III CORREGIDORES EN TIEMPOS DE CARLOS III
La
ciudad, por estos años, recupera muchos lugares arruinados y adecenta algunas
zonas como el Paseo de Capuchinos que se traza a cartabón desde los Arcos hasta
la Magadalena ,
un nueva torre se coloca en Consolación,
obra de Martín Espinosa, se amplían las
zonas linderas con la fuente de Marí Ramos y Alamos y cuartel de los Arcos. La
iglesia de las Angustias se construye en
su mayor parte. Las medidas de embellecimiento se aplicaron a la vida de la
ciudad con el derrumbe de las casas abandonadas, la reconstrucción de edificios
y adorno de fachadas , siempre que contaran con la licencia municipal, Por eso,
no es de extrañar que en el año 1784 el propio regidor Pedro de Lastres pidiera permiso apara la instalación de un
testero o lienzo con la imagen de la Santísima Trinidad
en sus casas cercanas a las casas de Cabildo. Este motivo iconográfica tuvo una
escultura en la propia calle Real con motivo de la misión espiritual del Padre
Diego de Cádiz.
S
En primeros de año 1762 el Consejo Supremo de Castilla amonestó lo
amonestó por haber nombrado un alguacil mayor de vagabundo, Juan Agustín de los
Ríos, siendo competencia de la ciudad, obligándolo a cesarlo Y CONTINUAR CON LA NORMATIVA DE QUE RECAÍA EN UN REGIDOR Y ESTE DELEGABA; , también por haber nombrado guardas de campo sin competencias sin presupuestos ,
caudales ni oficio,, y haber permitido un fraude en la venta de la sal de Loja por parte de Antonio de Puertas. Al final, con la intervención de la comunidad de jurados y el acatamiento a las órdenes del C onsejo, se restableció la situación.
Principalmente mantuvo un
enfrentamiento con el regidor Juan de Callaba al que amonestó por no acudir al
cabildo y amenazó con una multa de cuarenta ducados, a lo que respondió el
regidor alcalaíno con malas maneras, ni que con mil ducados de multas iba y además había estado dedicado a asuntos de
otras administraciones. De este tiempo proceden las
plantaciones de álamos de Capuchinos y
las moreras que habían plantadas en el Coto de la ciudad, de modo que se
plantaron más de cuarenta por la propia ciudad a instancias del Juez de Montes
y Plantíos, donde colocó un albergue para el guarda. .
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