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sábado, 23 de enero de 2016

ENTRE TIROS Y ALTOZANOS.EN IDEAL . ALCALÁ LA REAL.




 Iniciamos una nueva serie de artículos con el  título de “Entre tiros y altozanos”. Parece como si  hubiéramos parodiado el dicho de “Entre tirios y troyanos”, para   exponer   al público unas  escenas principalmente agresivas. Pero , para eso, ya andan otros columnistas y muchos tertulianos. Los hemos invertido, porque  fue una sugerencia de un paseo de amigos por unos bellos parajes de nuestro contorno, en concreto una ruta ecocostumbrista que se inició en la Fuente Tudela y se adentró por los cerros de las Atalayas hasta llegar a las Cabezadas de Mures. Entre cazadores y tiros a zorzales a travesamos la carretera A-403 y, siguiendo el mencionado camino de la Parrilla,  llegamos a una   elevación del terreno,  plantado de olivos, algunos muy antiguos. Un poco más adelante, avistamos la Ribera Baja, y nos detuvimos. Comentamos la  Cabeza del Molino y el cerrillo Rojo: su función geodésica militar, su  puesto  republicano en la Guerra Civil, la batalla de 1930, en la que se produjo el avance de las tropas de Franco. En línea con la aldea caminamos paralela a la aldea, hasta enfilar una larga pendiente, de aproximadamente un km.y nos paramos en un paraje, desde donde se distinguían Ribera Baja, Vado Chiquero, Frailes, Romeral y se ocultaba la Rivera Alta. Comentamos la industria molinera hasta el siglo XIX. Nos explayamos en el molino de Huéscar, que se ocultaba entre las alamedas de horas áureas. Recitamos algunos versos del famoso romance: “  Caballeros de Moclín,/peones de Colomera,/entrado habían en acuerdo,/en su consejada negra,/a los campos de Alcalá/ donde irían a hacer presa./Allá la van a hacer,/a esos molinos de Huéscar./ Derrocaban los molinos,/derramaban la cibera,/prendían lo molineros,/cuantos hay en la ribera”. Y, en medio de la ocre alameda, recogimos estas canciones populares.  Lo contextualizamos, explicamos la industria molinera, el origen romano, su prervivencia musulmana y cristiana, el privilegio de los caballeros y los arrendadores de los molinos en la Edad Moderna.  No nos resistimos a interpretar a algunas canciones: Que vengo de moler, moler,/de los molinos de arriba./;Duermo con la molinera,/ ; no me cobra la molida. Y este otro:  Que vengo de moler, moler, ; de los molinos de abajo,/ Duermo con la molinera,/; no me cobra su trabajo. Y acabo con este último: “ Que vengo de moler, moler/ ; de los molinos de en medio./ duermo con la molinera,/; no me queda más remedio./ Que vengo de moler.
            Por tanto, muy lejos nos encontramos de aquel tópico literario referente a la alusión de exponer circunstancias o hechos entre dos enemigos o adversarios irreconciliables. Y menos aún, traslucir situaciones deformadas o manipuladas con intereses bastardos. Más bien, nos ceñimos a las palabras de Dido ( cartaginesa con ascendencia tiria) que se dirige  a los troyanos ( de donde se formará el pueblo romano con la unión troyana y latina) con estas palabras del Libro I de la Eneida: “la ciudad que estoy levantando vuestra es; varad vuestras naves; ninguna distinción habré de hacer entre tirios y troyanos”.  Si desaparece la intención agresiva, pues los tiros no relatan más que el esfuerzo por analizar nuestro entorno con sus pintorescos personajes, multicultural paisaje y variadas relaciones e interconexiones, y, al contrario, subimos al altozano para analizar el presente con alturas de miras, siempre con la proyección de progreso, a lo largo de esta nueva serie aportaremos el legado etnográfico, cultural, sociológico del alcalaino de hoy y la historia del ayer para enlazarla con la enseñanza del futuro. Esta es nuestra intención. Pasar del romance a la canción; de la canción a la música monódica y coral.   Aportar la enseñanza de armonía y compromiso colectivo, que nos enseña la música en sentido figurado, con este nuevo intento literario.
          Rica es la historia de nuestra comarca, profuso es nuestro acervo cultural y el presente desborda a cualquiera que se acerque a la ciudad de la Mota. Como vulgarmente se dice, hay tela que cortar. Por cierto, ya no debe hablarse sobre la ciudad oculta, sino que el turismo, afortunadamente la  está convirtiendo en una estación  imprescindible en muchos itinerarios  turísticos, desde la Ruta del Olivo hasta la Carolina pasando por las del Al·Ándalus y Castillos y  Batallas.


     

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