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jueves, 9 de enero de 2025

PAUSANIAS

  

PAUSANIAS

Pausanias fue un hombre importante lacedemonio, pero tuvo de bueno y malo  en todos los aspectos de la vida , porque se hizo famoso por sus virtudes, de la misma manera que  envileció por todos los vicios. Lo  más memorable de Pausanias fue  la batalla  en la  que este participó junto a Platea. Pues, bajo la jefatura de Pausanias, Mardonio, -sátrapa real, de nación meda, yerno del rey, entre los prinmeros el más  valiente  de los persas,  y  el más astuto,  con 200.000 soldados de a pie y 20.000 a caballo , que había escogido uno por uno ,  a caballo-, fue puesto en fuga por una pequeña tropa de Grecia no tan numerosa, y el  mismo general Mardonio  cayó muerto  en aquel lugar.  Ufano de esta victoria, empezó a revolverlo todo y a aspirar  maliciosamente a empresas  de mayor envergadura. 

Pero, al referirnos en primer lugar a este asunto, lo acusaron de que, tras colocar en Delfos un trípode oro, procedente de un botín,  le había escrito un epigrama, en el que estaba esta frase: “los bárbaros habían sido destruidos bajo sus órdenes y, en acción de gracias de esta victoria, él  le había entregado a Apolo este presente”. Los lacedemonios rayaron estos versos y no escribieron  otra cosa que los nombres de aquellas ciudades, por cuya ayuda fueron vencidos los persas.

                                       II

 

Tras esta batalla, enviaron con la flota común al mismismo Pausanias a Chipre y Helesponto, para desalojar las guarniciones de los bárbaros de estos lugares. Habiendo tenido igual suerte favorable en este asunto,  comenzó a portarse con mayor insolencia  y ambición de cosas más importantes.  Pues, tras el asalto de Bizancio,  habiendo hecho prisioneros  a muchos  nobles de los persas, y, entre estos, a algunos muy allegados del  rey,  los envió ocultamente ante el rey con la simulación de que se habían escapado de las cárceles públicas, y con la compañía de Gongilo de Eretria, para entregar una carta al rey , en la que Tucídides dice  que había sido escritas estas palabras: “ Pausanias, jefe de Esparta,   te envió como regalo  a estos,  que había capturado en Bizancio, tras conocer que son allegados tuyos, y deseo unirme contigo por parentesco filial. Por eso, si te parece bien, ruego que me  concedas tu hija en matrimonio. Si hicieras esto,  te prometo que tu someterías  bajo tu poder  no solo a Esparta sino también al resto de la Grecia,  con mi ayuda.  Si quieres tratar alguna cosa sobre estos asuntos,  envíame un hombre con el que trate”. Tras haberse alegrado muchísimo por la salvación de parientes tan cercanos y amigos suyos,  el rey envió en seguida,  con una carta, en la cual lo colmaba de elogios,  a Artabazo ante Pausanias y le pedía  que no omitiera diligencia alguna  para llevar a debido efecto lo que prometía, afirmando que no le haría repulsa de ningún asunto por su parte, con tal que él lo hubiera conseguido.

Tras conocer su disposición, Pausanias se dio la máxima prisas para llevar a cabo el asunto  y cayó en la sospecha de los espartanos. Por estos hechos, fue lreclamado a su patria  y, tras ser acusado de un delito de pena  capital,  fue absuelto, sin embargo fue castigado con una multa de dinero; por lo cual no fue enviado de nuevo al frente de la armada.

                                               III

Pero Pausanias,  no mucho después, por su propia iniciativa regresó al ejército y se comportó con un  pensamiento no astuto sino demencial.  Pues, intentó cambiar no sólo  las propias costumbres de su patria, sino también el vestido y su modo de vivir. Se presentaba con la ostentación de un rey, vistiendo como los medos,  se acompañaba de una camarilla de medos y egipcios, hacía banquetes a la manera más  lujuriosa de los persas de modo que los que se le hallaban presentes no podían compartirla;  no daba audiencia alguna a los que  querían reunirse con él,  respondía con soberbia y gobernaba con crueldad. No quería volver a Esparta; además, se había retirado a Colona        º, que es una ciudad colocada en un sitio de  la Troade; en donde planeaba en contra de la patria y de sí mismo.  Tras enterarse de esto los espartanos, enviaron legados  con una carta de oficio en un bastón, en la que se había escrito según la costumbre de este pueblo: “ en el caso de que él  no volviera a su patria, ellos mismos lo condenarían a muerte”.

