Álora, la bien cercada, tú que estás en par del río, cercóte el Adelantado una mañana en domingo, de peones y hombres de armas el campo bien guarnecido; con la gran artillería hecho te habían un portillo. Viérades moros y moras subir huyendo al castillo; las moras llevan la ropa, los moros harina y trigo, y las moras de quince años llevaban el oro fino, y los moricos pequeños llevan la pasa y el higo. Por encima del adarve su pendón llevan tendido. Allá detrás de una almena quedado se había un morico con una ballesta armada y en ella puesto un cuadrillo. En altas voces diciendo que del real le han oído: -¡ Tregua, tregua, Adelantado, por tuyo se da el castillo! Alza la visera arriba por ver el que tal le dijo: asaetárale a la frente, salido le ha al colodrillo. Sácole Pablo de rienda y de mano Jacobillo, estos dos que había criado en su casa desde chicos. Lleváronle a los maestros por ver si será guarido; a las primeras palabras el testamento les dijo. |
Hoy recibimos el acompañamiento del presidente de la Federación de Senderismo de Montaña, que nos va a hacer embajador de nuestra constitución como club senderista. Muchas gracias por su gentileza. Otro grupo, formado por unos treinta ruteros, paseamos por el camino del Portichuelo, transformado en vía de bicicletas, hasta llegar a la viña de la ladera del Cascante, desde donde contemplamos el valle de la Fuente del Rey, rememoramos el hecho histórico del campamento del rey Alfonso, la tienda capitana con la imagen de la Coronada, sus vicisitudes e historia hasta la ermita neogótica actual, el lavadero (desde Martín de Bolívar hasta las reformas de Mendoza y Gatica) el reparto de huertas a los caballeros y las nuevas urbanizaciones. Luego, nos dirigimos hacia la Lancha y explicamos la villa romana y su fuente. Viramos hacia Entretorres, mientras explicamos el Llano de Mazuelos y el chozón de la antigua dehesa; pasamos por la urbanización del Cascante, nos adentramos en el carril que se dirigía a la torre del Cascante, explicación de sus elementos góticos, su funcionalidad en la frontera, y el control de la vía hacia Iznalloz y Murcia. Al volver el camino de Entretorres, nos subimos a un altozano del portillo del Cascante, y divisamos la Mota hundida y comentamos la leyenda de una escaramuza conseguida por un ascendiente de los Linares.
Tras llegar al Portichuelo, explicamos un antiguo pozo artesanal y llegamos a Alcalá, donde fuimos al museo y visitamos la sala del homo neaRdeNthal: su industria lítica, su hábitat, sus yacimientos y sus hombres. No dimos de lado a la pieza del mes y el tesoro hispanoárabe.
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