Recogido
de Virtudes Navas Fernández de las
Ventas del Carrizal. 53 años en 1993.
Iba
el rey Salomón por un camino. Vio a un
niño y le preguntó:
-A dónde vas.
El
niño le respondió:
-A coger ascuas.
El
rey Salomón, de nuevo, le preguntó:
-¿Dónde llevarás el ascua?
Y el niño le respondió:
-Dios dirá.
Siguió andando el niño y el iba acompañando el rey Salomón.
En medio del trayecto del camino, el niño cogió un puñado de ceniza y se la
puso en la palma de la mano al rey Salomón. Contemplando la ceniza, el rey
Salomón le dijo al niño:
-Nacemos sabiendo y morimos aprendiendo.
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