Se quedó conmovido por este mensaje y, con la esperanza de que podría librarse de aquel peligro inminente con el poder y dinero, regresó a su país.  Luego que  llegó a la ciudad, fue encarcelado en la cárcel pública por los éforos;  pues, por su legislación, está permitido a cualquier éforo que se haga esto aunque sea un rey. Sin embargo, salió libre de la cárcel, y no por eso, estaba libre de sospechas. Pues se mantenía el rumor de que Pausanias tenía cierta alianza con el rey persa. Había cierto tipo de hombres, que se llamaban hilotas, que eran numerosos en el cultivo de los campos de los espartanos y desempeñaban la función de siervos.   Se creía que trataba de atraerlos  con la esperanza de que les daría la libertad.

Pero, porque  no había ninguna acusación manifiesta por los que podía ser acusado de estos hechos, no creían que era conveniente que Pausanias, un varón tan importante y famoso, fuera juzgado de tales sospechas hasta que el  propio delito se descubriera abiertamente.

                                               IV

 En medio de este asunto, cierto jovenzuelo argilio, a quien Pausanias había amado de niño con un amor ilícito, tras recibir una carta de Pausanias con destino a Artabazo y,  habiendo sospechado de que alguna cosa sobre sí mismo había sido escrita en su contenido interior, porque ninguno de los que anteriormente Pausanias había enviado con tal motivo a Persia, habían regresado, rompió los lazos de la carta y , destruido el sello, se enteró de que, si el la hubiese llevado, precisamente hubiera muerto.

 Contenía esta misma carta, cosas que se referían a lo que se había acordado entre Pausanias y el rey. Entregó esta carta a los éforos. Pues, no debía pasarse por alto la prudencia de los lacedemonios  con este asunto. Pues ni siquiera se vieron impulsados a apresar a Pausanias por las claras señales contenidas en  ella, ni consideraron que debia aplicarse  la violencia  antes que se hubiera denunciadoa si mismo. Por eso ordenaron a este denunciador qué quería que se le hiciese. Hay un templo de Neptuno en Tenaro,  que los griegos consideran que es un sacrilegio que sea violado. Aquel  denunciante entregó estas cartas a los éforos. Huyó allí y se sentó en el ara del altar. Hicieron un hoyo  bajo tierra junto a un lugar desde donde se  podía escuchar, si alguna persona hablara con el Argilio. Lo bajaron hasta este lugar uno de los éforos.

Cuando Pausanias oyó que Argilio se había retirado al ara del altar,  muy inquieto llegó a aquel lugar.  Al ver a este sentado en el altar suplicando al dios,le preguntó qué motivo había para tomar tan repentina decisión. El, a continuación,  le manifestó qué cosas de las cartas había descubierto aquí. Pausanias, cada vez más fuera de sí, comenzó a pedir  que no lo denunciara  ni lo revelase  ya que el había recibido tanto favores  por parte de el mismo, prometiéndole  que si el hiciera este favor, y le librara de tantos peligros, le daría  grandes recompensas.

                                      V

Conocidas estas cosas, los éforos creyeron  que lo debían detener en la ciudad. Tras marcharse de allí, y  tras el regreso de Pausanias, según el general pensaba, una vez calmado el argilio,  a Esparta,  como quiera que se encontrase en el camino en donde debía ser apresado, se dio cuenta de que le armaban alguna traición   por parte del rostro de un éforo que  deseaba que tuviera en cuenta estas advertencias.

Así pues, unos  pasos antes que llegaran  aquellos que le seguían se refugió en el templo de Minerva, que se llama Calcieca. Para que no  pudiera salir de allí, en seguida los éforos tapiaron las puertas y demolieron el techo con el fin de que muriera  con mayor rapidez a cielo descubierto. Se dice que la madre de Pausanias vivía todavía  en aquel tiempo y ella, de avanzada edad, después que se enteró del delito  de su hijo, fue la primera que trajo una piedra a la entrada del tempo para encerrar a su hijo. Así, Pausanias manchó una gran fama de guerra con una muerte vergonzosa.

Este, como fuera sacado  del templo medio muerto, en seguida expiró. Como algunos  dijeran que era conveniente que debieran meter el cuerpo del muertoal mismo lugar, a donde habían enterrado aquellos que habían recibido suplicio, desagradó a muchos, y, lo enterraron, lejos de aquel lugar,    donde había muerto. Después de esto, por la repuesta del dios de Delfos fue desenterrado y sepultado, en el mismo lugar  donde había muerto.

 

 



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