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martes, 14 de enero de 2025

CONÓN

 


El ateniense Conón  empezó a manejar los negocios de la república durante la guerra del Peloponeso, y en ella fue muy importante su intervención. Pues, como jefe se puso al frente de los ejércitos de pie y, como almirante  de la armada,  obtuvo grandes victorias en el mar. Por estos motivos, los atenienses honraron con particularidad a Conón.  Pues, sólo gobernó  todas las islas.  En este mandato tomó Faras, colonia de los espartanos. También fue general  en la última guerra del Peloponeso, cuando las tropas de los atenienses fueron derrotadas  junto el río Egos. Pero, por entonces él estuvo ausente, y la empresa salió mucho más parada que si hubiera estado presente. Pues era un jefe práctico y activo en el arte militar. De tal manera  no cabía duda alguna en estos tiempos que, si él hubiera estado presente, los atenienses no habrían sufrido aquella derrota.

                                                         II

En tal situación de tal aflicción de los atenienses, habiendo sabido por oídas que la ciudad era asediada, no preguntó dónde el viviría con seguridad, sino que  desde dónde podría socorrer a sus paisanos. Y, así, se reunió con  Farnabazo, sátrapa de Jonia y Lidia,  y así mismo  yerno y allegado del rey persa, le costó mucho esfuerzo y peligro el granjearse enteramente su amistad  ante su presencia.

Pues, como faltaran  los lacedemônios a los conciertos de la liga, que habían hecho com Artajerjes, uma vez derrotados los atenienses,   y hubiesen enviado a Agesilao a hacer la guerra a Ásia, impelidos principalmente de Tisafernes, que, siendo de los privados del Rey, se lê había rebelado y había hecho alianza com los lacedemônios, em contra de este Farnabazo fue considerado general, mas em realidad Conón era que estaba em frente del ejército y todas lãs empresass se llevaban a cabo según su critério. Corto Conón todas sus ideas a  Agesilao, generalísimo de los lacedemônios y muchas veces desbarató sus determinaciones y se vio claramente que si , aquel no hubiera estado presente, Agesilao  habría arrancado al rey  Ásia hasta Tauro.  Después que sus paisanos lê hicieron volver a Lacedemônia, porque los beocios y los atenienes lê habían declarado la guerra a los lacedemônios, Conón no menos se mantenía entre los jefes del Rey y era muy útil, porque todos se servían de él.

                                         III

Habíase rebelado Tisafernes contra el Rey, y esto no era tan notorio para Artajerjes  como para los demás; pues  tênia mucha autoridad  por sus  muchos y grandes servicios prestados con el Rey aun em médio de haber faltado a su fidelidad.  Y no le debía extrañar a llegar a comprender facilmente  esto, porque se acordaba de que había vencido a su hermano con su esfuerzo.  . Pa acusar a Tisafernes, Conón fue enviado por Farnabazo ante el rey, después que llegó, según la costumbre de los Persas, primero  se presentó a Titraustes, jefe de la guardiaque ocupaba el segundo mando del reino;  y le mostrçó que el quería personalmente hablar com el rey. Pues a nadie se le daba licencia sin el permiso de este. Aquel le dijo a Conón:  “No hay impedimento, pero considera si quieres reunirte com él o poner por escrito lo que piensas. Pues no hay necesidad de que, si te pusieses  em su presencia, te postres delante del rey( proskinesim lo llamaban aquellos). Si esto te cuesta trabajo, por mi mano no menos, dándome por escito tu comisión lograrás lo que deseas”. Entonces Conón le respondió: “En verdad que no se me hace cuesta arriba  honrar al rey, pero tengo el miedo de que sirva de afrenta a mi país el observar antes el ceremonial de los extranjeros antes que el de Atenas, puesto que me he marchado de ella, que acostumbra a mandar a los demás pueblos”. Así pues entregó ecritas aquellas cosas que quería decir al rey.

                                         IV

Una vez conocidas estas cosas,  el rey fue inquietado tanto por su prestigio  que  consideró a Tisafernes como enemigo,  y ordenó atacar a los lacedemonios con la guerra y le permitió elegir a quien el quisiera para pagar la tropa y hacer las provisiones de la guerra. Conón le dijo que esto no era de su responsabilidad sino del propio rey, que debía conocer inmejorablemente a  sus súbditos, pero su consejo era que se le diese este cargo  a Farnabazo. Tras esto, habiendo recibo muchos regalos, y una vez que fue enviado al mar, para  mandar que contibuyesen con   galeras  las ciudades de Chipre y púnicas y juntar la armada, con la que pudiese vigilar el mar en la próxima campaña, dándole por compañero Farnabazo, tal como el mismo había auerido .  Cuando esto se le comunicó a los lacedemonios,  con preocupación, se ocuparon del asunto, porque pensaban que que estaba inminente una guerra más grande, que si luchaban solamente contra los bárbaros. Pues consideraban  que un jefe valiente, al que no podían derrotar  ni por estrategia no por tropas,  estaría al frente del ejército del rey con prudencia y lucharía contra ellos. Con ese conocimiento  juntaron su armada. ; y marcharon n bajo el mando de Pisístrato.  Conón, habiéndoles atacado cerca de  Cnido,  los puso en fuga con un gran combate,  apresó muchas naves, y echó al fondo a muchas.  Por esta victoria, no sólo Atenas, sino también toda Grecia, que había estado bajo el poder de los lacedemonios, fue liberada. Conón con parte de las naves llegó a su patria,  procuro reconstruir del Pireo y Atenas, los muros destruidos por Lisandro y  les concedió a sus paisanos cincuenta talentos de dinero que había recibido de Farnabazo.

 

                                         V

Aconteció a este el ser menos considerado  en la prosperidad que en la adversidad, lo que suele acontecer a los demás mortales. Pues, una vez derrotada la armada de los peloponesios,  pensando que el había vengado los ultrajes de su patria, ansió más que pudo llevar a término. Sin emabargo estas cosas no gfueron buenas ni dignas de alabanza, porqie prefiriño aumentar el poder de la patria ates que el del rey.  Pues habiéndose grangeado un gran prestigio en aquella batalla naval que  había dado a la altura de Cnido , , no sólo entre los bárbaros, sino también entre  todas las ciudades de Grecia,  empezó a procurar secretamente volver al dominio de los Atenienses la Jonia y Eólida.  No habiendo estado esto tan secreto como debía,  Tiribazo, que mandaba a la ciudad de los sardes, llamó a su presencia a Conón  fingiendo que quería enviarlo ante el rey  para tratar sobre un gran asunto.  Obediente  al mensaje de este, habiendo llegado  a este país, le pusieron en la cárcel. Despues de esto, algunos dejaron escrito, que,  una vez llevado ante el rey, allí murió.  Por el contrario, el hisotiador Dinón, de quien no nos fiamos mucho sobre los asuntos de los persas, escribió que logró escaparse; pero duda si  aquello fue hecho sin saberlo Tiribazo o  no sabiéndolo.      

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