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jueves, 25 de febrero de 2016

SOBRE UNA CAPILLA DEDICADA A SAN MIGUEL EN LA IGLESIA DE CAPUCHINOS DE ALCALÁ LA REAL



La historia del convento de los Capuchinos se presenta inédita en muchos aspectos. Viene este artículo a colación sobre un aspecto de su templo. La noticia ronda sobre el 25 de mayo del año 1759 y es un documento entre Diego Manuel García y Contreras, vecino de Montefrío y estante en Alcalá , y el síndico del convento capuchino de Alcalá la Real Francisco Cano Caballero.Este convento dependía del provinciaal de la orden andaluza sita en Sevilla, titulada de Nuestra Señora de la Concepción, fray Carlos Ardales, cuyo secretario fray Matías de Almonte le transmitió en 21 de enero de 1758 una carta de orden al convento capuchino de Alcalá, por la que facultaba al síndico a realizar cualquier ipo de transacciones y contrataciones de acuerdo con las facultades y privilegios transmitidos por los pontífices y reyes católicos.
El vecino montefrieño había recibido por escrito con fecha dea del 23 de mayo de 1759 la respuesta a una petición de patronazgo sobre la capilla de San Miguel en la iglesia capuchina de Alcalá la Real, extramuros de ella, en la que ya había constuido la dicha capilla y le había colocado imagen y adornos , y por la que se comprmetía en fomentar su culto a este arcáńgel. Además, partía de las beunas obras y limosnas que había otorgado anteriormente al convento. Pero, el nuevo contrato otogaba el patronazgo a Diego Manuel y sus descendientes con las siguientes condiciones:
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”Ha de tener la dicha caìpilla reparado de todas las obras que para ello se ofrezcan para adorno y su decencia”.
-”ha de tener eel altar de dicha caìlla adornado de ara, manteles, cruz, candelaeros, atril cornualtar, y las tres tarjetas para que se se pueda celebrar misa en la dicha capilla”.
-Ha de poner una lámpara en la dicha capilla delante de la imagen del Señor San Miguel y mantenerla encendida todos los días dando para ello al convento seis arrobas de aceite.
Por lo que, este documento firmado antte el escribno José Gutiñérrez ilustra de un pasado de la actual Aula Magna de Capuchinos, donde los huecos de los arcos de medio punto recuerdan un pasado de memorias de misas bajo sus paredes y de alatares y retablos que desparecieron sin saber el paradero de este san Miguel Arcángel desde la desamortización de Mendizabal .
Este documento es una muestra del patrimonio perdido.

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