" Ítem mando acompañen mi cuerpo toda la clerecía desta
ciudad en forma de Cabildo; y las tres Religiones que en ella ay y todas las
cofradías desta ciudad señaladamente, la de San Pedro con la cera y estandarte
y mando que se den veinte ducados assí por los Reconocimientos que deve como
por legado graciosso y que assimismo se les de una vela a cada uno de los que
acompañen mi cuerpo assí clérigos como religiosos. / Ítem que el día de mi
entierro si fuere ora y sino el siguiente no siendo impedido por festividad
Particular se hagan sobre mi cuerpo los oficios ordinarios con la mayor
solemnidad que se pudiere dando por ello la ofrenda y destribuciones que suelen
darse./ Ítem mando que el día que io muriere y el siguiente se me digan en el
altar privilegiado de nra. sra. de las mds. todas las misas Reçadas que se pudieren decir en los dos días, demás
de las que se pudieren decir el día de mis honras./ Ítem mando que demás destas
misas se digan en la Iglesia Mayor quinientas missas y en la perroquia de Señor
Santo Domingo doscientas y en señor San Francisco trescientas y al convento de
nra. señora del Rosario doscientas y cincuenta y en nra. Señora<
Consolación> otras doscientas y cincuenta y que se den las Limosnas y acostumbren
acostumbradas./ Ítem mando a las Cofradías y sanctuarios las Limosnas
ordinarias las que les mando se le den dobladas./Ítem mando a la Cofradía del
Stmo. Sacramento dos ducados./"
[12] AHPJ. Legajo 4793. Folio 455
y siguientes. Escribano Fr
ancisco de Contreras. Antes del testamento le otorga una escritura de donación el treinta y uno de enero de 1613. En ella le concedía veintimil ducados en monedas de oro y plata para su casamiento . Era hijo de Francisco de Mendoza, hermano del abad, y de María de Velázquez Arellano. Casado con doña Andrea de Tamayo vivían en Valladolid.
ancisco de Contreras. Antes del testamento le otorga una escritura de donación el treinta y uno de enero de 1613. En ella le concedía veintimil ducados en monedas de oro y plata para su casamiento . Era hijo de Francisco de Mendoza, hermano del abad, y de María de Velázquez Arellano. Casado con doña Andrea de Tamayo vivían en Valladolid.
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