En Alcalá la Real se levantó hace siglos el pilar
de la Fuente Beber o de la Tejuela. Recientemente por un lavadero construido en siglos recientes se le denominó Pilar de Sacamoños sin olvidar nunca el de la Tejuela. A unos 910 metros sobre el nivel del mar, se encuadra dentro de la cuenca del Guadalquivir y subcuenta del Guadajoz por el arroyo que se origina desde el manantial de este lugar. Comenzó a escasear su agua, que no la fuente, a finales del siglo XVIII y se perdió el manantial a mediados del siglo XIX. El embajador de la República de Venecia ante las cortes de Carlos V, Andrea Navagero, se refería a esta fuente, en 1526, llamándola Teivela. Ya hemos comentado en otras ocasiones que su nombre procede de Tejuela (diminutivo de texa, del latín tego, cubrir, y del sufijo latino olus, a, um, diminutivo, dio teja y a continuación tejuela). Probablemente hace referencia al caño de agua en forma de pequeña teja, porque este término se repite en otros lugares ente ellos el Castillo de Locubín. Extendió la denominación a una calle y una a nueva puerta de la ciudad, pues, se distinguían dos tramos muy significativos por esta zona: hasta la Puerta Villena, zona más bien de servicios de hostelería con posadas y mesones y algunos talleres de herrería; y, por otro lado desde la Puerta Villena hasta la Fuente de la Tejuela, por donde se encontraba una calle que albergaba las cantarerías, tejares, alfarerías, tintorerías, tenerías , molinos de zumaque y pan, e, incluso un humilladero, casas de mancebía y las Azacayas, gracias a las aguas que bajaban de los Llanos. La calle, tras las pérdidas de las dos puertas y la apertura del Camino Nuevo, unificó los dos tramos de Villena y Tejuela en uno sólo dando nombre esta ultima de Tejuela.

El pilar fue obra de Martín de
Bolívar, maestro mayor de obras, con Diego de Siloé en Granada, y en tierras de
la abadía alcalaína. Este maestro presentó también setenta y tres copias de
partidas de obras, materiales, y peonajes de las Casas de Cabildo y gran número de contratos
con el cabildo eclesiástico para la Iglesia Mayor.
Este pilar se compone de un
abrevadero y estanque para animales, el pilón, y de un frontis y dintel. Como figura en la
leyenda de su cornisa: " ESTA OBRA SE HIZO, SIENDO CORREGIDOR FRANCISCO
CHIRINOS”, y la fecha de 1547, en su medallón central, destaca por una belleza
de puro estilo renacentista, perfectamente diseñada, desgraciadamente
descompuesta y descompensada en sus dimensiones por la falta de una posible hilada
de sillería que se hizo más visible en su traslado a su nueva ubicación. Su
frontal en medio de su sillería perfecta encierra el escudo de la ciudad, con
los leones, castillo y llave, obra de seguro de un Sardo Raxis.
El corregidor Francisco de Chirinos, a de origen jiennense, fue
regidor de Úbeda en 1540; por el cronista Ginés Navarrete, conocemos todo su
linaje. Su padre era Lope Chirino de Molina, nacido en Cuenca y
fallecido en Úbeda, donde se estableció. Fue armado caballero por el propio Rey
don Fernando el Católico, siendo regidor de Úbeda en 1510Casó en Úbeda con doña
Leonor Mexía de la Cerda, hija de Hernán Mexía Barba de la Cerda, Caballero 24
de Jaén y Capitán de Enrique IV y de doña María de Mercado y Molina, tía carnal
de don Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque. Fue alcalde ordinario de Toledo, corregidor
de Cádiz en 1535 y residenciado por el pesquisidor Luis Fernández de BAEZA.
Luego lo fue, tras la estancia alcalaína, corregidor de la villa de Laredo
desde el once de abril de 1939, donde nombró de teniente de corregidor a Gaspar
de Vera, alcalde mayor bachiller Córdoba que llegó antes a la villa y alguacil mayor
y ejerció hasta abril del 1540. Posteriormente, lo fue de las Cuatro Villas
cántabras del entorno de San Vicente de la Barquera y se mantuvo en el
corregimiento de Alcalá 1549 cuya residencia fue tomada en 1550. Por la influencia del secretario real
Francisco de los Cobos, que se
excedió en la licencia de prorrogar su mandato, pues el anterior Hernán Pérez
de Torres casi alcanzó el decenio, Francisco de Chirinos superó el quinquenio.
La Fuente de la Tejuela es una lección de
preservar el patrimonio, con ciertos aspectos opinables, pero al menos conservó
el testimonio de una zona, abrió
horizontes del nuevo barrio de su entorno conservando el monumento de un
corregidor que dotó de muchas más obras públicas a la ciudad de Alcalá la Real.
4
No hay comentarios:
Publicar un comentario