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domingo, 29 de julio de 2018

LA CANTARERÍA DE ISABEL DE CÓRDOBA EN LA CALLE ANTÓN DE ALCALÁ

VIUDOS
El cántaro alcalaíno fue de uso muy frecuente, se encuentra entre las excavaciones de la Mota y de otros yacimientos, y se remonta a tiempos inmemoriales. Los hay de muchos tamaños, orejuelas o asas y formas ovoides muy similares. Era el recipiente reservado al agua que se transportaba de las fuentes de la Mora. Tejuela, Nueva, Llana, San José, San Juan, antiguo de la Veracruz, Tesillo, Tórtolas, Rosario..... No hay que olvidar otros usos menos frecuentes, como ser recipiente de vino o aceite, en los cantarillos. 
Pero, también tuvo otros usos: musicales como instrumento de percusión en las fiestas navideñas;  recipiente para las bolas de los votos en cofradías y del cabildo municipal, y; lúdico para el juego del coro de Canaval de lanzárselo uno a otro en las mascaradas de turno. Una nueva cantarera vivía en la calle 
Antón de Alcalá:
Ysabel de Córdoba (192), viuda, tenía un hijo cantarero,  mayor de  18 años y tres hijas, Poseía una cantarería, en la que ganaban por su artesanía, comercio  y venta de 330 reales. 
Y, junto a ella, otras viudas y alguna que otra soltera.






Ana de Baeza (180) que tenía una hija.
Feliciana de Navas (188), soltera sin familia. 

María clara Jiménez, (197) viuda. sola. 
Manuela Contreras (199). tenía dos hijos. uno jornalero y otro inactivo por accidente, y una hija. 

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