FIESTAS
Es interesante partir de la
reglamentación de fiestas establecidas en las ordenanzas recopiladas
del año 1751 y en las que el Cabildo tenía obligación de asistir a
la función de Iglesia de la mañana y la procesión de la tarde.
Allí, aparecen las siguientes fiestas de la Tabla, que fueron
despachadas y decretadas por el Real y Supremo Consejo de Castilla:
Enero:
La Fiesta de San Sebastián,
el veinte, en la que el alférez mayor lleva el estandarte, y, en su
ausencia, el regidor más antiguo.
El calendario festivo se
coletaba con el religioso, recogido en las Constituciones del Abad
Moya son las siguientes:
Enero:
Día uno se celebraba la
Fiesta de la Circuncisión del Señor, el día seis, la Epifanía o
Pascua de Reyes; el veinte coincidía con la de San Sebastián y el
veintitrés con San Idelfonso, arzobispo de Toledo.
Diciembre:
El ocho la fiesta de la
Inmaculada Concepción, el catorce san Icasio en Priego por patrón,
el veinte Santo Domingo de Silos en Alcalá la Real por patrón, el
veintiuno el apóstol santo Tomé, el veinticinco la Natividad de
nuestro Señor y el veintiséis san Esteban , mártir. El veintisiete
san Juan apóstol y evangelista y el veintiocho los Santos inocentes.
LOS CONVITES
Se realizaban entre las
autoridades el cabildo, aunque acudían también el comandante
militar, la justicia y personas notables, entre las que se reunían
los oficiales retirados y personas de carrera.
Por las fiestas religiosas
significativas ( Pascua, Corpus y Navidad) se llevan a cabo cenas
caritativas y de beneficencia para los pobres, repartiéndoles el
pan en dichos días. La Beneficencia jugará esta función y ,
sobre todo, la Fundación del Abad Moya lo mantuvo hasta muy avanzado
el siglo XX con la cena de Nochebuena a veinticuatro pobres transeúntes.
Como se ve, un precedente de la invitación de la cena de la alcaldesa de Madrid.
CABALGATA DE REYES
Por los años veinte del siglo XX se inauguró esta costumbre, por medio de los grupos
juveniles como la Estudiantina Alcalarreña o la Sociedad de Amigos
de Martínez Montañés en el año 1936; posteriormente, fueron los
miembro de la sección juvenil de Falange quienes desarrollaron
dicha actividad cultural.
Con la llegada de la democracia, la cabalgata se organizó por la delegación de Cultura del ayuntamiento alcalaíno y la colaboración de las asociciones de AMPA Y COFRADÍAS. Y SE EXTENDIÓ A MUCHAS PEDANIAS.
LAS COFRADIA DE ANIMAS
La más importante cofradía de Ánimas de Alcalá tenía su residencia en el Convento de san Francisco, y, en los años anteriores, en la iglesia de la Mota Y DE Santo Domingo de Silos. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, va a quedar reducida a la de la iglesia de la Veracruz, al reconvertirse el antiguo legado de su hermandad pasional en este tipo de cofradía en el siglo XIX. Solían acudir por la noche, al toque de oración, a recoger limosna con unas tazas y campanillas por las calles y los cortijos de la comarca. Dividían la ciudad en varios partidos de la Veracruz, san Antón, santo Domingo, del Ecce-Homo, Consolación, san Juan y san Blas y de la Encarnación y la gente daba dinero para aplicarlos a misas, cantando canciones de ánimas y toque de campanillas. Estas se celebraban por las mañanas en el amanecer y en los días festivos. La demanda del campo dió lugar a que en las aldeas se formaran algunas hermandades como en Ermita Nueva. También por Navidad, llevaban a cabo la limosna de aguilando, que imitó la hermandad de la Aurora, y que acababa con una rifa con los ganados en especie( borregos, cerdos, asnos,) que que donaban los devotos. Durante el Corpus y Candelaria y fiestas de la iglesia su capellán ofrecía misas1.
Al final de
siglo XVIII significó la desaparición de muchas cofradías y la
reunificación en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús. Es digno
de destacar que en esta labor de depuración participaron las
directrices de la política nacional, en la que el propio cabildo se
obligaba a emitir su informe como hace con la anterior cofradía en
1808 a requerimiento presentado por el regidor don Miguel de Cisneros
y encargado del caso.1
En este tiempo en el que se trasladó la parroquia de santa María al
convento del Rosario dio lugar a celebrarse otras fiestas religiosas
por la cofradía, como era la de la Candelaria, la de santo Domingo de Guzmán, los oficios del Jueves y Viernes Santo, perdiéndose prácticamente la del Dulce nombre de Jesús. La labor benéfica de
atención a los pobres transeúntes fue característica de esta
cofradía, ayuda de beca a los niños mediante compra de libros de enseñanza, .
Una costumbre que nunca se
perdió fue el adecentamiento de calles para las procesiones de
Semana Santa, como en el año 1928.
Aunque las
cofradías aparecen y desaparecen, según las circunstancias hay
constancia de la presencia del Señor de la Humildad en el año 1930,
en el que se invitan al Ayuntamiento.2
1
AMAR.
Acta del 17 de octubre de 1807.
2
AMAR.
Acta de la comisión de gobierno 14 de abril de 1930.
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