En los últimos años del reinado
volvieron a establecerse los repartimientos y hubo momentos muy tensos en la
ciudad. Vinieron precedidos de una
petición de trigo y cebada por el intendente de Sevilla en 1741 para la tropa
que se encontraba en Cádiz, Málaga, Algeciras y otros puertos. Aunque la ciudad
se negó a dicho intento de envío de trigo por las circunstancias de miseria que
pasaba el pueblo, una nueva imposición
que se creó, denominada del diez por ciento, de nuevo hizo resurgir los
conflictos entre los recaudadores y los vecinos, produciéndose una muerte
violenta en la noche del 27 de agosto.
Para aliviar a los labradores se prorrogó la espera de los arbitrios de
tierras, y se volvieron a repartir las tierras laborables para gastos de milicias.
Pero, al año siguiente, se originó un nuevo
conflicto con el administrador del Voto de Santiago, que trató de
aumentar la imposición de los labradores. La injusta medida provocó el impago
de algunos de ellos y su consiguiente apresamiento. La intervención del
corregidor logró aliviar la tensión llegándose al acuerdo de cobrar sin abrir
nuevo despacho y el pago una cuartilla
de trigo por cada yunta de los pegujareros
siempre que se excedieran las quince fanegas de tierra, permitiéndose la
unión de dos yuntas y para los que alquilaran o añadiéndose a los que tuvieran una yunta también una
cuartilla por cada diez fanegas.
Es verdad que en Alcalá no
afectó la peste en el 1742 que se
extendió en Andalucía . Pero en 1743, se originaron varios brotes y pleitos
de vecinos del Castillo por el segundo repartimiento
de contribuciones sobre las heredades, tratos y comercios, destacando don
Alvaro de Clavijo y provocando un conflicto por excederse los alcaldes
ordinarios de la villa. [1]
Aunque todo el reino recibía los efectos de continuos repartimientos y
arbitrios, en el Castillo se habían coaligado los alcaldes pedáneos, el
teniente de alguacil mayor, el escribano y los receptores nombrados para hacer caso omiso de la reintegración del
trigo del Pósito, no pagar las deudas ni cualquier imposición.
Varios asuntos trataron de solucionarse felizmente al final del reinado.
Un nuevo concordato entre la Santa Sede y la Corona obligó al estamento
eclesiástico a contribuir a las cargas militares. La labor del corregidor
Bernardo de Riquelme y Salafranca, sobrino del Cardenal Molina, presidente del
Consejo de Castilla consiguió, gracias a sus influencia, que muchos asuntos
fueran aplazados y las deudas pudieran pagarse de un modo más desahogado,
consiguiendo aliviar la situación de los labradores y jornaleros que
constituían el grueso de la población. Por eso no es de extrañar que al ser
nombrado miembro de la Real Hacienda
Nacional fuera visitado por el cabildo en 1744 para alcanzar otros
favores, política usual en las cortes absolutistas.
A pesar de que los ganaderos
protestaba cada vez más de la pérdida de tierras comunales, en 1743 tuvo lugar
una remedida de tierras, delimitando las medidas, sitios, montes y cabida de
tierra. Es muy sintomático el informe de la situación el siguiente argumento
que se hacía para solicitar de la Corona 3,000 fanegas de roturación para pagar
los atrasos, que se habían acumulado en impuestos como los de la paja-para la
milicia-, otros extraordinarios como el del diez por ciento y los rutinarios
sobre los consumos, tratos y actividades:
hallarse el común de vecinos de
esta ciudad y su lugar del Castillo en términos imposiblles, porque no abiendo
tratos ni comercios más que sembrar de granos, reducidos a labradores, que el
que más sólo maneja cuatro pares de bueyes y estas labores plantadas en tierras
arrendadas y los pujareros en tierras concejiles, en que, pagada la renta,
mozos y consumo de millones, no pueden volver a sembrar y cultibar, y que en
los diez años de que dimana dicho atraso, han sobrevivido muy estériles
cosechas, lo que es muy notorio especialmente a este Reyno de Jaén, y
juntamente la Extraordinaria Contribución del diez por ciento y los aumentos de
la paja, que una y otra bien importan hasta 15.000 reales lo que imposibilitar
de costear en el todo y siempre que den resultas de uno a otro....los apremios militares
por el atraso del cabezón despachados en
el intermedio de diez años , permaneciendo largas tempestades y encargándose de
cobrar de los primeros contribuyentes y estos ...han conseguido causar
exorbitantes costas que an ascendido más de 25.000 reales ...y el vecino se
halla imposibilitado y la deuda incobrable por la muerte, ausencia e
infelicidad de los mayores
contribuyentes y a pedir limosna de puerta en puerta...
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