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miércoles, 6 de enero de 2016

RELATO NO HAY TUTÍA

Desde mi ventana, miraba la mole de la fortaleza de la Mota el día de los Reyes Magos. Anhelaba muchísimo juntarme con mis amigos y subir a aquella acrópolis y confrontar el manuscrito con los productos reproducidos en la botica de Quesada. Pero como  sabía que no podía acudir, me puse con el ordenador portátil y reproduje el manuscrito fotográficamente. Encontré varios aceite. Los primeros que había eran los  rosados o de rosa mosqueta que era muy adecuados para la piel, y , entre otras aplicaciones me sorprendió que se referían a la artritiseccemas y circulación; también lo recomendaban para los jugos biliares. Ya tengo una aceite, me dije para mis ataques de blilis.
Me fijé en el siguiente, uno muy bonito aceite de azucenas, no me lo esperaba. Era muy adecuado para mi piel afectada por muchas verrugas y alguna que eczema. Pues se considera que la azucena, la lilium candidum,es  esa flor de bulbo escamoso, grande y blanco; tallo de menos de un metro de altura y recubierto de hojas lanceoladas, sus as flores crecen en forma de ramillete y de u color blanco. Muy aromáticas , sobre todo de noche. Auqnue sirve para para adornar, su uso medicinal se concreta en los bulbos por el aceite que se extrae del mismo, tanto fresco co como seco. Dicen que es una receta como como emoliente, antieczematosa y diurética.
Y me preguntaba como se prepara. Muy sencillo. Léi en un recetario : “ Hay que preparar el aceite de azucena  con las flores de la planta sin estambres. Estas flores se ponen a macerar en un poco de aceite de oliva durante 3 días, pasados los cuales se deben extraer las flores y añadir nuevas. Esto debe repetirse 3 veces, se obtiene de esta maceración el aceite de azucena que era empleado para curar quemaduras, úlceras, granos, eccemas y en general, cualquier enfermedad de la piel.
Parece que es una planta que hoy en día sea muy conocida por sus virtudes medicinales, mas bien tiene algunas aplicaciones en el campo de la cosmética: se ha comprobado que en el bulbo existen determinados extractos con alto poder bioactivante, usados para regenerar la piel. 



También había, además del aceite de azucenas, los de bayas de lebrel, de zorras, almaciga, lombrices, membrillos, ajenjos, hasta una olla de labrel, algunas libras de los de azucenas, lirios y manzanilla. Y me preguntaba para qué podían servir los tuétanos de vaca, entre aceite de eneldo y arrayán, los aceites de alcaparras, olfansino, cestorio, esplique y sabuco, yerbabuena y agripa, linaza y panizo. Y, otra sorpresa dadillos de conjuro de rosas, chicoria y membrillo.Con estas palabras, así mismo.  Parecían escalonadas las redomillas de azumbres clasificadas de dos ,a tres etc.
Lo que me llamó la atención son doas libras de atutia. Me vino a la mente el dicho No hay atutía. No hay tutía. Y me parece que significaba que no había remedio. Muchos creían que el chico no tenía parentesco. Pero no. No me lo creía, claro que no. Pues no es sino un fármaco que que se solía utilizar contra las enfermedades oculares . Venía de un vocablo árabe attutiyyya, un oxido de cinc que se mezclaba con sales metálicas y quedaba en las paredes de los hornos y chimeneas formando un a especie de ungüento.


Eran las horas de comer, y al ver la miel y los botes llenos de medicinas y ungüentos en un rincón los dejé para otro día. Y no me quedé muy contento con los aceites...Pero ya había encontrado para mi hígado.  

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