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jueves, 7 de enero de 2016





ENTRE BOTES, POLVOS, UNGÜENTOS  Y ALGUNA SERPIENTE
 

Me quedaban los últimos artículos de la botica de Quesada y decidí subir para comparar si faltaban en la actual. Busqué un resquicio de tiempo físico y natural para seguir comparando el manuscrito con los medicamentos que me había encontrado siempre allí en medio de la reconstrucción virtual de la economía de frontera.  Podía recrearla en otros lugares de la fortaleza. Pero me detuve en la botica de mis sueños.  Me había llevado el manuscrito en la mochila y, con los amigos , compartí un buen rato de alquimia.
Notamos en falta muchos botes, que el día de la compra de Quesada estaban escritos en el memorial, faltaban los que  contenían zumo de uvas, de  ajenjo, eupatorio
-Ah, el eupatorio canabina, una planta medicinal antirreumática.
-Y dicen también que , si se hacen infusiones o se ponen emplastos,  sirve para otras afecciones de la piel y la artritis.
-Con lo que abunda hoy día.
- Y, para las fiebres e incluso se ha identificado un componente antecancerígeno
-Para mucho más, para los resfriados. Pero ojop, debe cuidars para no irritar la piel y en periodos breves por consejo de un médico.
-Hablaste del ajenjo.
-Sí la artemissa absinthium, la latina aloxinus, que evoluciona a ajenjo.
-Fíjate, en mi diccionario una planta herbácea medicinal, del género Artemisia, nativa de las regiones templadas de EuropaAsia y norte de África. Conocida desde muy antiguo ya por los egipcios, transmitida después a los griegos, esta hierba ha sido denominada la "madre de todas las hierbas" en la obra "Tesoro de los pobres"1dadas sus múltiples aplicaciones curativas. Se utiliza como tónicofebrífugo yantihelmíntico, así como en la elaboración de la absenta y del vermut.
-Por lo que veíamos la botica estaba muy modernizada porque el diamargariton compuesto de polvos de perlas, era muy utilizado en tiempos de peste. Y, e encontró esta perla a finales del siglo XVI. Luego lo utilizarían en la peste de 1600.
-Ah aquella peste que hubo en  Andalucía y también coincidió en Alcalá .
-Exactamente.
_ Cuenta, cuenta.
- En los primeros años del siglo XVII fueron difíciles para la ciudad que se ve empeñada y endeudada por anteriores esfuerzos económicos que había llevado a cabo en el siglo anterior. Su carácter fronterizo y privilegiado le había obligado a sostener una milicia que le había contraído un gran número de gastos en la guerra de las Alpujarra con la expulsión de los moriscos y las guerras de Portugal, el servicio permanente de compañías de milicias, que habían acudido a Cádiz, más continuado hacia la Costa ante los ataques de turcos, y otros servicios de la Mamora.
A esto había que añadir los primeros años del siglo de gran incidencia de la peste en la que tuvo que crear hospitales y emprender medidas que suponían una carga financiera fuerte. Las epidemias no debieron incidir mucho en la localidad, ya que las medidas eran extremas con las acostumbrados cierres de puertas de la nueva Villena, Campo, Arcos, y Tejuela,  las previsiones sanitarias para evitar el contagio - aislamiento de enfermos o prohibición de entrada de extranjeros-, establecimiento de hospitales, refuerzo de servicios médicos y sanitarios y prohibición de espectáculos públicos. No obstante, podemos destacar que desde el 1600 hasta 1604, la situación era grave por el número de enfermos y convalecientes que cada día acudían al hospital. En el 1604, se produjo tan sólo una muerte en un hospital de enfermos de la peste que se contrató, y tan sólo , hubo unos cincuenta o más enfermos. El toque de queda impedía la entrada nocturna en la ciudad, vigilada por los propios caballeros , que establecían diversos turnos. Para hacer frente a los gastos, se le concedió a la ciudad una cantidad que sobrepasaba los tres mil ducados, que se imponían sobre las cabezas y asaduras y la roturación de nuevas tierras en la Cueva el Moro, el Chaparral de Nubes, Fuente Álamo, el Hituero y Encina  Hermosa. Los bienes propios, basados en los 14 cortijos y algunas tiendas y servicios, no lograban hacer frente a la cantidad de gastos ordinarios, de fiestas, reparación de murallas, torres, calzadas y caminos, o repartimientos ante cualquier obra pública de envergadura regional o nacional. Es verdad que algunas medidas, emanadas de la Corona, como las continuas prórrogas de la parte de las penas de Cámara lograban paliar la situación, pero insuficientes. Aquella fortaleza de extensas dimensiones y circuito amurallado, junto con la de la Villa del Castillo no se podían reparar como aconteció en el año 1621 con una simple dotación de cien ducados. De ahí que continuamente, quedaran las obras inacabadas y a expensas de continuas reparaciones.
-Entonces con el ajenjo y las perlas. Todos a salvo.



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