En el reinado
de Carlos III, hubo algunos corregidores, que estuvieron imbuidos del espíritu
racional de la época y llevaron a cabo
un saneamiento de la hacienda pública y del Pósito de la ciudad. Don
Pedro Moreno de Villena y Manuel de
Lastres consiguió que se sanearan el pósito de la ciudad por medio de una serie
de medidas que beneficiaron a los labradores y campesinos.
El motín de
Esquilache que supuso grandes alteraciones de
orden público y el levantamiento del pueblo llano, así como la expulsión
de los jesuitas, no afectó a la comarca de Alcalá la Real , el rigor con que se
aplicaba la revisión de las cuentas del Pósito por los distintos organismos
desde el propio cabildo, la comunidad de jurados, las residencias de los
corregidores y la
Contaduría General , dió lugar a que, a pesar que el
quinquenio desde 1762-1766 que había sido muy riguroso en toda España por la
sequía, no afectara al abastecimiento del pan entre la población ni al
repartimiento de trigo para los pelentrines y pujareros. Aún más , la nueva
política, aunque tímida, de participación popular a través de los procuradores
diputados y el síndico personero general, coadyuvaron a que el control en las
cuentas y las medidas en favor de una mayor gestión y beneficio del Pósito
redundara en la vecindad.
Estas medidas
emanadas desde la Corte
a todas las ciudades tuvieron lugar en nuestra comarca; por una parte, las dos
parroquias de Santa María la
Mayor y Santo Domingo de Silos eligieron dos representantes diputados, que
junto con el síndico personero general,
asistían a todos los asuntos relacionados con
el abasto de la ciudad, e,
incluso, hubo intentos de que participaran en la Junta de Propios- cosa que
tan sólo se permitió al síndico sin derecho a voto. No obstante, son años que
se percibe un deseo de abrir el consejo a los vecinos, a pesar de las reticencias que suponía para la ciudad
que estos nuevos cargos asumidos dentro de la comunidad de jurados, sobre todo,
la del síndico como una regalía. Los vecinos asisten, por su experiencia y
honradez, en asuntos referidos en la limpia y tala de los montes y la defensa
de la ganadería en algunos plenos.
Este nuevo
aspecto de la vida municipal da lugar a dudas sobre la participación entre los
nuevos miembros y los antiguos regidores y jurados, que son resueltos
mediante reales órdenes.
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